Capítulo 3.4 Particularmente dulce

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Cuando ingresé al estudio, todo estaba iluminado y Nick se encontraba sumergido en su computador. El lugar era cálido y acogedor, el escritorio se encontraba hacia el fondo y en esa pared tenía el escudo del lobo que Nick tenía en su pecho. El lobo resaltaba en color plateado, así que tenía la duda si era Plata o aluminio con lo que se encontraba tallado el metal, debajo de este se encontraba escrita en letra fina y cursiva con la palabra "Manada Implacable". A su alrededor se encontraba estanterías y una pequeña sala junto con una mesa circular de 12 puestos.

Avancé indecisa y Nick en ningún momento levantó la vista, estaba tan concentrado que no se dio cuenta de mi presencia. Dejé con cuidado la bandeja sobre la mesa y él levantó la vista para mirarme con intriga.

—Hola —le dije tímidamente, mientras le sonreía.

—Hola —me dijo con intriga y seriedad.

—Trabajas hasta tarde —le dije cohibida, tratando de buscar una conversación.

—Lo hago —me aseguró.

—Te traje esto —le dije señalándole la bandeja.

—Gracias —me respondió contraído.

Terminé por acercarme a su silla y él solo siguió rígido mirando mis movimientos. Acomodé la comida cerca de él y Nick solo me miraba expectante sin saber mi actuar. Me acerqué a él, por lo que corrió levemente la silla para darme espacio y dejar que acomodara todo.

—No comiste —le dije mientras acomodaba todo.

—Me concentré en este trabajo que lo olvidé —me aseguró corriendo su computador.

Cuando terminé de acomodarlo, me corrí y Nick empezó a comer, por lo que aproveché para dar un recorrido por su estudio. El estudio era tan Nick que mantenía tonalidades blancas, con plateadas y grises. Sonreí cuando en una de las paredes pude apreciar el título de ingeniero en manufactura de la universidad federal de ingeniería de Moscú. A su lado se encontraba otros títulos de perforación y química de minerales.

—Veo que ya eres ingeniero —le dije con orgullo y una sonrisa.

—Lo soy —me aseguró mientras seguía comiendo.

—Cumpliste tu sueño —le dije con emoción.

—Lo hice —me aseguró con voz apagada.

Nick siguió comiendo y yo continué mirando su estudio. Pero una estantería repleta de piedras llamó mi atención. Todas estaban organizadas y tenían el nombre de la piedra junto con una fecha y un lugar. Las miré con intriga y cautela y sonreí cuando en algunas había fotos de Nick en la mina.

—Esta colección de piedras está hermosa —le dije mientras seguía absorta mirando todo.

—Son de las excavaciones de mi territorio —me aseguró mientras tomaba un poco de jugo que le había preparado.

—¿Tienes varias minas? —le pregunté curiosa al ver que había varios nombres de minas en las piedras.

—Sí, esparcidas por todo mi territorio. La mayoría de metales preciosos y de metales residentes. Utilizados para la realización de armas. Ven te muestro —me dijo poniéndose de pie y acercándose a un lado de la estantería donde se desplegó una pantalla y proyectó un mapa de todo el territorio de Nick.

En el mapa había carritos de minas. Eran muchos y se encontraban en varios puntos del lugar.

—Son muchas —le dije con asombro.

—Así es, cada una tiene un nombre —me dijo mientras desplegaba la lista de nombres de las minas.

—¿Puedo conocerlas? —le pregunté con entusiasmo.

6.El Alfa ImplacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora