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Martina entró corriendo al hospital que le habían indicado y se dirigió directamente al mostrador.

-Lourdes Gonzalez- dijo tratando de recuperar el aliento -Estoy por Lourdes Gonzalez-

La mujer levantó la vista para mirarla -Un momento-

Después de un momento que a la morocha le pareció interminable, la mujer volvió a hablar -Tiene que sentarse en la sala de espera, alguien se acercará a hablar con usted-

Los ojos de Martina se abrieron -No, no, dígame cómo está, por favor-

-Tranquilícese, tiene que esperar. Solo sé que fue admitida, no tengo más información-

La ojimarron golpeó el mostrador y notó cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos -Por favor-

-Señorita- dijo la mujer -Sé que está alterada, pero tiene que sentarse y esperar-

Martina pasó las manos por su pelo, las lágrimas empezaron a rodar por su rostro pero simplemente se dirigió a la zona de espera. Se sentó en una de las sillas y sacó su teléfono con manos temblorosas.

-¿Martina?- La voz de Fabian hizo que más lágrimas brotaran de sus ojos.

-Lourdes está en el hospital-

-¡¿Qué?!- dijo el hombre alterado -¿Qué paso? ¿Está bien?-

-No sé... fue un accidente de auto- dijo Martina llorando -Me llamaron... estoy acá pero no sé nada-

-Martina... ¿Estás sola?-

-Sí...-

-Tenes que llamar a alguien, Gabi y yo estaremos ahí cuanto antes-

-Bueno- dijo sin dejar de llorar.

-Martina- dijo el hombre -Tenes que ser fuerte ¿me escuchaste? Estamos en camino- La morocha asintió pese a que el hombre no podía verla -Vamos para allá, por favor, que alguien nos llame si pasa algo-

-Sí- dijo simplemente y cortó la llamada.

Le había prometido a Fabian que llamaría a alguien pero no podía dejar de llorar, sintió una mano en su hombro y vio a una enfermera a su lado.

-¿Estás bien?-

-Mi novia...- dijo Martina -No sé cómo está-

La mujer se sentó junto a ella -¿Llamaste a alguien para que venga?- Martina negó sin dejar de llorar y la desconocida tomó una de sus manos y la apretó antes de señalar el teléfono que estaba en sus rodillas -¿Queres que llame yo?-

La morocha asintió, desbloqueó el telefono y, con dedos temblorosos, buscó el contacto de su madre.

-¿Cómo te llamas?- preguntó la mujer con dulzura.

-Martina- respondió.

-¿Y tu novia?-

-Lourdes-

La mujer asintió volviendo a apretar su mano y llevándose el teléfono a su oreja.

Martina escuchó cómo la mujer mantenía una conversación con su madre a su lado pero ella no podía concentrarse en nada, solo podía revivir en su cabeza la llamada que había recibido cuando todavía estaba en su apartamento.

-La llamamos del Hospital Mount Sinai de Queens, Lourdes Gonzalez fue admitida tras sufrir un accidente de auto, usted figura como su contacto de emergencia y necesitamos que venga lo antes posible, no tengo más detalles-

Martina no salió de su trance hasta que volvió a sentir la mano que sujetaba la suya dándole otro apretón.

-Ya vienen- dijo la mujer dejando de nuevo su telefono sobre su regazo -Me quedaré hasta que lleguen ¿Está bien?-

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora