L: Héroe

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- ¡Basta!, no puedo Josh, me duele mucho. Mi pierna entera, me duele mucho... - Se quejó Samira apoyándose y luego dejándose caer agotada en una piedra.

-Si te cargo otra vez, talvez lastime tu otra pierna. ¿Cómo iba a saber que se ponía tan oscuro aquí entre las montañas? - se quejó el muchacho con molestia.

-Farah lo repitió muchas veces... Te dije que cuando vinimos con Amin y Zeth, nos hicieron regresar cuando caía el sol, debes aprender a escuchar a quienes conocen mejor el lugar que tú. Pero eres testarudo y terco. Siempre te sales con la tuya.- dijo Samira muy molesta.

-Pues debieron acompañarnos entonces, tus amigos experimentados. ¿Qué clase de novio o marido dejan que sus mujeres se aventuren solas así? Es ridículo esto... - Dijo Josh sentándose en medio del camino como un niño empacado.

-Deja de quejarte ya... - Murmuró Samira no soportando más sus palabras. No había parado de quejarse y burlase de las recomendaciones y ahora estaban allí perdidos. Además a ella le dolía mucho su pierna. - Asustaste al caballo, deberías ir a buscarlo tu que no estas herido...- Le dijo fulminándolo con la mirada.

-Solo dame un momento más. Estoy exhausto. Todo el día hizo mucho calor y no tenemos agua. Además ¿viste como salió corriendo ese animal? Debe estar ya en el establo el muy carbón... ¿Porqué se esta poniendo tan frío ahora? Maldición. – dijo Josh abrasándose a si mismo.

-De noche las temperaturas bajan... También lo advirtió Farah.- Dijo Samira.

Desde que se habían separado del grupo Josh condujo al caballo por lugares sumamente peligrosos hasta llegar a unos de los caminos de la las laderas, pero con un movimiento brusco y torpe asustó al caballo y casi caen en un barranco, luego el caballo quedó alterado y sin poder tranquilizarlo se paró de manos volteándolos a los dos peligrosamente al suelo y el animal huyó a un sitio mas seguro, dejándolos a ellos sin medios para volver y golpeados. 

Samira se había llevado la peor parte del accidente. Josh había caído sobre su pierna y le dolía mucho. Luego Josh intentó cargarla pero tropezó y volvieron a caer una vez más. Josh no era muy fuerte ni atlético, por lo que no podía resistir el peso de Samira encima.

Llevaban caminando horas y ninguno de los dos sabía que camino tomar para regresar. Samira estaba convencida de que se habían alejado cada vez más de Farah y los demás.

-Rayos, no quiero pasar la noche aquí. – comenzó a quejarse de nuevo el muchacho. - En caballo se llevó consigo la comida y todo lo demás. Tengo mucha sed.- Siguió quejándose Josh.

Samira trató de ignorarlo todo lo que pudo cuando de pronto:

-Shhh ¿Escuchaste? - Los ojos de Samira se iluminaron de repente.

-No escucho nada...- Dijo Josh.

-Solo cállate un momento... ¿Quieres? - Samira ya no tenia paciencia para Josh.

Los ruidos de cascos de caballo y la voz lejana de Amin llamando a Samira llegaron a sus oídos y Samira respondió gritando con todas sus fuerzas...

-¡¡¡¡¡Aquiiii!!!!! ¡¡¡¡Aquí!!!!! - Samira intentó ponerse de pie, pero el dolor en su pie fue insoportable y volvió a caer.

Otra voz más gruesa y cercana se oyó de nuevo.

- ¡Samira! -

La cara de Samira se iluminó con una sonrisa radiante al reconocer aquella voz grave y con gran resonancia. Su corazón dio un brinco en su pecho al escuchar su voz llamándola.

-¡¡¡Zeth!!! Aquí, en la ladera. No podemos avanzar.- respondió Samira.

- ¡Esta herida! – Gritó Josh, con intenciones de que se apresure, más por que le comenzaba a hacer frío que por su preocupación, en realidad.

Los hijos del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora