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-Ya llegué- dijo Lourdes apretando con fuerza su teléfono

-¿Estás en la entrada?-

-No, estoy en la sala de descanso de la planta baja. Tengo que ir a Recursos Humanos antes de subir, quiero que ella venga conmigo- miro a su alrededor consciente de las miradas curiosas dirigidas hacia ella.

-Entendido, dame dos minutos-

Guadalupe cortó la llamada y Lourdes empujó su silla hacia una mesa libre, sacó un papel de su maletín que debía entregar en Recursos Humanos para indicar que iba a volver a trabajar, ya que se le había olvidado completarlo antes de salir de casa.

Varias plantas más arriba, Guada se puso de pie y se dirigió hacia la puerta de Martina golpeando tres veces.

-Pasa- se escucho la voz de Martina

-Martina, hay un potencial inversor que vino sin avisar. Te está esperando en la sala de descanso de la planta baja- informó la pelinegra asomando la cabeza

-¿Qué inversor?- levantó las cejas.

-Tenes que bajar. Es importante- dijo Guadalupe

-No me reúno con nadie sin cita previa y menos si no me decis quién es-

-Viene de parte de tu padre- dijo la mujer tratando de hacer que la morocha creyera su mentira.

-¿Cómo se llama?-

-Eh... Esteban... Jara- dijo Guadalupe pensando en un nombre falso -Esteban... Jara- añadió al final, aquel nombre le resultaba familiar.

-¿El padre de Camila?-

-No, no. Otro Esteban Jara- respondió negando y maldiciéndose internamente.

Martina miró a la secretaria con escepticismo -¿Otro Esteban Jara?-

-Martina, por favor anda a la sala de descanso de abajo, tengo que trabajar y te están esperando-

La pelinegra salió rápidamente por la puerta y Martina suspiró, sabía que tenía mucho trabajo por delante. Desde que Lourdes estaba de baja, la carga de trabajo en la empresa había aumentado considerablemente, especialmente con todos los días que ella misma había faltado para estar con su familia.

La mujer salió del despacho lista para seguir cuestionando a su amiga pero se encontró con que su mesa estaba vacía.

-Creo que fue al baño- dijo Micaela

Martina negó con la cabeza y se dirigió a los ascensores para bajar a la primera planta, donde había una amplia sala de descanso

Al poner un pie en la sala, miró a su alrededor esperando ser reconocida por algún colega, pero su sorpresa fue evidente al ver a Lourdes sentada en su silla de ruedas a unos metros de distancia, escribiendo algo en un papel.

Caminó rápidamente hacia ella y puso una mano en su hombro al darse cuenta de que aún no la había visto llegar.

-Hola- saludó la ojiverde levantando la vista y mirando a Martina

-¿Qué haces?- preguntó Martina todavía sorprendida. Aquella mañana había dejado a Lourdes en la cama y ahora, menos de dos horas después, estaba frente a ella con un traje precioso que la dejaba sin aliento.

-Vine a trabajar, pero esperaba que me acompañaras a recursos humanos- respondió

-¿Sos Esteban Jara?-

-¿El padre de Cami?-

-Guada...- empezó a decir Martina, pero decidió no explicarse -Nada, no importa- le dedicó una sonrisa -Me alegra que estés de vuelta-

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora