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Martina y Mia fueron a cenar con los Benza y al regresar a casa, la niña fue a leer e inmediatamente Martina se dirigió a su propio dormitorio y llamó a su novia.

-Cuéntame todo- dijo Lourdes apenas respondió

La morocha sonrió al escuchar la preocupación en la voz de su ojiverde. Se acercó a la cama y se dejó caer sobre el colchón.

-Mia está bien, tuvo un enfrentamiento con una niña, Holly Martinez...-

-Su padre es un idiota- interrumpió la colorada

La morocha soltó una pequeña risa -Sí, lo es. Holly le dijo a Mia que yo no era su madre de verdad, que su padre la había abandonado y que era su culpa-

Hubo un silencio en la línea y Martina esperó a que Lourdes diga algo.

-Mi amor...- dijo la ojiverde finalmente -¿Y vos cómo estás?-

-Estoy bien, me dolió verla tan triste- respondió suspirando -Mia empujó a Holly, le dije que eso no estaba bien y que merecía el castigo del colegio por usar la violencia pero... le dije que no la iba a castigar por defender a su familia- hizo una pausa -la expulsaron por dos días-

Lourdes suspiró al otro lado de la línea -¿Qué le dijiste de su padre?-

-Nada, que no tiene padre, que vos no necesitabas a nadie para tenerla, pero que nada era por su culpa-

La colorada hizo otra larga pausa -El día... que le tenga que explicar realmente lo que pasó... será el peor día de mi vida- dijo finalmente -Peor que... el día que pasó todo-

-No digas eso- dijo Martina apretando su telefono -Cuando Mia sea lo suficientemente mayor como para entender lo que pasó yo estaré a tu lado para hablar con ella y... Mia... va a estar muy orgullosa de su madre, lo sé-

-No me hagas llorar-

La morocha suspiró frustrada por no poder abrazar a su novia en ese momento -Siento que haya pasado esto la primera vez que vuelas a Londres sola-

-Me gustaría estar ahí con ustedes pero no me cabe duda de que gestionaste esto perfectamente-

-Gracias Lulita, me asusté cuando recibí la llamada del colegio y no estabas-

-Lo hiciste muy bien, estoy segura-

Martina se volteó quedando boca arriba mirando el techo de la habitación -Fuimos a cenar con mis padres y ahora está leyendo, pero es muy probable que hoy le pida que duerma conmigo-

Lourdes se rió -¿No podes dormir sola?-

-No- respondio sin avergonzarse -Voy a extrañarte, pero al menos tengo a Mia-

-Yo también te extrañaré esta noche-

-Solo son cuatro noches, y pronto estarás de vuelta conmigo-

-Te amo-

-Te amo más amor-

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Martina olvidó un detalle extremadamente importante esa tarde. Mia estaba expulsada durante dos días y no se le pasó por la cabeza que no había llamado a nadie para cuidar de la niña. Cuando finalmente se dio cuenta, era demasiado tarde.

La morocha se levantó con Mia durmiendo en sus brazos y sonrió, pero fue cuando la realidad la golpeó como una bofetada.

-Mierda- Dijo Martina simplemente y se giró rápidamente para apagar la alarma de su teléfono e inmediatamente le escribió a Marina pero claro que la mujer no le contestó, era temprano y lo más probable era que este durmiendo. Martina se levantó de la cama y con pesadez marcó el número de la mujer.

Después de disculparse por despertarla, le explicó la situación quien le respondió con pesadez que no podía cuidar a Mia esa mañana debido a una cita médica. Martina se disculpó de nuevo y colgó la llamada suspirando.

-¿Mamá?- preguntó Mia incorporándose en la cama y frotándose los ojos.

La ojimarron puso las manos en su cintura y miró el reloj, no tenía mucho tiempo para resolver la situación.

-Creo que hoy vas a cumplir uno de tus deseos- dijo finalmente mirando a su hija


















Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora