Sin Querer

Capítulo #56 : El ensayo

Narrador externo

En los últimos días, María Elisa había mantenido cierta distancia con Roberto. Apenas cruzaban palabras que no fueran sobre la serie o sus ensayos. Le costaba estar cerca de él sin sentir la urgencia de correr hacia sus brazos y besarlo. A pesar de su intento por aparentar indiferencia, algo dentro de ella palpitaba cada vez que lo veía.

El director de la serie estaba siendo implacable con ella. Quería perfección para la próxima escena. María Elisa tendría que seducir al villano para obtener información, y ese villano no era otro que Roberto. Su mente daba vueltas con el desafío de la escena y la intensidad de sus sentimientos.

Maria Elisa se encontraba en su camerino, platicando con Cristina. Cuando sintieron que alguien tocaba a la puerta.

Maria Elisa: Adelante (mirándose en el espejo)

***: (asomándose por la puerta) ¿Se puede?

María Elisa: (tratando de sonar calmada) Pasa, Roberto.

Cristina: Em... voy por café. (dijo, huyendo de la incomodidad mientras cerraba la puerta detrás de ella)

La presencia de Roberto llenó el pequeño espacio, haciendo que el aire pareciera más denso.

Roberto: Maria, llevas días huyendo de mí y mañana nos toca escena juntos, no podemos seguir así.

Maria Elisa: Tienes razón, discúlpame.

Roberto: Quería hablarte sobre lo que pasó en la fiesta de Dante. Y que term...

Maria Elisa: (lo interrumpió) Robi por favor, lo que pasó en esa fiesta, se quedó en la fiesta. No quiero escuchar nada referente a eso.

Roberto: (soltó un suspiro de frustración) Está bien, entonces ensayemos la escena, tengo unos minutos disponibles.

Maria Elisa: (soltó una carcajada) ¿Estás loco? No voy a ensayar esto contigo y mucho menos a solas.

Roberto: ¿Prefieres hacerlo frente al director pervertido? Si lo ensayamos, y le presentamos lo que tenemos, evitas que él tenga que estar metiendo la mano donde no debe.

Maria Elisa: (resoplando) Bien... odio cuando tienes razón.

Roberto: ¿Te entregaron el vestuario?

María Elisa: (con una sonrisa forzada) ¡Sí!

Roberto: Bien, tienes cinco minutos para cambiarte.

María Elisa: (resoplando) Roberto, no voy a cambiarme. Si ensayamos, será con lo que llevamos puesto.

Roberto: (mirándola intensamente) María Elisa, ¿cómo piensas ensayar una escena de seducción en jeans y camiseta de manga larga?

Un suspiro escapó de los labios de María Elisa. Sabía que tenía razón. Tenía que hacerlo bien, por el bien de la producción, por ella misma. Entró al baño, donde se cambió por un conjunto de encaje negro, tacones negros y un abrigo de piel. Se miró en el espejo, buscando una versión de sí misma que pudiera con todo esto. "Es solo una escena", se repitió, pero su corazón latía con fuerza.

Cuando salió, Roberto estaba concentrado en el guion, pero al levantar la vista, sus ojos recorrieron su figura de manera lenta, cautivada.

Roberto: (sonriéndole) ¿Lista?

María Elisa: ¡Hagamos esto rápido!

Roberto: Las cosas perfectas necesitan tiempo.

Las palabras de Roberto cayeron pesadamente sobre ella. No era solo la escena, había algo más, algo que ambos evitaban decir. La tensión crecía entre ellos como una llama que, aunque reprimida, se negaba a extinguirse.