-Mar...- dijo Lourdes a centimetros de su rostro -Decime si no queres... decime si queres que pare...- susurró mientras se acercaba un poco más. Pero fue Martina quien acabó con la distancia que había entre sus labios.
La morocha alzó una de sus manos para colocarla en la nuca de Lourdes y acercarla más a ella. El beso fue intenso, ninguna quería separarse pero tuvieron que hacerlo para recuperar la respiración.
-Mar- suspiró la ojiverde con sus labios todavía a pocos centímetros de los de la otra mujer.
Continuaron besándose, ninguna de las dos supo cuánto tiempo pasó entre beso y beso pero finalmente fue Lourdes quien se separó y rodeó con sus brazos el cuello de Martina, escondiendo su rostro en su cuello y dejando un beso ahí
La morocha rodeó la cintura de Lourdes con sus propios brazos y la atrajo hacia ella, obligándola a sentarse sobre sus piernas sin separarse. La colorada lo hizo, acomodándose mejor sobre el hombro de Martina y permanecieron unos minutos en silencio, solo con el sonido de sus respiraciones.
Una de las manos de Martina se deslizaba por la espalda de Lourdes, mientras una de las manos de la ojiverde acariciaba la nuca de la morocha jugando con su cabello.
-Por favor, no cambies de opinión- dijo Martina rompiendo el silencio
Lourdes se separó de su hombro para mirarla sin pudor por estar sentada sobre su regazo -¿Por qué decis eso?-
-No te arrepientas de esto- susurró la morocha, sus manos habían terminado sobre los muslos de Lourdes -Quiero besarte de nuevo-
La ojiverde sonrió al escuchar sus palabras y acarició una de las mejillas de Martina -Tengo miedo- dijo honestamente -Pero no puedo alejarme de vos. No me rompas el corazón- susurró cerrando los ojos
-No lo haré- contestó Martina cerrando los ojos también. Segundos después volvió a subir una de sus manos para ponerla en la nuca de Lourdes y poder guiarla hacia ella para besarla de nuevo -Lu- susurró cuando se separaron.
-¿Si?- susurró también.
-No... no me rompas... no me rompas el corazón-
Entonces Lourdes se dio cuenta de que Martina también estaba asustada, ella se había enfocado tanto en sus propios sentimientos y en protegerse a sí misma y a su hija que no se había detenido a considerar lo vulnerable que la morocha estaba siendo con ella.
-No quiero hacerlo, no lo haré- dijo antes de besarla una vez más.
Después de más besos y caricias inocentes, Lourdes se aferró de nuevo al cuello de Martina
-Creo que debería irme ya- dijo la morocha apretando a Lourdes un poco más fuerte contra su pecho.
-No- respondio Lourdes aferrandose mas a la morocha y haciéndola reír
-Mañana tenemos que trabajar, es tarde-
-No quiero- beso su cuello
-Lu...-
-Sé que tenes que irte, pero no quiero- dijo Lourdes separándose un poco para mirarla.
-Podes besarme mañana- Martina la miro con una sonrisa y Lourdes no pudo evitarlo y le dio un beso corto en los labios. Había estado deseando besarla durante mucho tiempo y ahora no sabía cómo detenerse.
-¿Por qué besarte mañana si puedo besarte ahora?- dijo Lourdes dandole otro beso pero esta vez mas profundo que dejó a Martina temblando.
-Lu...- la ojiverde suspiró al levantarse del cuerpo de Martina, ambas extrañando el contacto al instante.
-Tenes razón- dijo Lourdes y le dio la mano a la morocha para ayudarla a levantarse. Cuando estuvieron de pie, Martina era unos centímetros más alta que la colorada y puso sus manos en la cintura de ella para besarla una vez más.
-Creo que la respuesta es obvia- aparto un mechón detrás de la oreja de Lourdes -Pero ¿saldrás conmigo, verdad?-
-Mmm- asintió
-¿Y me besarás mañana?- Esta vez, la ojiverde negó con la cabeza -¿No?-
-No en la empresa- Martina hizo un puchero que Lourdes sintió el impulso de besar ese labio inferior, así que lo hizo.
-¿No me vas a besar en la oficina de verdad?- preguntó la morocha cuando se separaron. Lourdes negó -¿Y a la hora del almuerzo?- preguntó casi con desesperación.
La colorada sonrió -Quizás-
-Quizás...- repitió -El quizás no me convence-
-Mañana te besaré, Mar- susurró Lourdes
Martina sonrió y le dio un beso fugaz en los labios de Lourdes antes de separarse por completo, porque si seguía cerca de ella no iba a poder contenerse.
La ojiverde la acompañó a su habitacion para que se cambie de ropa y Martina se cambió en su baño mientras ella esperaba afuera, como horas antes, pero todo era diferente. Cuando salió del baño, Lourdes se mordió el labio. Martina lucía increíble con esa falda ajustada y la ojiverde no pudo dejar de mirarla durante todo el día, pero ahora que podía besarla era diferente.
La colorada puso las manos en la cintura de Martina y se puso de puntitas de pie para unir sus labios, ya que la morocha se había puesto sus zapatos y la diferencia de altura era considerable.
-Buena suerte mañana tratando de mantenerme alejada de ti- dijo Martina haciendo sonreír a Lourdes
Ambas mujeres caminaron hasta la puerta y la ojimarron tomó las manos de la otra mujer -¿Por qué hoy? ¿Por qué esta noche?-
-Porque nueve días son muchos días- dijo Lourdes con una sonrisa -Y estoy cansada de... de no hacer lo que quiero... por complicar las cosas y... quería besarte y... no quiero seguir esperando-
-Me alegro- sonrio con ternura -Yo tampoco quiero seguir esperando aunque esperaría por vos lo que fuera necesario Lu-
-Tenemos mucho de qué hablar- dijo Lourdes -Sobre Mia y... muchas cosas pero no podía dejar pasar otro día sin besarte-
Martina sonrió y la besó por última vez esa noche. Se había vuelto adicta a esos labios.
-Nos vemos mañana- dijo cuando se separaron -Y... me gustaría... hacer algo a solas este fin de semana... llevarte a cenar como te prometí-
Lourdes asintió -Voy a hablar con Marina- le dio otro beso pero esta vez en la mejilla -Andate ya o no te dejaré ir-
-No sería tan malo-
-Anda Mar- dijo Lourdes sonriendo.
Martina la abrazó con fuerza y también besó su mejilla -Nos vemos mañana Lu-
Martina salió y Lourdes cerró la puerta apoyándose en ella. Una sonrisa se formó en su rostro y se llevó una de sus manos a sus labios, como si no pudiera creer que lo que acababa de pasar era real.
ESTÁS LEYENDO
Love - Martuli
RastgeleDos mujeres que viven en un mundo de hombres luchan día a día para que su trabajo se haga valer pero no saben que pasará cuando sus carreras se junten e inevitable sus vidas también lo hagan