Love - Martuli

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Martina tomó su celular para llamar a su madre, como había acordado con Lourdes e iba a preguntarle si podía cuidar a Mia el viernes por la noche.

-¡Hola, hija!-

-Hola mamá- dijo Martina con una sonrisa al escuchar la voz de su madre -Llamaba para pedirte un favor-

-Obvio que me llamas para eso. ¿Qué necesitas de mí?- respondió fingiendo estar enojada pero la morocha podía escuchar la sonrisa en su voz.

-Llamaba para pedirte que te quedes con Mia, pero no te preocupes, ya nos arreglaremos con otra persona- bromeó

-¡No!- exclamó Silvina, haciendo que Martina separara el teléfono de su oreja -Yo me quedo con ella-

En ese momento llamaron a la puerta -Espera un segundo mamá- alejo el telefono su oreja -adelante-

La puerta se abrió y su novia asomó la cabeza -¿Puedo pasar?-

-Sí, pasa- dijo Martina asintiendo -Era Lourdes mamá. Espera un segundo que te pongo en altavoz-

La ojimarron puso el teléfono en altavoz y lo dejó sobre la mesa, abriendo los brazos e invitando a Lourdes a sentarse en sus piernas. Aunque la mujer negó con la cabeza, se sentó en el regazo de su novia de lado, con sus piernas sobresaliendo sobre un lado de la silla y sus brazos alrededor del cuello de la ojimarron.

-Hola Lucrecia, ¿cómo estás?-

-Todo bien, Chivin- dijo la colorada apoyando su cabeza en el hombro de Martina

-Marti me acaba de preguntar si me puedo quedar con Mia y... sería un placer. Estoy muy emocionada-

-Gracias Chivin Mia te adora y estoy segura de que lo pasarán bien-

-Yo también la adoro-

Martina dejó un beso en el hombro de Lourdes mientras la abrazaba -Gracias mamá, por hacer esto por nosotras-

-¿Pueden traerla a mi casa?- preguntó Silvina poco después -O puedo ir a su departamento pero Dan instaló una sala de cine en la casa, arriba. Además, la última vez que vinieron a comer, Mia estaba como loca con Juana-

Lourdes sonrió al recordar cómo su hija había jugado con la perra de los Benza durante su última visita a comer semanas atrás.

-Si no es problema para ustedes... creo que Mia estaría encantada- respondió la ojiverde

-¡Obvio que no es problema!- respondió la mujer, haciéndolas reír a ambas.

-Gracias de verdad- expresó la colorada

-En teoría les estoy haciendo yo el favor... pero de verdad, estoy feliz de quedarme con Mia- contestó la mujer con dulzura.

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El viernes en la noche, después de dejar a Mia en casa de los Benza, Lourdes y Martina se dirigieron directamente al restaurante donde habían reservado para esa noche.

-Gracias por proponer esto- dijo la ojiverde sonriendo mientras caminaban tomadas de la mano.

-¿Por proponer una cita?- preguntó Martina

-Sí, por eso y por proponer que tu mamá se quede con Mia- respondió

Su conversación fue interrumpida cuando llegaron a la entrada y una elegante camarera las llevó hasta su mesa.

-¿Qué me decías, Lulita?- preguntó la morocha cuando estuvieron solas de nuevo.

Lourdes la miró con adoración -Te daba las gracias por... sugerir esta cita y por pedirle a tu mamá que se quede con Mia-