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Fabian regresó al hospital empujando una silla de ruedas completamente nueva y llevando una bolsa de plástico. Lourdes sonrió al verlo entrar, ansiosa por volver a casa.

-Toma- dijo el hombre pasándole la tarjeta de crédito a Martina

La morocha sonrió al guardarla en el bolsillo y se agachó frente a la silla -¿Cómo se coloca el soporte para la pierna?-

Fabian se agachó a su lado -Me lo explicaron en la tienda- dijo mientras movía distintas cosas y poco después colocó el soporte en su lugar.

Una vez que estuvo listo, ambos se pusieron de pie y Martina se sentó en la silla, levantando su pierna izquierda y colocándola en el lugar

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Lourdes con una sonrisa desde la cama.

-Comprobando si es cómoda- respondió moviendo su cuerpo de izquierda a derecha para acomodarse.

-¿Y? ¿Es cómoda?-

-Muy cómoda-

La enfermera volvió a entrar en la habitación y sonrió al ver a Martina en la silla -¿Queres que te busque una cama libre?- bromeó

-No, gracias-

-Está todo listo- dijo la mujer con varios papeles en la mano -Tu alta- dijo mirando a Lourdes -y la lista de medicaciones para cuando se acaben los que les dimos antes- La oijmarron asintió tomando todos los papeles -Si tenes alguna duda- dijo ahora mirando a Martina y señalando un número de teléfono -podes llamar al mostrador, las enfermeras te ayudaremos en lo que sea-

-Gracias de verdad- sin dudarlo abrazó a la mujer, haciendo reír a Lourdes desde la cama.

-De nada- dijo la enfermera cuando se separaron.

-¿Entonces me puedo ir ya?- preguntó la ojiverde con entusiasmo.

-¿Tal vez quieras vestirte primero?- sugirió Martina -Ya sabes, por el tema de que ese pijama no tiene parte de atrás-

Lourdes rodó los ojos pero luego miró su pierna vendada desde el muslo hasta el tobillo y se dio cuenta de que no podía doblarla -¿Cómo me voy a vestir?-

Fabian levantó un dedo y tomó una bolsa que había traído cuando llegó con la silla -Compré pantalones especiales que se abrochan por los lados con botones-

La enfermera junto a Martina ayudaron a Lourdes a vestirse mientras Fabian llamaba a la empresa que habían contratado para llevarlas a casa y bajaba a la entrada del hospital para esperar al conductor

-Listo- dijo la morocha cerrando el bolso con las pertenencias de Lourdes y colgándolo de su hombro. La ojiverde esperaba sentada en la silla que acaban de comprar -¿Estás lista?-

-Sí, llévame a casa-

La ojimarron sonrió y comenzó a empujar la silla hacia los ascensores pero primero se detuvieron en el mostrador de enfermería para despedirse de las trabajadoras que estaban de guardia.

-No puedo creer que esté saliendo de acá, finalmente- comentó Lourdes mientras bajaban en el ascensor y Martina sonrió al ver lo emocionada que estaba su novia.

El viaje en auto fue rápido gracias a la furgoneta adaptada que Fabian contrató. Lourdes ni siquiera tuvo que bajar de la silla, simplemente la subieron al vehículo con un elevador y fijaron la silla con cinturones.

-Un buen uso del dinero- comentó la morocha mientras observaban cómo el auto se alejaba. Habían sido dejadas en el garaje del edificio para poder ir directamente al ascensor.

-Estoy de acuerdo- respondió Lourdes

Martina la condujo hasta su apartamento y Fabian se adelantó para abrir la puerta con su llave. Al entrar, toda su familia las esperaba.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora