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Era el dia, llego el dia de su boda y Martina estaba preparandose mientras recordaba la primera vez que conocio a Lourdes. Habían elegido una antigua mansión restaurada con hermosos jardines para celebrar la ceremonia

Esa mañana, Silvina entró en la habitación donde la morocha había pasado la noche. Hablaron sobre los nervios y la emoción que sentía al casarse con Lourdes hasta que se escucharon tres golpes en la puerta y la cabeza de Mia se asomó segundos después.

-¿Puedo pasar?-

-Si-

Mia corrió hacia la cama y se lanzó al colchón haciendo reír a las dos mujeres.

-Por fin hoy es la boda- Dijo Mia -Estoy feliz- La morocha abrió los brazos y Mia se lanzó a su pecho -voy a exttañarlas cuando se vayan de luna de miel-

-Solo es una semana, te llamaremos todos los días-

-¿Lo prometes?-

-Todos los días- Prometió

Mia se giró ahora y miró a Silvina -Pero lo voy a pasar muy bien con los abuelos-

Silvina tiró del cuerpo de la pequeña para separarla de Martina y rodearla con sus brazos -Sos mi nieta favorita-

La mujer empezó a dejar besos por su cara y Mia empezó a reír -Soy tu única nieta-

-Por ahora- Dijo Martina con una sonrisa y su madre dejó de besar a Mia para mirar a su hija.

-Después de la boda, abuela- Dijo Mia viendo la expresión de sorpresa de la mujer -Voy a tener una hermana-

Silvina seguía con la boca abierta.

-Nadie está embarazada- Dijo la morocha riendo -Pero Lourdes y yo ya fuimos a la clínica, nos hicieron todas las pruebas y empezaremos el proceso al volver a Nueva York-

-¡Marti!- exclamó chivin con felicidad

-No podes olvidarte de mí cuando tenga una nueva hermana- dijo Mia pero no lo decía preocupada estaba sonriendo, así que Silvina supo que estaba bromeando.

-¿Cómo voy a olvidarme de mi primera nieta?- le hizo cosquillas a la niña, que empezó a gritar

Martina dejó de mirarlas y se tiro en la cama contemplando el techo sin dejar de sonreír.

-¿Qué pensas, mamá?- preguntó Mia cuando se recuperó del ataque de cosquillas de su abuela.

-Pienso en mami- respondio -No puedo esperar a verla con su vestido-

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Ambas mujeres no habían sido capaces de decidir quién caminaría primero al altar para esperar por la otra, así que, en lugar de avanzar por un pasillo central hacia el altar, ambas entrarían por dos pasillos laterales a la vez.

Lourdes sujetaba la mano de Fabian con fuerza mientras esperaba el momento de que la boda empiece

-Tranquila- dijo el hombre.

-¿Y si me tropiezo y me caigo?- preguntó con ansiedad -Mi pierna aún no está al cien por cien-

Fabian sonrió -Yo te sujetaré, y no te soltaré hasta que estés en brazos de Martina, no te vas a caer-

La ojiverde respiró profundamente -No me gusta ser el centro de atención-

-No te preocupes, en cuanto empiece la ceremonia, solo tendrás ojos para Marti- Lourdes sonrió porque su padre tenía razón.

Pasaron unos minutos y finalmente Lourdes  escuchó la música del pianista que habían contratado y supo que era el momento y se colocó en posición con su padre.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora