2️⃣

224 20 2
                                    

La primera semana de Lourdes fue agitada, pero al mismo tiempo le causó mucha satisfacción ver cómo su visión era bien recibida por la empresa y cómo su papel como Directora de Operaciones iba tomando forma. No podía negar que el poder observar a Martina trabajar durante varias horas al día era un plus ya que aquella mujer era digna de admirar.

El viernes, Lourdes no podía esperar más la llegada del fin de semana. Estaba más que lista para salir y disfrutar de sus dos días de descanso. Se preguntó si extrañaría ver a Martina cada mañana, pero trató de apartar ese pensamiento de su mente y siguió trabajando.

El teléfono sonó y pulsó un botón, la voz de su secretaria invadió la habitación -Martina quiere verte cuando puedas-

-Ahora salgo, gracias Guada- dijo pulsando el botón de nuevo. Después terminó de guardar el informe en el que estaba trabajando y se levantó de su silla para recorrer el corto camino que la separaba del despacho de Martina. Le sonrió a Guadalupe antes de llamar a la puerta de al lado.

-Adelante- se escucho y entró a la habitación.

-Creo que podrías golpear la pared- dijo la ojiverde señalando la pared que separaba sus dos despachos -Y probablemente te escucharía, así no tenes que llamar a Guada para que me llame a mí-

Martina soltó una carcajada porque sabía que ella hablaba completamente en serio. Si algo había descubierto la última semana era que Lourdes era increíblemente profesional y competente, pero también era una persona graciosa y con ideas a veces un tanto disparatadas.

-¿Queres que te llame a golpes a través de la pared?- dijo la mujer cruzándose de brazos -¿Y si estás en una reunión?-

Lourdes pareció contemplarlo todavía mirando la pared. -Sí, quizás no es buena idea- Se giró y se dirigió a la silla que había frente a la mesa de la otra mujer -¿Querías verme?-

-Sí. Quiero saber cómo fue tu primera semana-

Lourdes sonrió -Fue un gran esfuerzo, pero me siento preparada. Espero haber estado a la altura de tus expectativas- Trató de escoger bien sus palabras.

Durante la semana habían trabajado juntas tantas horas que en algún momento del camino olvidaron las formalidades

-Lourdes superaste todas mis expectativas- dijo Martina -Quiero que estés contenta, porque fuiste una adición perfecta a este equipo. Si necesitas algo o hay algo que no sea de tu gusto, por favor, no dejes de decirlo. Quiero que te sientas cómoda-

Lourdes le dedicó una sonrisa -Estoy cómoda, lo prometo, no cambiaría nada-

-Bien- dijo poniendo ambas manos en la mesa -Entonces podes irte ya. Es viernes y faltan unas horas para las cinco, pero todos sabemos que hiciste un maratón de trabajo esta semana. Vaya a descansar, Señorita Gonzalez-

-Puedo quedarme hasta las cinco. Tengo algunas cosas que revisar-

-Estarán ahí el lunes- respondio la morocha -Ahora a disfrutar de tu fin de semana-

-¿Estás segura?-

-Muy segura. Nos vemos el lunes-

Lourdes se puso de pie -Gracias, Martina. Nos vemos el lunes-

La ojiverde salió y se dirigió a Guadalupe -Martina me deja irme antes y si no estoy, vos tampoco tenes que estar, así que sos libre-

-¡Ja!- Exclamó emocionada -Lourdes Gonzalez, sos mi jefa favorita-

Lourdes soltó una risa y negó mientras veía a Guadalupe recoger sus cosas y apagar rápidamente su computadora. Ella entró a su despacho, tomó sus pertenencias y varios papeles que quería llevarse a casa para revisar durante el fin de semana. Cuando salió, Guadalupe ya no estaba, así que le dedicó una sonrisa a Micaela, le deseó un buen fin de semana y se dirigió hacia los ascensores.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora