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5 AÑOS DESPUÉS

Martina regresaba a casa después de un largo día. Las cosas entre ella y Lourdes no estaban  bien, habían tenido una discusión en el trabajo y a pesar de sus esfuerzos por separar su relación laboral de la personal, era difícil. Llevaban tres días discutiendo sobre el manejo de un proyecto y la tensión era evidente incluso cuando salían.

Mientras regresaba a casa con sus trajes recién recogidos de la tintorería, la morocha, pasó por delante de una tienda y decidió entrar.

Cuando llego a su casa, en lugar de usar su llave, tocó el timbre porque tenía las manos ocupadas.

-¿Mar?- Dijo Lourdes abriendo la puerta -¿Por qué no usas tu lla...?-

Pero se quedó callada al ver a su chica con varios trajes colgando de un brazo y una caja de medialunas en la otra mano.

Lourdes levantó una ceja -¿Qué es eso?-

-Medialunas- respondio empujando la caja hacia la colorada con miedo de que se le cayera -Es de la pastelería de la esquina, tus favoritas-

Los ojos de Lourdes se abrieron mucho, sabía lo raro que era que preparen medialunas a esta hora en la pasteleria de la esquina y por mas que quiso buscar otros lugares, nada se comparaba al sabor que tenían

-Gracias Mar-

-De nada amor- Dijo la ojimarron con una sonrisa, entrando y dirigiéndose directamente al dormitorio para dejar los trajes. Luego, fue en busca de Mia extrañada de que la niña, ya no tan pequeña, no se hubiera lanzado a sus brazos.

La mujer se asomó a la puerta entreabierta de la habitación de Mia y la vio en la cama leyendo. Entró en la habitación y se dejó caer al lado haciéndola sobresaltar

-¿Qué estás haciendo?- Dijo con una sonrisa.

Mia le devolvió la sonrisa y dejó el libro sobre el colchón -Hola Marti-

-Hola preciosa- le dio un beso en la sien.

-No te escuché entrar-

La morocha le resto importancia y señaló el libro con la cabeza -¿Por dónde vas?-

Mia se había introducido en el mundo de Harry Potter cuando cumplió diez años y Martina no esperaba que los devore tan rapido. Aunque era un poco joven para los últimos libros, Mia era una niña muy madura.

Verla leyendo los mismos libros que ella había leído de adolescente llenaba de felicidad a Martina. Las páginas estaban algo amarillentas y las tapas gastadas. A pesar de que se ofreció a comprarle unos nuevos, Mia parecía llena de orgullo al leer los mismos que la ojimarron había leído de niña.

-Harry y Dumbledore están en la cueva, fueron a buscar el horrocrux- dijo Mia.

Martina abrió mucho los ojos -Normal que no me hayas escuchado entrar, esa parte es importante- Cuando bajó la vista, se dio cuenta de que la pequeña ya estaba terminando el sexto libro. El final era muy duro, recordaba cómo había llorado la primera vez que lo leyó.

Por suerte, Mia no había visto ninguna de las películas y ella tenía planeado hacer una maratón en cuanto terminara de leer la saga.

Mia asintió -Necesito saber qué pasa-

La morocha dejó un beso en la frente de Mia -Podes leer ahora, veni a buscarme cuando termines-

Mia asintió y miro a Martina salir de la habitación antes de retomar su lectura.

La ojimarron regresó a su habitación para cambiarse de ropa y encontró a Lourdes sacando las fundas de los trajes de la tintorería.

-Perdon- dijo Martina -Olvidé quitar las fundas-

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora