1 semana después
Los días en el hospital habían sido largos y pesados, no solo para Roberto, sino también para Maria Elisa y doña Pilar que eran las encargadas de cuidarlo.
Roberto se encontraba mucho mejor y ya había sido dado de alta. Tuvo que dejar el hotel y rentar un apartamento para que él y su madre estuvieran más cómodos. Al llegar al apartamento, Pilar fue la primera en recibirlos. Estaba visiblemente aliviada al ver a su hijo fuera del hospital, pero sus ojos también se posaron sobre María Elisa, quién se veía muy desmejorada. Su rostro estaba pálido, sus ojos estaban rodeados por unas enormes ojeras y sus manos se veían temblorosas.
Maria Elisa: (ayudándolo a sentarse en el sofá) Listo, yo tengo que ir al canal, en la tarde vendré a verte.
Roberto: No señorita, no puedes ir a trabajar así. Mírate, estás agotada. Necesitas descansar.
Maria Elisa: No puedo seguir ausentándome.
Pilar: Mi hijo tiene razón, en todos estos días casi no has dormido y tampoco te he visto comer.
Roberto: (preocupado pero con autoridad) Maria Elisa Camargo Ardila, ¿cuánto tiempo llevas sin comer?
Maria Elisa: No te preocupes, tu mamá no me ha visto comer pero sí lo he hecho. Tranquilo, estoy bien. (le sonrió y le guiñó un ojo)
Roberto, al verla tan frágil, apenas había podido disfrutar de su propio alivio tras ser dado de alta. La salud de María Elisa lo tenía inquieto. No era solo el cansancio físico, era algo más. La tensión en su cuerpo, el temblor sutil en sus manos, y esa mirada apagada que él nunca había visto en ella antes.
Roberto: (tomando sus manos) Mi vida, por favor, quédate y descansa aunque sea una hora.
Maria Elisa: Prometo hacerlo cuando regrese, ¿sí?
María Elisa se despidió de Roberto con un suave beso en la mejilla antes de dirigirse directamente al set de grabación. Apenas llegó, fue recibida con una dura reprimenda por parte del director. Sus palabras la golpearon como una bofetada: la llamó irresponsable y la amenazó con tomar medidas legales por su ausencia, acusándola de incumplir el contrato. Aunque María sabía que había estado en el hospital por razones importantes, la frialdad y falta de empatía del director la dejaron sin palabras. El regaño la hizo sentir aún más frágil y vulnerable de lo que ya estaba.
Estaba indignada por la insensibilidad del director, pero respiró profundo, y decidió concentrarse en su trabajo y dar lo mejor de sí en el rodaje.
Pero no todo fue amargura en su regreso. Por otro lado, Dante, Cristina y Simón la recibieron con una mezcla de emoción y alegría. Al verla llegar, no pudieron ocultar la felicidad de volver a tenerla con ellos. La rodearon en un cálido abrazo, comentando cuánto la habían extrañado. Sus palabras afectuosas y el apoyo sincero aligeraron, al menos un poco, el peso que sentía en el pecho.
Todos se estaban preparando para rodar la próxima escena, el director les estaba terminando de marcar los movimientos, cuando Maria Elisa comenzó a sentir que su visión se nublaba, un síntoma alarmante que la hizo dudar de su capacidad para continuar.
Dante, con su aguda percepción, notó de inmediato su malestar. Con preocupación en sus ojos, le preguntó si se encontraba bien, pero antes de que pudiera recibir respuesta, María Elisa se desplomó, cayendo suavemente en sus brazos. En ese instante, él sintió una mezcla de pánico y urgencia; su corazón latía con fuerza mientras la recogía con delicadeza y la acostaba en una de las camas de utilería.
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Sin Querer
FanfictionSamantha es una joven universitaria que sueña con ser actriz. Es fiel admiradora de la actriz ecuatoriana María Elisa Camargo. María Elisa está profundamente enamorada de su novio Roberto, a quien conoció en una de las producciones que trabajó. Amb...