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Días después, Lourdes estaba dirigiendo una de sus reuniones semanales con el equipo financiero. Después de casi una hora y media de intenso trabajo coordinando uno de los departamentos más complejos de la empresa, decidió dar por finalizada la sesión y los trabajadores comenzaron a abandonar la sala.

La ojiverde levantó la vista de los papeles que estaba recogiendo y vio a su novia apoyada en el marco de la puerta, con una sonrisa en los labios y los brazos cruzados mientras la observaba.

-Que sexy- dijo Martina. Lourdes alzó una ceja y volvió a centrarse en terminar de meter todo en su maletín de cuero -Llegué justo cuando estabas terminando, y no sabes cuánto me excita verte dando órdenes-

La colorada volvió a mirar a su novia alarmada, estaban solas en esa sala pero normalmente Martina no era tan inapropiada cuando estaban en el trabajo.

-¿Y a vos qué te pasa hoy?- dijo Lourdes llegando a su lado

-Que estás muy atractiva, Señorita Gonzalez- dijo la ojimarron todavía con esa sonrisa traviesa en los labios.

Lourdes negó fingiendo estar enojada -Estás siendo muy poco profesional, Señorita Benza-

La colorada pasó a su lado para salir por la puerta y Martina apretó su trasero cuando pasó a su lado, haciendo que pegara un salto.

-¡Martina!- dijo ahora enojada de verdad y le dio un golpe en el brazo a la mujer que empezó a reír.

-Perdon- dijo Martina -Es que nunca te había visto con ese vestido antes y...- hizo una pausa para pasar sus ojos por el cuerpo de su novia.

-¡Sos una pervertida!- exclamó la ojiverde, clavándole un dedo en el estómago, lo que hizo que Martina se apartara riendo.

Lourdes se dirigió hacia los despachos con Martina a su lado.

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó Guada al verlas llegar, Lourdes estaba enojada y Martina estaba con una sonrisa tonta.

-Nada- respondió Martina -Creo que Lu se enojó conmigo-

-Probablemente con razón- dijo Micaela sin levantar la vista de su computadora

La morocha se llevó una mano al pecho y abrió la boca ofendida, mientras Lourdes esbozaba una sonrisa -Gracias, Mica- dijo la mujer de ojos verdes mientras se dirigía a su despacho.

-Me ofendes, Micaela- dijo Martina y comenzó a seguir a Lourdes a su despacho pero su novia le cerró la puerta en la cara.

Guadalupe empezó a reír y Martina se dio la vuelta, sacandole el dedo del medio antes de entrar a su despacho

Pero la morocha no tenía ganas de trabajar, quería seguir molestando a la colorada, así que se dirigió a la pared que compartían y dio tres pequeños golpes.

-¿Lu?- preguntó en voz alta, pero no tuvo respuesta, así que siguió golpeando la pared tres veces más -¿Lu, estás ahí?-

Pegó la oreja a la pared pero todavía no escuchaba nada, así que empezó a golpear la pared una vez más. Esta vez, no paró, siguió golpeando la pared una y otra vez -¡MARTINA, TE VOY A MATAR!- escuchó el grito de su novia

La voz de Lourdes a través de la pared la hizo reír, y segundos después entró por la puerta con el ceño fruncido y cruzó los brazos sobre su pecho -¿Se puede saber qué te pasa hoy?- dijo enojada y Martina empezó a reír, aumentando el enojo de su novia, que comenzó a caminar hacia ella.

Lo que Martina no esperaba era que Lourdes la tomara por la parte de atrás de su cuello y chocara sus labios con firmeza. La morocha apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que su novia la tuviera pegada contra la pared, besándola agresivamente.

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora