Maratón 2/3
-¡Martina!-
La morocha abrió los ojos y vio a Fabian a su lado sacudiendo su hombro para despertarla. Intentó tomar aire pero le resultó difícil -Respira- dijo el hombre mientras la sujetaba por los hombros.
La morocha empezó a marearse por la falta de oxígeno -Lu... Lourdes-... balbuceó.
-Tranquila- dijo Fabian apretando sus hombros -Acaba de venir una enfermera. No te desperté antes porque no había novedades. Está estable, le bajaron la sedación pero todavía no desperto. Necesito que respires-
La mujer abrió mucho los ojos al asimilar sus palabras -No- dijo finalmente.
-¿No?-
-El medico... dijo... Lourdes que no... que ella...-
Fabian entendió lo que estaba sucediendo. Martina había estado durmiendo en su hombro cuando de repente comenzó a respirar con dificultad y a sollozar a pesar de seguir durmiendo
-No era real, estabas soñando- dijo seriamente -No hablaste con ningún médico, Lourdes está estable- La morocha negó rápidamente -Te lo juro- dijo el hombre -Martina, tenes que escucharme, era una pesadilla-
-Real...- dijo finalmente logrando tomar varias bocanadas de aire -Parecía... tan real-
Fabian la abrazó contra su pecho, a pesar de la silla que los separaba -No era real- contestó el hombre.
La morocha se aferró a él, apretando su camisa, sintiendo cómo sus lágrimas humedecían la tela en el hombro del padre de su novia.
Aún sin haberse calmado del todo, una enfermera se acercó a ellos. Martina la había visto horas antes en la unidad de cuidados intensivos y ambos se pusieron de pie.
-Lourdes no está respondiendo a la baja de medicación, sigue dormida pero es posible que sea porque su cuerpo está en shock. Sus constantes son fuertes y estables y no tuvo complicaciones durante la noche, así que vamos a llevarla a una habitación ahora-
-¿Ahora?- dijo Martina sorprendida.
La mujer sonrió -Podrán estar a su lado. Normalmente esperaríamos unas horas más, pero creemos que escuchar a sus familiares puede ayudarla a despertar- Martina asintió y sintió a Fabian apretar su mano -Regresaré cuando Lourdes esté en la habitación-
Martina asintió y se giro para mirar a Fabian -¿Qué hora es?-
-Son las seis de la mañana- respondió y ella suspiró, estaba exhausta -Me asustaste mucho- dijo cuando recordo el ataque de pánico que ella había sufrido después de la pesadilla.
-Solo necesito estar a su lado, asegurarme de que esté bien y luego descansaré, te lo prometo-
Fabian asintio y ambos continuaron esperando en esas incómodas sillas. Unos minutos después finalmente fueron conducidos a una habitación por una enfermera diferente.
-Cuidado con su lado izquierdo- advirtió la enfermera al entrar con ellos a la habitación donde descansaba Lourdes, quien ya no estaba conectada a un respirador y la mayoría de las máquinas habían desaparecido, aunque aún tenía algunas vías y cables conectados -Si necesitan algo llámenos. Habrá una enfermera revisando a Lourdes cada veinte minutos- añadió antes de salir y dejar la puerta abierta.
Martina no podía apartar la mirada de la ojiverde, parecía dormida, a pesar de la venda en su frente y los cortes en su rostro producto del accidente.
Fabian puso una mano en el hombro de la mujer y la guió hacia el lado derecho de Lourdes, donde había una silla y un pequeño sofá, que se convertía en cama, pegado a la pared.
Martina se acercó a su novia, le dio un beso en la frente con delicadeza y luego tomó su mano con fuerza antes de alejarse para que Fabian también pueda darle un beso a su hija. Después, Martina, tomó asiento en la silla sin soltar la mano de Lourdes, mientras Fabian se colocaba a su lado, poniendo su mano sobre el tobillo de su hija para sentir algún tipo de contacto con ella.
-Háblale- sugirió su suegro -Dijeron que puede ayudar-
La morocha no lo dudó y volvió a mirar a Lourdes apretando un poco más su mano -Volvi Lu- acaricio el dorso de su mano y dejo un beso antes de continuar -Es hora de despertar- dijo con voz dulce -Necesito ver tus ojos para saber que estás bien. Tus padres y los míos quieren que descanse pero no puedo hacerlo hasta que vuelva a ver esos ojos que me dejan sin aliento-
Fabian esbozó una sonrisa triste al escuchar a la mujer que quería a su hija más que a nada.
-Cuando despertes, tenes que decirle a todo el mundo que me necesitas porque yo no necesito dormir, ni comer, ni beber, solo te necesito a vos- dijo Martina -Pero sé... en el fondo sé... que cuando despertes vas a ser la primera en mandarme a casa a descansar- hizo otra pausa para volver a besar su mano -Te prometo que todo va a estar bien, te voy a cuidar y... volveremos a casa pronto-
Se giró para mirar a Fabian y señaló a Lourdes con la cabeza -Hija- dijo el hombre apretando más su tobillo -Si me estás escuchando, hazme un favor y abre los ojos, mi nieta te espera en casa-
Ambos continuaron hablando con Lourdes, pero la mujer seguía sin despertar. Martina vio cómo las distintas enfermeras miraban los signos vitales de su ojiverde con semblante serio. Debería estar despierta pero no lo estaba y eso era malo.
Cuando dieron las ocho de la mañana, Gabriela se asomó a la puerta seguida de Delfina. Martina y Fabian se alejaron para que las mujeres puedan acercarse a la colorada
-Tenes que dormir- dijo Gabriela minutos después sacando a Martina de su trance
-¿Y si despierta?-
-Te avisaremos. Mia está asustada, le explicamos lo que pasa pero... necesita verte, te necesita- respondió la mamá de Lourdes
La ojimarron sintió sus ojos llenarse de lágrimas -Necesito que despierte- dijo con determinación.
Gabriela apretó los labios, ella también estaba al borde del llanto.
-¿Te acordas lo que hablamos ayer?- dijo Fabian a su lado -Anda a casa, abraza a Mia, y descansa unas horas. Después podes volver-
Martina lo miró unos minutos con duda pero finalmente suspiró -¿Pueden dejarme solo un minuto con ella?-
-Si- dijo Gabriela llamando la atención de Delfina, quien estaba sosteniendo la mano de Lourdes y los tres salieron de la habitación.
-Lu- dijo la morocha mientras se sentaba en la silla -Tengo que ir con Mia pero no cumpliste tu parte del trato, no despertaste- suspiró mientras miraba la cara de la ojiverde -Por favor, vuelve a mí- susurró segundos después -Te amo-
La morocha se puso de pie, soltó la mano de Lourdes y con cuidado besó su frente. Estudió su rostro por un momento y luego decidió presionar sus labios contra los de su novia
Martina cerró los ojos y se separó de la cama para dirigirse a la puerta, extendió la mano para abrirla y en ese momento lo escuchó, apenas fue un susurro.
-Mar...-
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Love - Martuli
De TodoDos mujeres que viven en un mundo de hombres luchan día a día para que su trabajo se haga valer pero no saben que pasará cuando sus carreras se junten e inevitable sus vidas también lo hagan