Cada semana, la intriga de Martina aumentaba. Solo le había pedido a Lourdes que se vieran fuera del trabajo una vez, y después del rechazo de la otra mujer, no lo había vuelto a intentar. Sin embargo, cada día que pasaba se sentía más atraída hacia Lourdes
Mientras contestaba un mensaje, escuchó el familiar sonido de golpes en su pared. Con cualquier otra persona habría reaccionado molesta por la interrupción, pero en lugar de eso, una sonrisa incontrolable se formó en sus labios. Empujó la silla de su escritorio hacia atrás y se acercó a la pared rodando la silla por el suelo
-¿Lu?- llamó en voz alta cuando estaba pegada a la pared.
-¡Necesito tu ayuda!- respondió Lourdes
Martina negó con la cabeza, pero no pudo borrar la sonrisa. Se levantó y se dirigió al despacho de Lourdes.
-¿Esta mujer sabe que estamos en el siglo 21 y tenemos teléfonos?- comentó Guadalupe al ver a Martina mientras señalaba el despacho de Lourdes
-A ella le gusta- respondió encogiéndose de hombros. Guadalupe entrecerró los ojos al ver la sonrisa de la morocha -¿Qué miras?- tomo el pomo de la puerta de Lourdes sin molestarse en llamar.
-Nada, no miro nada- respondió la secretaria y ella simplemente entró en el despacho de la ojiverde
La imagen que vio dentro la hizo sonreír aún más. Lourdes estaba rodeada de papeles, sentada en su escritorio con la cabeza apoyada en la mesa como si se hubiera rendido.
-¿Se puede saber qué te pasa?- preguntó acercándose a ella, y Lourdes levantó la cabeza
-No cuadran los presupuestos trimestrales- dijo poniendo cara de tristeza como si fuera una niña pequeña a la que le hubieran negado un helado -No encuentro el error, y... me estoy volviendo loca ¿Me ayudas?-
Martina se sentó frente a ella, acercando la silla a la mesa para apoyar sus codos en la madera y su cara en sus manos -¿Sabías que tenes dos secretarias afuera que pueden ayudarte?-
Lourdes frunció el ceño sacando su labio inferior hacia afuera -Pero Mar... quiero que vos me ayudes-
La ojimarron negó con una sonrisa y tomó uno de los papeles que estaban en la mesa -A ver... ¿Qué es lo que no cuadra?-
Lourdes sonrió triunfante y comenzó a poner al día a Martina, ambas se pusieron a trabajar y en menos de cinco minutos la morocha encontró los errores en las cifras.
-Hice bien en pedirte ayuda- Dijo Lourdes corrigiendo el error para poder imprimir los papeles de nuevo.
-Me alegra haber sido útil- respondió recostándose en la silla -¿Necesitas algo más?-
Lourdes terminó de teclear y guardó el archivo antes de mirar su reloj -No necesito nada más, pero déjame invitarte a comer, en agradecimiento por tus servicios-
Martina estaba sorprendida, habían comido juntas varias veces mientras trabajaban en algún asunto importante, pero siempre en el despacho.
-No es necesario-
-Por favor- Dijo haciendo otro gesto de puchero -Vamos, vamos- se puso de pie y no dando opción a que Martina se negara.
La morocha se puso de pie y ambas salieron por la puerta.
-Vamos a ir a comer- anunció Lourdes a ambas secretarias.
-¿Juntas?- Guadalupe alzo las cejas.
-Sí- Lourdes respondió y Martina sintió ganas de asesinar a Guada
-Nos vemos- dijo Micaela simplemente, y ambas mujeres comenzaron a caminar hacia los ascensores.
-¿Dónde queres comer?- Dijo Lourdes mientras pulsaba el botón
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Love - Martuli
RandomDos mujeres que viven en un mundo de hombres luchan día a día para que su trabajo se haga valer pero no saben que pasará cuando sus carreras se junten e inevitable sus vidas también lo hagan