5️⃣5️⃣

149 23 2
                                    

Mamá

Mamá

Mamá

Mamá

Mamá

Desde que Mia comenzó a llamar a Martina asi, no volvió atrás y cada vez que la morocha la escuchaba dirigirse a ella de esa manera, su corazón se llenaba de felicidad.

En ese momento, Lourdes y Martina estaban recostadas en el sofá viendo una película. Era sábado por la tarde y estaban teniendo un día tranquilo en casa sin hacer nada especial.

-¡Mamá!- Se escuchó al fondo del pasillo.

-Esa sos vos- dijo Lourdes empujando el hombro de Martina para que se levantara.

-¿Por qué parece que siempre soy yo?- Dijo indignada

-A vos te dice mamá, a mi me llama mami-

-Vos sos mami- dijo la morocha levantándose -Pero a veces ambas somos mamá-

-Por las dudas- la ojiverde sonrio con inocencia -mejor anda vos-

La ojimarron soltó una carcajada y rodeó el sofá para dirigirse a la habitación de Mia.

-¿Qué pasa Mia?- Dijo asomando la cabeza en la habitación de la niña.

-Necesito ayuda- ella estaba sentada en su escritorio, mirando su cuaderno. Martina entró y se acercó a ella -Tengo que hacer un árbol genealógico- le enseñó lo que tenía en la hoja hasta el momento.

El nombre de Mia estaba en el centro de la hoja en la parte de abajo, sobre ella había dos rectángulos, uno decía Lourdes Aylen Gonzalez Orellano y el otro Martina Benza. A la misma altura que el de ellas estaban sus hermanas, Delfina y Lara y sobre todos esos nombres estaban los rectángulos de Dan, Chivin, Gabriela y Fabian

-No me sé tu segundo apellido- explicó la pequeña y la mujer entendió el problema. Podría haberse roto a llorar en ese momento, pero no lo hizo. Dejó el cuaderno sobre la mesa delante de la niña y se inclinó sobre su hombro.

-Salomone- dijo la mujer de ojos marrones señalando el hueco donde faltaba su segundo apellido.

-Salomone- repitió Mia tomando su lapiz para completar el nombre. La niña escribió después el apellido al lado del nombre de Silvina

Martina notó que arriba de los nombres de Gabriela y Fabian también estaban los nonbres de los abuelos de Lourdes pero en su lado del árbol genealógico no había más que eso.

-Mi abuela se llamaba Isabel- dijo señalando el espacio vacío encima de su propia madre -Y mi otra abuela se llamaba Carmen- señaló ahora el lugar encima de su padre

-Mi abuelo se llamaba Carlos- dijo ahora señalando el otro lugar que quedaba encima de Chivin -Y el otro se llamaba Esteban-

Pero Mia no se puso a escribir, en su lugar se giró para mirar a Martina -¿Ya no están?-

-Ya no están- respondió con una sonrisa triste.

Mia dejó el lapiz en la mesa y tomó el brazo de la mujer de ojos marrones aremangando su buzo para revelar el tatuaje del nombre de su abuela

-Sí- respondió su pregunta silenciosa mientras la niña pasaba los dedos por la tinta -Este es por mi abuela-

Mia alzó la vista para mirarla -¿Me ayudas con esos nombres? Quiero escribirlos bien-

Martina dejó un beso en su pelo -te ayudo-

La morocha se inclinó de nuevo sobre ella y ayudó a la pequeña a deletrear los nombres de sus abuelos.

-Listo- dijo Mia mientras pasaba la mano por encima del cuaderno -Esta es mi familia- agregó con una sonrisa.

-Gracias por permitirme ser parte de ella- expresó Martina sonriendo de oreja a oreja

Mia le devolvió la sonrisa -Gracias por ser mi mamá-

---

El lunes, Martina estaba en su despacho cuando sonó el teléfono de su escritorio.

-Benza-

-Martina, tenes una llamada del colegio de Mia- informó Micaela

La morocha se puso tensa y apartó la vista de la computadora -Pásame la llamada-

-Hola, ¿señorita Benza?-

-Sí, soy yo-

-Llamo de Waldo School, no podemos contactar con la señorita Gonzalez y su número es el siguiente en la lista. Disculpe que la llame al trabajo pero tampoco contestaba a su teléfono personal-

Martina bajó la vista a su mesa y vio que tenía varias llamadas perdidas

-Sí, disculpe. Lourdes está en un avión en este momento. Dígame qué pasa-

-Mia está involucrada en un incidente en el colegio y necesitamos que alguien venga a buscarla-

-¿Un incidente?- preguntó la morocha alarmada, creando distintos escenarios en su cabeza en menos de 30 segundos -¿Pero está bien?-

-Sí, sí, Mia está bien- la tranquilizó un poco -Si no le importa, hablaremos cuando llegue ¿Podrá venir a buscarla?-

-Estaré ahí en diez minutos- respondió Martina poniéndose de pie y cortando la llamada.


















Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora