El sol entraba velado por las cortinas de gasa a través de las ventanas. Samira se despertó con el corazón pesado y los ojos algo hinchados por haber estado llorando casi toda la noche. Odiaba el hecho de que extrañaba su calor, su perfume, ¿En qué momento Zeth se había vuelto una necesidad para ella? Su pecho se ahuecaba al sentirse lejos de él. Pero también le dolía, le dolía la discusión de la noche anterior, le dolía más ahora que comprendía al fin las frases que el le había dicho aquella noche que el llegó borracho, y en su noche de bodas, le dolía que él había creído lo peor de ella y no fue hasta después de convivir en Milard que se convenció de lo contrario. ¿El ahora también se seguía esforzando para confiar en ella? Recordaba la pequeña expresión que hizo cuando reconoció la voz de la sacerdotisa.Aún así, el volvió a ella siempre. ¿Habrá pensado en Caterynah mientras estaban juntos? Quería creerle que Caterynah no era parte de su vida, pero le costaba, su silencio al respecto no la tranquilizaba. Solo sabía de su pasado por lo que los demás le contaban de él, él jamás le había contado nada sobre su pasado. Samira sentía que esa parte de Zeth era inalcanzable para ella y la llenaba de celos. ¿Era egoísta de su parte quererlo todo para ella? Se abrazó a la almohada sin ganas de salir de la cama. No tenía ganas de hablar con nadie y su cabeza no paraba de pensar.
Se saltó el desayuno, pero a medida que se acercaba el almuerzo sus amigas llegaron para buscarla, ya que habían escuchado de Hade que Zeth no estaba en la casona desde antes del amanecer. Samira se guardó sus conflictos internos, y prefirió no contarle nada a sus amigas de la crisis que atravesaba con su marido. Pero ellas se dieron cuenta casi de inmediato.
—Esta bien si no quieres contarnos qué pasó Samira. Pero estas tan cabizbaja que me dan ganas de sacudirte... ¿Por qué no vamos al mercado? — dijo Melanie.
—Lo siento, no tengo muchas ganas de salir hoy. — dijo Samira.
—Esta bien. Te entiendo Samira. Pero supongo que es parte del proceso de conocerse entre parejas ¿no? Que discutan y se enojen entre ustedes, no disminuye el amor que sienten el uno por el otro...— reflexionó Tamara.
Samira no dijo nada, Tamara tenía razón, pero no sabía como arreglar las cosas con Zeth y menos cuando él se alejaba de ella.
—Al menos, vayamos al jardín...— dijo Melanie.
Al llegar al jardín se encontraron con Amín, Mehmet y Zahid. Las saludaron cortésmente y Amín al notar a Samira algo triste la alejó del grupo y la invitó a caminar por el puentecito del jardín.
—Veníamos a buscar a Zeth, pero Murat me dijo que cuando el llegó no estaba ni Layl, ni su montura, ni él. ¿Pasó algo entre ustedes? —
Samira suspiró y agachó la cabeza.
—Parece ser que ya todos saben que discutimos anoche. — las mejillas de Samira se sonrojaron de vergüenza, pero su gesto era de molestia.
—Es lo malo de vivir en pequeños Oasis jejeje... No te preocupes, debe estar en las montañas, o como ultimo recurso en las ruinas... Zeth es de esos que necesita soledad y silencio para pensar con claridad... A veces ni yo se muy en como funciona su mente, y eso que lo conozco desde que somos niños. Pero si estoy seguro de que nunca en toda nuestra vida, lo vi tan preocupado y pendiente del bienestar de alguien como contigo. — Amín le dio unas palmaditas en el hombro.
—Gracias. — asintió Samira.
Tal vez Amín solo le decía eso, porque la vio triste, pero en el fondo, tranquilizaba un poco su corazón. Quería creer que todo lo que había vivido esos últimos meses no era una mentira, que sus besos eran tan genuinos como ella los sentía.
![](https://img.wattpad.com/cover/324249111-288-k481121.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los hijos del Desierto
RomanceEn medio de un nuevo éxodo, la gente busca volver al viejo continente donde las leyes y las costumbres son más fuertes que nunca en una búsqueda desesperada de repoblar el mundo. La poderosa sangre de los bendecidos por el dios Seth debe prevalecer...