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Dos días después, tuvieron que reunirse a solas por primera vez por trabajo. Tenían que preparar un informe conjunto y ambas estaban nerviosas por tener que pasar largos períodos de tiempo juntas.

Lourdes llamó a la puerta de Martina y esperó a que le diera permiso para entrar.

-Buenos días- dijo mostrando una pequeña sonrisa a pesar de la incomodidad evidente entre ambas.

-Buenos días- respondió Martina, sin sonreír pero sin sonar hostil.

Lourdes se acercó a la mesa y se sentó en el lado opuesto de la mujer de ojos marrones, como solía hacer cuando trabajaban juntas. Colocó su netbook y los documentos impresos sobre la mesa, y se acercó a la silla antes de sentarse. Cuando levantó la vista, vio a Martina mirandola en silencio.

-¿Empezamos?- preguntó Lourdes con un nerviosismo que Martina nunca antes le había visto.

-Sí- respondió enderezándose en su silla para comenzar a trabajar.

Ambas mujeres seguían perfectamente coordinadas en el trabajo, cuando Lourdes necesitaba algún documento, Martina ya se lo estaba pasando antes de pedirlo, y cuando Martina no encontraba alguna cifra, Lourdes ya la tenía subrayada en el papel para facilitar su búsqueda.

Dos golpes en la puerta las hicieron levantar la vista y Guadalupe apareció al otro lado.

-Mica y yo vamos a hacer un descanso para comer- ambas mujeres miraron el reloj que colgaba de la pared, se les había pasado la mañana volando -Solo quería saber si necesitaban algo antes de que saliéramos o si querían que llamáramos para que les traigan comida-

Martina dejó los papeles en la mesa -Seguimos después Lourdes, podes ir a comer. Guada, si no te importa, pedime lo de siempre en el restaurante de la esquina-

-Si- dijo la secretaria y empezó a girarse, pero Lourdes también habló.

-Guada yo también me quedo, pedime lo que sea, lo mismo que Martina estará bien-

-No tenes que quedarte, anda a comer- dijo la morocha

Lourdes la miró con dureza -¿No me puedo quedar a comer para terminar esto?-

Guadalupe las miraba como si se tratara de un partido de tenis siguiendo las palabras de ambas mujeres con la mirada.

Martina y Lourdes seguían mirándose sin decir nada hasta que Guada aclaró la garganta.

-No importa Guada- dijo Lourdes dándose por vencida -Pide para Martina, no te preocupes por mí-

La mujer parecía insegura, pero decidió darse la vuelta y salir de ahí

Sin decir nada más, la ojiverde se puso en pie, comenzó a recoger sus papeles y tomó su campera. Martina se arrepintió de su actitud, pero no sabía qué hacer, todavía estaba muy enojada con la otra mujer.

-Lourdes...-comenzó a decir, pero la mujer la ignoró completamente.

-Después de comer nos vemos- dijo Lourdes sin siquiera voltear y salió del despacho cerrando la puerta tras ella.

Martina apoyó los codos en la mesa y luego enterró su rostro en sus manos, exhausta mentalmente por la situación con la ojiverde

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Lourdes estaba sentada en Ramiro & Marcela esperando su comida, tenía un día terrible, pero al menos podía darse el pequeño gusto de comer en su restaurante favorito. Hasta que sintió que alguien se acercaba y levantó la vista pensando que traían su bebida, pero fue Martina quien se sentó frente a ella.

Lourdes instintivamente se cruzó de brazos -¿Qué haces?-

-Comer- dijo Martina

-Yo no puedo comer con vos en tu despacho, ¿pero vos podes sentarte aca?- dijo exasperada -Hay mesas libres-

Martina la miró unos instantes antes de apoyar sus manos en la mesa -Perdón por cómo te hablé antes, fue inmaduro-

Lourdes decidió ceder también, quería seguir enojada pero no lo hizo -Está bien- dijo finalmente dejando caer sus brazos sobre sus piernas.

-¿Puedo comer acá?- preguntó Martina -Si preferis, puedo ir a otra mesa-

-Podes quedarte- dijo en voz baja, pero la morocha la escuchó y asintió.

Marcela se acercó sorprendida al ver a Martina y tomó su pedido rápidamente. Las dos mujeres continuaban con su batalla de miradas en silencio hasta que Lourdes suspiró enderezándose en su asiento -Odio esto-

-¿Queres que me vaya?-

-No, no... odio... sentirme incómoda con vos-

-Lourdes... no sé qué decir... tengo tantas cosas en la cabeza- expresó -A veces solo puedo estar enojada con vos porque... decidiste alejarme y ocultarme una parte enorme de tu vida... pero otras veces solo puedo pensar en que... dijiste que te alejaste porque vos... también sentías algo por mí- nego con la cabeza -Me vas a volver loca-

-Perdón- respondió Lourdes instintivamente.

-Supongo que no es fácil... estar en tu situación- reflexionó -Pero sos... la persona más frustrante que conoci nunca-

La ojiverde no pudo evitar esbozar una sonrisa -Perdon- dijo de nuevo.

-No lo decis de verdad- replicó Martina con una sonrisa similar -Estás sonriendo, te encanta torturarme-

-No, Mar- dijo poniéndose seria de nuevo -De verdad que me gustaría... que no sea tan complicado, nunca quise hacerte daño-

Martina la estudió unos instantes -¿Qué vamos a hacer ahora?-

-¿A qué te referis?- preguntó Lourdes

-Ya no tenes un secreto y... está sobre la mesa que ambas... sentimos algo- dijo con algo de dificultad -¿Qué vamos a hacer ahora?-

-¿Nada?- sugirió Lourdes

La morocha negó -No sé si eso es una opción-

-Martina, yo no quiero... no puedo perder mi trabajo- expresó y Martina se apresuró a negar y estirar su brazo para tomar una de las manos de Lourdes que descansaba sobre el borde de la mesa.

-No Lu, eso nunca- respondió rápidamente -Dentro del despacho no cambia nada-

La ojiverde la miró con preocupación -Si las cosas cambian fuera... es inevitable que cambien dentro de la empresa- dijo con pena -Hoy... en el despacho... es el claro ejemplo-

-Lu- dijo Martina apretando su mano -Estaba enojada y perdón, pero me di cuenta de que había actuado mal no permitiendo que te quedes a comer y... vine a arreglarlo, te juro que pase lo que pase no afectará a nuestra relación profesional-

-No sé si me podes prometer eso- nego -Por eso quise alejarme-

La morocha se encogió de hombros -Creo que tenemos dos alternativas-

-¿Cuáles?- preguntó Lourdes

Ambas hicieron una pausa cuando Marcela se acercó y dejó sus platos frente a ellas.

-La primera opción- levantó su dedo y Lourdes sonrió levemente -sería mantener una relación estrictamente profesional, y nada más-

-¿Y la segunda?- pregunto la ojiverde levantando sus cejas

-La segunda opción sería que confíes en mí y... dejes de alejarte y...- hizo una pausa de unos segundos mirándola a los ojos -Que me dejes llevarte a cenar- dijo finalmente -Cuando se me pase un poco el enojo-

Lourdes no pudo evitar sonreír -¿Me estás invitando a salir... pero solo cuando estés menos enojada conmigo?-

-Mmh- Martina asintió sonriendo perdida por la sonrisa de la otra mujer -Ya estoy un poco menos enojada después de volver a este lugar- tomo un poco de su bebida y volvió a mirar a Lourdes a los ojos -vos decidis señorita Gonzalez-

















Buenas noticias, tendrá maratón el fin de semana pero hasta entonces no subiré capítulos. Espero que les esté gustando 🤍

Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora