Narrador externo
Maria Elisa estaba recostada en el sofá, con la mirada perdida en la pantalla de su teléfono, cuando recibió un mensaje de Samantha. El sonido del móvil vibrando la sacó de sus pensamientos, y al leer el mensaje, sintió un cálido alivio al ver que alguien estaba preocupado por ella.
Samantha: "Hola, ¿cómo te sientes después de lo que pasó en el set? Me quedé preocupada por ti, espero que estés bien."
Maria Elisa sonrió levemente. Sabía que Samantha era alguien con quien podía contar, incluso en los momentos más difíciles.
Maria Elisa: "Hola, Sam. Estoy bien, gracias por preocuparte. Fue solo un mareo, nada grave. Pero te lo agradezco, de verdad."
Samantha: "¿Quieres vaya y veamos algunas película juntas"
Maria Elisa: "Me encantaría, pero hoy no puedo, lo dejamos para otro día" (mintió)
Envió el mensaje, sintiendo una punzada de culpa. No era el estar ocupada lo que la mantenía alejada; era todo lo que estaba sucediendo en su vida, y no sabía cómo lidiar con ello, mucho menos cómo compartirlo con Samantha.
Esa noche, decidió que necesitaba algo de normalidad y estabilidad, algo que la conectara con quien era antes de que todo se desmoronara. Así que llamó a sus padres y les propuso cenar juntos. No era algo que hiciera muy a menudo, pero sentía la necesidad de estar cerca de ellos, de sentir ese amor incondicional que siempre le brindaban.
Durante la cena, el ambiente era cordial, pero Maria Elisa estaba inquieta. Normalmente, ella era el alma de las reuniones familiares, siempre contando historias de sus grabaciones o haciendo chistes sobre cualquier cosa. Pero esa noche, apenas hablaba. Cada vez que su madre o su padre le preguntaban algo, respondía con monosílabos o sonrisas forzadas.
Su papá, que siempre había sido un hombre perceptivo, se dio cuenta de que algo no estaba bien, pero decidió no presionar. Se disculpó temprano, alegando que tenía que terminar unos pendientes, y dejó la mesa, dejando a Maria Elisa a solas con su madre.
Doña Clara: Mi amor, ¿qué te pasa?(preocupada). Sabes que puedes contarme lo que sea.
Maria Elisa bajó la cabeza, sintiendo cómo se le formaba un nudo en la garganta. No quería hablar, pero sabía que su madre no la dejaría irse sin una explicación. Respiró profundo, y finalmente, las palabras empezaron a salir, junto con las lágrimas que había estado reprimiendo.
Maria Elisa: Mami...estoy embarazada.
El rostro de su madre pasó de la sorpresa al júbilo en cuestión de segundos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero de felicidad. Se levantó de su silla y corrió a abrazar a Maria Elisa, acariciando su cabello con dulzura.
Doña Clara: Mi niña, eso es una maravillosa noticia (con la voz entrecortada por la emoción). ¡Voy a ser abuela!
Pero antes de que la alegría pudiera asentarse, Maria Elisa, aún llorando, añadió con una voz temblorosa:
Maria Elisa: Ay mamita, yo... no quiero tenerlo.
La sonrisa de su madre se desvaneció al instante. La soltó y se sentó de nuevo, visiblemente afectada por la confesión de su hija. Era una mujer de principios fuertes, y la idea de que su hija considerara interrumpir el embarazo la dejó sin palabras. Sin embargo, la mirada de su hija, llena de miedo y confusión, le rompió el corazón.
Doña Clara: Maria... (comenzó, intentando encontrar las palabras correctas). Sé que esto es difícil, y no puedo imaginar por lo que estás pasando. Pero, por favor, piénsalo bien. Habla con Roberto, él es el padre. Deben tomar esta decisión juntos.
Maria Elisa negó con la cabeza, sollozando.
Maria Elisa: Mamá, no quiero hablar con él. No quiero que lo sepa. Este bebé no puede nacer, yo... no puedo hacerlo sola, y no quiero hacerlo.
Su madre se acercó de nuevo, tomando las manos de Maria Elisa entre las suyas.
Doña Clara: Te entiendo, o al menos trato de hacerlo. Pero esta decisión es muy grande, y no puedes cargarla sola. Sea cual sea tu decisión, estaré a tu lado, pero por favor, habla con él.
Maria Elisa miró a su madre con los ojos llenos de lágrimas.
Maria Elisa: Mamá, por favor, no le digas a nadie aún. Necesito tiempo para decidir qué hacer. Solo necesito estar segura antes de tomar una decisión final.
Su madre asintió lentamente, con una expresión de preocupación.
Doña Clara: De acuerdo, no diré nada. Pero antes de tomar una decisión sobre interrumpir el embarazo, quiero que te hagas un ultrasonido. Debes saber más sobre cómo está el bebé y asegurarte de que estás tomando la decisión correcta. Me parece importante que tengas toda la información antes de tomar una decisión tan definitiva.
Maria Elisa se frotó los ojos, asintiendo lentamente. No tenía muchas ganas de enfrentar otro paso en este proceso, pero entendía la lógica detrás de la sugerencia de su madre. La idea de ver al bebé en una pantalla, de confirmarlo como una realidad, era aterradora pero también necesaria.
Maria Elisa: Está bien (con voz baja). Haré el ultrasonido.
Su madre la abrazó de nuevo, tratando de ofrecerle consuelo en medio de la tormenta emocional. A pesar de la tristeza y la preocupación, el abrazo de su madre le recordó que, aunque estaba enfrentando una de las decisiones más difíciles de su vida, no estaba sola en el camino.
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Nota de la autora:
Doña Clara es mi suegra, pero no lo sabe. 😂😂
No olviden votar y dejar su comentario!! Gracias por leerme!!
Xoxo, D
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Sin Querer
FanfictionSamantha es una joven universitaria que sueña con ser actriz. Es fiel admiradora de la actriz ecuatoriana María Elisa Camargo. María Elisa está profundamente enamorada de su novio Roberto, a quien conoció en una de las producciones que trabajó. Amb...