Martina y Lourdes volvieron al auto sin dejar de sonreír y por primera vez en toda la noche, la ojiverde miró su celular y abrió los ojos con sorpresa -Son las cuatro de la mañana-
La morocha rio a su lado -Si-
-No pensé que fuera tan tarde-
Martina dejó un beso en su pelo y continuaron su camino a casa de las Gonzalez
-Te acompañaré arriba- Dijo la ojimarron cuando llegaron e hizo el intento de salir del auto pero Lourdes la detuvo tomando su mano
-Mar... quédate, es muy tarde-
-¿Estás segura?-
Lourdes asintió y la morocha hizo lo mismo, salieron del auto y Martina le indicó al chofer que se podía ir
-Marina va a alucinar- Dijo la ojiverde mientras subían en el ascensor.
-Pensé que le dijiste que volverías tarde-
-Sí, sí, le dije que podía dormir en la habitación de invitados, pero aún así... es mucho más tarde de lo que había imaginado-
Pero Martina no dijo nada, solo la besó mientras subían hasta el apartamento de Lourdes y se separó de ella cuando se abrieron las puertas del ascensor
Una vez dentro todo estaba en completo silencio.
-Mar, anda a mi habitación y toma lo que quieras de mi ropero- Dijo en un susurro -Yo voy a despertar a Marina-
-Dale una buena paga Lulita-
La ojiverde sonrió a su lado -Lo voy a hacer, ahora anda arriba ya voy yo-
Martina recorrió el pasillo hasta la habitación de Lourdes. Buscó en el ropero una remera y encontró una muy larga por lo que decidió que no necesitaba pantalones.
La morocha entró en el baño y se sorprendió al ver en el espejo la sonrisa que adornaba su rostro, no podía dejar de sonreír. Se quitó la ropa dejándolo a un lado y se puso la camiseta que le llegaba hasta la mitad de los muslos, después decidió lavarse la cara y se alegró al ver que Lourdes tenía los productos desmaquillantes. Después de lavarse la cara, se incorporó y vio a la ojiverde apoyada en la puerta.
Lourdes rodeó a Martina por la cintura y se apoyó en su hombro para mirar juntas al espejo.
-Hola- saludó
-Hola- respondió la morocha, sintiendo el abrazo de la otra mujer.
Lourdes observó a través del espejo el rostro limpio de maquillaje de Martina y su cuerpo cubierto con una de sus remeras para dormir y sintió una sensación familiar. Martina encajaba perfectamente en su vida, como la pieza que faltaba para que el rompecabezas estuviera completo
-¿En qué pensas?- preguntó la ojimarron al ver a Lourdes perdida en sus pensamientos.
-En vos- respondió de inmediato -En lo hermosa que estás en este momento-
Martina se giró en los brazos de Lourdes y le dedicó una sonrisa -Vamos a dormir-
La ojiverde asintió y le dio un beso en los labios.
Martina se dirigió a la cama dejando a Lourdes sola en el baño. Minutos después, la ojiverde se acercó y se metió también entre las sábanas.
-Me alegra que te quedes- dijo Lourdes acercándose a Martina -No quería separarme de vos todavía-
Martina sonrió -¿Qué tal esta noche? ¿Fue una buena cita?-
La ojiverde asintió -La mejor cita de mi vida, de verdad-
La morocha suspiró -No quiero asustarte, pero tenes que saber que me estoy enamorando de vos... cada segundo que paso con vos... es más fuerte-
-No me asustas- aseguró -Me haces feliz- añadió mientras besaba lentamente los labios de Martina -Y no dudes que yo también me estoy enamorando de vos Mar-
Martina apretó a Lourdes contra su cuerpo y entrelazaron sus piernas mirándose a los ojos en silencio
-Vamos a dormir- dijo la ojiverde perdiendo la batalla contra el sueño -Es muy tarde y Mia tiene mucha energía, mañana va a ser difícil seguirle el ritmo-
La morocha se sintió nerviosa al pensar en lo que le dirían a la niña al día siguiente cuando despertara y la vea ahi -Lu... ¿Qué vamos a decirle a Mia mañana?-
Pero Lourdes no respondió y Martina se dio cuenta de que la mujer se había quedado dormida en sus brazos. Le dio un beso en la frente y cerró los ojos, también se dejó llevar por el mundo de los sueños, invadida por la imagen de Lourdes Gonzalez, la mujer de la que se estaba enamorando perdidamente
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Love - Martuli
AléatoireDos mujeres que viven en un mundo de hombres luchan día a día para que su trabajo se haga valer pero no saben que pasará cuando sus carreras se junten e inevitable sus vidas también lo hagan