Love - Martuli

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Lourdes se sentía nerviosa mientras se preparaba para su cita con Martina. Desde el lunes por la noche, no habían dejado de besarse. Cada vez que tenían la oportunidad, Martina buscaba los labios de Lourdes que lo disimulaba mejor que la morocha, también ansiaba besar a la ojimarron

Pero esa noche era diferente, era dar un paso adelante. La ojiverde había luchado contra sus sentimientos desde que los descubrió, pero ahora, estaba a menos de una hora para que Martina pasara a buscarla y se preguntaba por qué se había resistido tanto.

Mia entró en el baño mientras ella se maquillaba -Estas hermosa mami- dijo sonriendo -¿A dónde vas?-

Lourdes le sonrio a su hija -voy a ir a cenar con Martina hija- le explicó

-¿Puedo ir?- Lourdes nego -Yo quiero ir mami, quiero ver a Marti- refunfuño

-Es una cena para adultos hija- se puso a la altura de Mia -Pero cuando venga Marti la vas a saludar ¿si?-

Mia asintió levemente -Pero que no se olvide-

La ojiverde rio -¿Te parece si la llamamos y le decimos?- Mia saltó de alegría y Lourdes sacó su teléfono de su pantalón para llamar a la morocha

-¿Lu?- Preguntó la morocha al otro lado.

-¡Marti!- Exclamó Mia al tomar el teléfono de su madre -Hola Marti-

La risa de Martina se escuchó a través del teléfono -Hola hermosa-

-Mami dice que van a cenar y que yo no puedo ir, porque es solo para adultos- Dijo la niña.

-Sí, es verdad, es solo para adultos pero pronto vamos a hacer algo divertido-

-¿Lo prometes?- Preguntó la niña.

-Lo prometo- Respondió

-¿Subirás a despedirte antes de ir a cenar con mi mamá?- Preguntó y Lourdes notó la inseguridad de su hija por miedo a que Martina dijera que no.

-Si, subiré a saludarte- Afirmó la morocha, y una amplia sonrisa se formó en la cara de Mia.

-Bueno- Dijo la niña -¿Vos también estás muy linda como mi mamá?-

Lourdes soltó una pequeña carcajada y escuchó a Martina reír también al otro lado del teléfono.

-No tanto como tu mamá, porque ella es la más hermosa pero también estoy muy bien vestida, ¿Me vas a decir si te gusta?-

-Sí- Dijo la niña asintiendo a pesar de que la morocha no podía verla -Seguro que sí que me gusta-

Martina volvió a reír -Te veo en un ratito preciosa-

-Bueno Marti, no te olvides-

-Nunca me olvidaría- respondió honestamente -Decile a tu mamá que nos vemos en media hora-

-Está bien Mar- contestó Lourdes -Nos vemos-

-Chau Lu, chau Mia-

-Chau Marti- dijo la pequeña antes de cortar la llamada.

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Cuando llamaron a la puerta, Mia empezó a saltar de emoción. Marina había llegado unos minutos antes, así que la persona en la puerta solo podía ser Martina

-Tranquila- dijo Lourdes sonriendo mientras se acercaba a la puerta para abrirla. Cuando lo hizo, Mia se lanzó a abrazar a la morocha con fuerza haciendo reír a ambas mujeres.

-Hola Lu- saludó la morocha sonriendo mientras Mia seguía abrazada a ella -Y hola a vos también- añadió poniendo ambas manos en la espalda de la niña.