Maratón 1/3
Martina salió de la unidad de cuidados intensivos y se reunió con sus padres, quienes la abrazaron con fuerza.
-Mia...- murmuró sintiendo los brazos de sus padres alrededor de ella.
-Guada y Ari van a encargarse, también llamamos a los padres de Lourdes- dijo Silvina -Les informamos todo lo que nos dijo el médico, ellos ya estan viniendo-
La morocha asintió -Ella parecía tan vulnerable en esa cama, con todas esas máquinas- comentó
-Pero la operación salió bien- dijo Daniel
-Si algo le pasa, me muero- expresó Martina
-Tranquila- dijo Silvina al ver que su hija volvía a entrar en pánico.
Los tres se sentaron en silencio, pero Martina tenía la mirada perdida en la distancia.
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Pasaron varias horas y la mujer de ojos marrones se negó a comer, solo tomó unos sorbos de agua para tranquilizar a su madre.
-Familia de Lourdes Gonzalez- llamó una voz captando su atención. Los tres se levantaron una vez más. Se acercó un médico diferente -Lourdes se encuentra estable pero no queremos arriesgarnos llevándola a una habitación antes de tiempo. El equipo decidio dejarla en observación en la unidad de cuidados intensivos al menos hasta mañana-
Martina asintió intentando procesar esa información.
-Vamos a intentar despertarla hoy, reducir la medicación para evaluar su estado. Como se quedará toda la noche, en unos minutos será el último horario de visitas de hoy- el hombre miró los papeles -Tengo anotado... Martina... prometida de Lourdes ¿verdad?-
-Sí- asintió -Soy yo-
-Bien, será igual que hace unas horas. Después pueden ir a casa, en el mostrador les tomarán los datos y los llamaremos si hay algún cambio, pero no pueden volver a verla hasta mañana a las ocho de la mañana-
-Me quedaré- dijo la morocha -Me... me voy a quedar-
El hombre le dedicó una mirada comprensiva -No vas a poder entrar, es importante descansar-
-Igual, me voy a quedar-
-Está bien- dijo el hombre -Vendrá una enfermera en unos minutos, tenes que volver a ponerte el traje estéril-
El hombre se alejó en busca de otra familia en la sala de espera.
-Tenes que descansar hija- dijo Silvina cuando volvieron a quedarse a solas.
-Tengo que estar aca-
Su madre suspiró -Cuando vengan los papás de Lourdes vas a descansar- dijo firmemente.
-Quizás- murmuró sentándose en la silla
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Martina volvió a entrar a ver a Lourdes y la visita fue muy similar. La colorada seguía en la misma posición y Martina sentía una presión en su pecho, una sensación que empeoraba cada segundo que pasaba.
La morocha se arrastró de vuelta a la sala de espera y vio a Gabriela al fondo del pasillo. Las lágrimas brotaron en el segundo en que posó sus ojos en la mujer, quien comenzó a avanzar hacia ella a toda velocidad y la abrazó con fuerza.
-Marti- dijo Gabriela mientras la apretaba contra su pecho.
-Está estable- dijo Martina sin soltarla -Acabo de verla-
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Love - Martuli
CasualeDos mujeres que viven en un mundo de hombres luchan día a día para que su trabajo se haga valer pero no saben que pasará cuando sus carreras se junten e inevitable sus vidas también lo hagan