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Martina empujaba la silla de ruedas de Lourdes por los pasillos del colegio de Mia, acaban de dejar a la pequeña en su aula y ahora se dirigían al despacho de la directora. Ambas estaban impecablemente vestidas, ya que después de la reunión irían directamente a la empresa.

-¿No crees que los tacones son un poco exagerados, considerando que no puedes levantarte de la silla?- preguntó la morocha sonriendo mientras avanzaban.

-Precisamente porque no voy a levantarme quiero aprovechar y usar mis tacones- se encogio de hombros -Cuando empiece a usar muletas solo podré usar zapatillas-

Martina se inclinó y dejó un beso en el pelo de Lourdes antes de continuar su camino -Estás hermosa-

-Gracias Mar- respondió Lourdes alzando la cabeza para mirarla -Pero vos más-

La morocha llegó a la dirección e informó a la secretaria de que habían llegado

Pocos minutos después, las hicieron entrar. El padre de Holly ya estaba ahí, esta vez acompañado por una mujer rubia que parecía ser su esposa. Lourdes y Martina tuvieron que contenerse para no rodar los ojos.

-Señorita Gonzalez- dijo la directora -Es un placer verla. Me alegra saber que su recuperación está progresando favorablemente- La mujer sonreía sinceramente y luego se giró para mirar a Martina -Y gracias a usted, Señorita Benza, por mantenernos informados- La morocha asintió y le dedicó una sonrisa.

Había dos sillas junto a los Martinez y Martina tomó una de ellas, separándola hacia un lado. Lourdes se impulsó con sus brazos y tomó asiento a su lado segundos después.

-Lamento que nos encontremos de nuevo- dijo la directora -Pero hubo otra agresión y no podemos tolerarlo- Las dos mujeres asintieron mientras el matrimonio a su lado permanecía impasible -Como les informamos ayer, Señores Martinez, Holly ha sido expulsada por dos días, pero tras reunirme con sus profesoras decidimos cambiarla de grupo para separarla de Mia-

-¡¿Qué?!- exclamó el hombre -Holly estará destrozada, la separará de sus amigos-

La directora alzó una mano para calmarlo -Esto no es un debate, Señor. Su hija ha estado acosando a otra alumna y debemos tomar medidas-

-Deberían cambiar a la otra niña- sugirió la madre de Holly.

Martina sintió cómo le hervía la sangre pero se mantuvo en silencio.

-Mia no hizo nada- dijo la directora -Será Holly quien cambie de grupo tan pronto como regrese de su expulsión-

-¡Esto es un absurdo!- exclamó el Señor Martinez -Holly no acosó a nadie, son... cosas de niños-

-No son asuntos de niños si la otra estudiante resulta herida física o psicológicamente, en este caso, se trata de ambas- hablo la directora con seriedad

-Holly solo estaba jugando-

-Decirle a otra niña que su madre no es su madre no es una broma. Decirle que su padre se fue porque no la quería no es una broma, es una crueldad- habló Lourdes por primera vez

El hombre la miró con enojo -Es su hija. No me interesa su vida privada y con quien comparte su cama, pero mi hija no mintio- Luego miró a Martina con desprecio -La otra mujer no es madre de la niña-

La morocha apretó los puños con rabia pero Lourdes habló antes de que pueda hacer algo -La otra mujer, como usted la llama, va a adoptar legalmente a Mia en aproximadamente una semana y lleva siendo su madre cinco años. Tiene razón, no le incumbe mi vida privada, pero para cuando su hija vuelva de su expulsión, la mujer que tengo a mi lado, que por cierto tiene nombre y es Martina Benza, tendrá tantos derechos sobre Mia como yo. Así que le sugiero que deje de hablar de nosotras delante de su hija porque le aseguro que una niña de diez años no tiene la capacidad de formar ese tipo de opiniones sobre otra familia. Está repitiendo en el colegio lo que escucha en casa-

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora