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Al día siguiente, cuando por fin se despertaron eran las doce del mediodía y lo primero que hizo Lourdes fue comenzar a repartir besos por el rostro de Martina hasta que sus ojos se abrieron

-Ahora sí que necesitamos comer- comento la ojiverde

Martina sonrió y capturó los labios de su prometida entre los suyos -¿Te duele la pierna?-

-Estoy bien-

Las dos se vistieron con ropa cómoda y fueron a la cocina, que para sorpresa de Lourdes estaba totalmente abastecida

-¿Vamos a salir a algun lado?- pregunto la ojiverde mientras preparaba el desayuno o, mas bien, el almjerzo

-Alquile un auto- respondio la morocha guiñandole un ojo -Vamos donde vos quieras-

La ojiverde sonrio y apenas terminaron su desayuno/almuerzo se subieron al auto y fueron hasta la playa, donde Lourdes tuvo dificultades para caminar por la arena, así que Martina la cargó en su espalda hasta que llegaron a un lugar donde se sentaron una al lado de la otra

-Tenemos que decirle a Mia sobre la propuesta- comentó Lourdes después de unos minutos de silencio

-Mia ya sabe- dijo Martina como si nada pero Lourdes la miro con los ojos entrecerrados -¿Qué?- La ojimarron entrelazó sus manos y la rodeó con uno de sus brazos -Mia sabe que te pedí matrimonio, hablé con ella antes de hacerlo, bueno en realidad hablé con ella hace meses-

-¿Meses?-

-Hablé con ella por primera vez para saber qué pensaba sobre nuestro compromiso cuando empezó a llamarme mamá, y después hace unos meses... tenía planeado pedírtelo cuando volviste de Londres, ella me ayudó a planear todo pero después ocurrió el accidente-

-¿Cómo ibas a hacerlo?-

-No voy a decirte- le saco la lengua juguetonamente

-Bien, pero me gusta lo de la puerta del despacho- dijo Lourdes -Es como... un regalo de compromiso porque puedo disfrutarlo todos los días-

-Esto también lo podes tener todos los días- paso un dedo por el diamante.

-No puedo esperar a darte el tuyo- sonrio acariciando su mano -Espero que te guste-

-Me encantará, estoy segura- le sonrio -Y también sabía que te gustaría la puerta, llevas queriendo hacer un agujero ahí desde el día que empezaste a trabajar en la empresa-

Lourdes soltó una carcajada -No es verdad, no es desde el primer día... desde el quinto o sexto quizás-

Ahora fue el turno de Martina de reír -Tiene una pequeña traba en ambos lados para bloquearla-

La ojiverde arrugó la frente -¿Por qué me regalas una puerta si la vas a cerrar?-

-Solo para las reuniones, si cierro desde mi lado lo sabrás, verás una pestañita roja junto a la manija, lo mismo de tu lado, el resto del tiempo permanecerá desbloqueada, de hecho, voto porque la tengamos abierta-

Lourdes dejó un beso en su mejilla -Guada va a tener mucho que decir sobre esa puerta-

La morocha sonrió -Mica lo sabe, se lo dije el viernes y Ari también, pero a Guada no le dije porque no estaba segura de si iba a poder mantener la boca cerrada, tampoco quería escucharla molestandome-

Lourdes suspiró y miró hacia delante -Ojalá puedas saber lo feliz que soy ahora mismo-

-Siento lo mismo- Contestó -No tengo que imaginármelo-

-Te amo, más que a mi vida-

Martina unió sus labios en un dulce beso -Yo mas-

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Love - MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora