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Lourdes no hizo ningún movimiento para salir del auto y Martina giró la cabeza para mirarla.

-Perdón- dijo finalmente -Es un tema... delicado- Martina la seguía mirando sin decir nada -Mar, no estoy... lista para hablar de esa época-

La morocha asintió -No quería presionarte, ya sé que no me debes explicaciones, solo quería conocerte mejor-

-Lo sé- asintio -Sé que... a veces te pido mucho... pero ¿Podes darme un poco de tiempo?-

Martina asintió -Todo el que quieras-

La colorada suspiró mirando a la otra mujer -No te merezco-

-No digas eso- Martina puso una mano en su mejilla -Tu vida fue complicada, todavía no sé mucho- esbozó una sonrisa -Pero no tengo apuro Lu, quiero conocer cada parte de vos, las buenas y las malas y no hay ningun apuro-

Lourdes negó, la mano de Martina seguía en su mejilla -Pronto... te lo contaré pronto-

Martina se inclinó y besó sus labios dulcemente -Cuando estés lista-

-Gracias- Lourdes apoyando su frente en la de la otra mujer -¿Queres subir?-

-No, te dejaré algo de espacio-

-No, veni, quiero... hablar con Mia de... nosotras-

La ojimarron la miró sorprendida -No tenemos que hacer eso ahora-

La ojiverde tomó su mano -Lo decidí comiendo con las chicas, somos novias ahora- La mujer esbozó una sonrisa sincera tras decir esas palabras -Mar... estoy segura de que quiero estar con vos, no hay razones para ocultarle esto a Mia-

-¿Estás segura?-

-Muy segura-

-Está bien- beso sus labios una vez más -Voy a buscar un lugar para estacionar y despues subo-

-Te veo en un rato- Lourdes sonrió saliendo del auto.

Martina suspiró, el viaje en auto había sido muy diferente a lo que había imaginado. No esperaba entrar en ese pequeño conflicto con Lourdes pero había aprendido que a veces era necesario presionarla un poco para que cediera. La morocha olvidó esa parte de la conversación y comenzó a pensar en cómo reaccionaría Mia ante la noticia de que eran novias. Aunque sabía que la niña estaría emocionada, se sentía un poco nerviosa.

Sumida en sus pensamientos, encontró un lugar para estacionar y cinco minutos después estaba llamando a la puerta de la casa de las Gonzalez. Sabía lo que le esperaba al otro lado, así que se preparó para alzar el cuerpo de Mia, que efectivamente se abalanzó sobre ella cuando abrió la puerta.

-Hola, princesa- dijo abrazando a la pequeña. Por encima del hombro de la niña vio a Lourdes sonreír mientras sostenía la puerta.

Martina entró en el apartamento y dejó a Mia en el suelo, quien no paraba de hablar a toda velocidad tratando de contarle todo lo que había pasado desde la última vez que se vieron.

-Mia- Lourdes le llamo la atención poniendo sus manos en los hombros de la pequeña para calmarla -Martina y yo tenemos que hablar con vos un momento-

La colorada hizo un gesto con la cabeza y Martina asintió caminando hacia el sofá. Se sentó y Mia inmediatamente se subió a sus piernas, mientras Lourdes se sentaba a su lado.

-¿Qué pasa mami?- preguntó la niña apoyando su espalda en el pecho de Martina y mirando a su madre.

-Tengo que hablarte de algo- dijo Lourdes y Martina notó que estaba algo nerviosa -¿Sabes que últimamente Martina pasa mucho tiempo con nosotras?- La niña asintió sonriendo -Bueno, es porque Martina y mami... son novias- dejo la frase en el aire.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora