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Al día siguiente, Martina se sentía un poco nerviosa por encontrarse con Lourdes pero afortunadamente todo parecía haber vuelto a la normalidad y no había ninguna incomodidad entre ellas. Aunque ella dudaba en invitarla a salir fuera del trabajo en un futuro cercano.

Eran casi las diez de la mañana cuando llamaron a la puerta del despacho de Martina y Lourdes apareció al otro lado.

-¿Lista para la reunión?-

-Lista- respondió poniéndose de pie y colocándose el saco antes de seguir a la otra mujer

Al llegar a la sala de conferencias, Martina tomó asiento mientras Lourdes se dirigía a la parte delantera de la habitación, ya que sería ella quien dirigiría la reunión

La mujer de ojos marrones se permitió el lujo de mirar a Lourdes mientras colocaba su computadora y ordenaba sus notas. Ese día, la ojiverde había elegido un vestido negro precioso y llevaba el pelo recogido.

La habitación empezó a llenarse con los diferentes directivos convocados a esa reunión. Martina sonrió a algunos de ellos y sacó su tablet preparándose para tomar algunas notas.

Lourdes comenzó la reunión y la morocha no pudo evitar notar el enorme contraste entre la mujer amigable que contaba chistes sin parar y la profesional que tenía delante. Lourdes irradiaba confianza, seriedad y profesionalismo mientras presentaba los datos y Martina tuvo que esforzarse por concentrarse en las palabras, ya que no podía evitar distraerse cada pocos segundos con la forma en que su vestido resaltaba su figura o la manera en que sus labios se movían al hablar.

-Y eso sería todo por hoy- finalizó Lourdes -¿Alguna pregunta?-

Varios empleados de diferentes departamentos plantearon varias cuestiones que ella respondió sin dudar, y pronto la reunión llegó a su fin.

La habitación, que se había llenado, poco a poco se fue vaciando pero Martina no se movió de su lugar hasta que ambas quedaron a solas de nuevo y Lourdes se sentó en la silla que quedaba al lado de la morocha

-¿Qué te pareció mi desempeño?- preguntó balanceándose en la silla de un lado a otro.

-Perfecto, sos nuestra superestrella- respondió

-Gracias, Mar-

-¿Mar?- levanto las cejas -¿Dónde quedó la Señorita Benza?-

Lourdes rodó los ojos -A partir de ahora te llamaré Señorita Benza-

-No, no, era una broma- rió levemente -Me gusta Mar-

-Pues lo siento...- dijo fingiendo estar enojada -...Señorita Benza-

Martina negó con la cabeza -Todos piensan que sos una ejecutiva seria y formal, pero no sos más que una niña de nueve años-

Lourdes soltó una carcajada -Y estoy muy orgullosa de serlo, Señorita Benza-

-¿De verdad me vas a llamar así?- preguntó Martina mientras ambas se levantaban para salir de la sala de reuniones y regresar a sus despachos.

-si. Soy muy profesional-

La morocha le dio un pequeño empujón con el hombro mientras caminaban juntas y Lourdes empezó a reír.

-¿Cómo estuvo todo?- preguntó Guada cuando las dos mujeres llegaron a sus despachos.

-Todo bien- contestó la colorada -¿Tengo algo más en la agenda para esta mañana?-

-No- respondió Guada tras revisar

-Está bien, entonces voy a hacer una llamada- dijo mirando el reloj y se giró saludando con la cabeza a Martina -Hasta luego, Señorita Ben...-

-Te odio- nego con la cabeza haciendo reír a Lourdes que desapareció dentro de su despacho. Ella hizo lo mismo al entrar en su propio despacho para continuar con sus labores esa mañana.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora