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Pasaron varios días y Lourdes y Martina tuvieron otra reunión exitosa con la junta de inversores, esta vez dirigida por ambas como un equipo. Cuando terminó, todos los miembros de la junta salieron excepto Daniel Benza 

-Son un buen equipo- dijo sonriendo -Los datos del último mes son increíbles-

-Gracias- respondió Lourdes y Martina simplemente sonrió acercándose a su padre que seguía sentado y puso sus manos en los hombros 

-No nos equivocamos con Lourdes, papá- dijo sonriendo y mirando a la otra mujer.

-Me alegra- dijo mirando a su hija. -¿Nos vemos esta noche en casa?-

-Si, ya hable todo con mamá- apreto sus hombros una vez más antes de volver a donde estaba Lourdes para guardar su netbook

-Lourdes, ¿Te gustaría venir a cenar a nuestra casa?- pregunto Daniel. Ambas mujeres alzaron la cabeza igual de sorprendidas -Hoy es el cumpleaños de Martina- Lourdes giró la cabeza para mirarla

-No me dijiste que era tu cumpleaños hoy-

La morocha, que había estado mirando a su padre con los ojos muy abiertos, se giró para mirar a Lourdes -Se me... olvidó-

-No se te olvidó- dijo la ojiverde acusatoriamente, pero decidió ignorarla y mirar a Daniel de nuevo. Vio que el hombre las miraba con una sonrisa -Tengo un compromiso esta tarde, pero voy a intentar cambiarlo y estar ahí para la cena-

-Estupendo- dijo el poniéndose de pie -Será un placer tenerte con nosotros. Espero que puedas cambiar ese compromiso- El hombre comenzó a caminar hacia la puerta -Te pasaré la dirección-

Tras decir eso, salió de la sala dejando a las mujeres a solas.

Lourdes miraba a Martina con los ojos entrecerrados. -No se ocultan los cumpleaños, me encantan los cumpleaños-

-Perdon, Lu-

-Ahora tengo que comprarte algo en tan poco tiempo- masculló la colorada entre dientes.

-¿Qué?-

-Nada, intentaré estar en la cena, pero a lo mejor no puedo- dijo con pena.

-No te preocupes-

Lourdes la señalo con el dedo -No te lo mereces por ocultarme tu cumpleaños, pero... te invitaré a comer otra vez- añadió mientras se ponía su saco

-No es necesario que hagas eso- respondió Martina negando con la cabeza.

-Pero lo haré, y me dejarás- contestó -veni-

La morocha se sorprendió cuando Lourdes abrió sus brazos, pero no tuvo tiempo de reaccionar porque enseguida la mujer la abrazó apretándola contra su cuerpo.

-Feliz cumpleaños, Mar- susurró cerca de su oído.

Martina rezó para que no notara el escalofrío que recorrió su piel al sentir los labios de la otra mujer tan cerca -Gracias- respondió.

-Ahora vamos- se separo -Tenemos que celebrar-

Lourdes salió de la sala de reuniones y Martina se quedó ahí parada unos segundos, procesando lo que acababa de pasar antes de seguir a la otra mujer.

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Lourdes descendió del taxi y se encontró frente a la dirección que Daniel le había enviado. Miró la casa con sorpresa, esperaba un lujoso apartamento, pero en su lugar se encontraba una hermosa casa en lo alto de la ciudad, dejándola sin palabras. Subió las escaleras y llamó al timbre.

-Debes ser Lourdes- dijo la mujer que abrió la puerta con una sonrisa radiante y ella asintió con una sonrisa -Soy Silvina, la madre de Martina- se presentó la mujer -Me alegra que hayas podido venir, mi marido y mi hija hablan maravillas de vos-

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora