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El celular de Martina sonó varias horas después y sonrió al ver el nombre de Lourdes en la pantalla.

-Hola Lulita, ¿cómo estás?-

-Hola, mi amor- respondió la ojiverde. La morocha se derritió escuchando ese saludo -Estoy mejor- continuó -¿Cómo va tu día?-

Martina suspiró -Tuve un encontron con Ferrero esta mañana. ¿Podes creer que quiso contratar a dos asesores financieros sin consultarlo con nadie?-

-¿En serio?-

-Sí, le dije que con su antigüedad en la empresa tenía derecho a proponer candidatos pero que no iba a elegir los empleados de mi empresa-

-Seguro que no le cayo bien que le dijeras que no-

-Nop- contestó -Y creo que vas a tener que entrevistar a esos hombres. No creo que los contratemos pero si me niego a considerarlos voy a crear una guerra abierta con Ferrero-

-Los entrevistaré cuando vuelva. ¿Sabes algo de ellos?-

-Que tienen pene- contestó la mujer de ojos marrones y Lourdes soltó una carcajada al otro lado de la línea -Es cierto, Ferrero quiere meter a dos asesores para controlarnos, no necesitamos asesores financieros, las cuentas de la empresa son impecables pero quiere tener a sus hombres dentro de estos despachos y no lo va a conseguir-

-Que mal que tengas que lidiar con esto sola- respondió la colorada

-No te preocupes- dijo Martina -Sobreviviré a Ferrero mientras te recuperas-

-Creo que mañana ya voy a poder ir a trabajar-

-Ya veremos- contestó la morocha

-¿Cómo que ya veremos?-

-Cuando vuelva a casa, si no tenes fiebre y tu estómago se encuentra mejor después de cenar, quizás consideraré que vuelvas- contestó con una sonrisa.

-¿Considerarás?- preguntó indignada -Perdon pero, Señorita Benza, usted no me manda a mi- era evidente que estaba sonriendo.

-Y yo siento decirle, Señorita Gonzalez, que no voy a dejar que ponga un pie fuera de mi casa mientras tenga fiebre- dijo sonriendo -Porque no pienso arriesgarme a que te pase algo-

-Está bien- contesto -Esta noche decidimos-

Justo en ese momento su impresora empezó a funcionar y salieron varios papeles, los tomó y vio que Micaela le había enviado los currículums de los asesores de Ferrero

-Acaban de llegar los currículums- informó -Voy a verlos-

-Envíamelos por correo- pidio -Yo los puedo revisar-

-Vos podes elegir entre tomar una siesta o ver una serie, no te voy a mandar nada de trabajo-

-Pero...- empezó a protestar

-No- dijo Martina -Y no penses en hablar con Micaela y Guada, están avisadas, nada de trabajo hasta que estés mejor-

La ojiverde bufó al otro lado de la línea -Sos una dictadora-

Martina volvió a reír -Descansa ¿si? Te extraño, no hay nadie dando golpes a mi pared-

-Yo también te extraño-, contestó sonriendo -Te dejo trabajar, hablamos después amor-

-Bueno, te amo Lulita, descansa-

Martina cortó la llamada y miro los currículums, eran bastante básicos y sus cartas de presentación eran aburridas y ordinarias. Dejó los papeles a un lado y siguió con el resto del trabajo.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora