Capítulo #34: Resaca y remordimientos

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Narrador Externo

El sol apenas se filtraba a través de las cortinas cuando María Elisa abrió los ojos, sintiendo de inmediato un dolor punzante en la cabeza que le recordaba cuántas copas había bebido la noche anterior. Giró en la cama, su respiración entrecortada, y vio a Samantha a su lado, aún dormida. La tranquilidad de su respiración contrastaba con el caos en la mente de María Elisa. Los recuerdos llegaron en destellos: risas, susurros, la cercanía que lentamente se convirtió en algo más. El alcohol había disuelto las barreras, pero ahora que la realidad se instalaba, todo parecía mucho más complicado.

María Elisa se incorporó lentamente, intentando no despertarla, pero el ligero crujido del colchón delató su movimiento. Samantha abrió los ojos, su mirada aún perdida entre la confusión del sueño y la resaca. Un silencio espeso se instaló entre ellas, y aunque solo duró un segundo, se sintió eterno. Había algo en el aire que las oprimía, una mezcla de vergüenza y desconcierto que ninguna sabía cómo manejar.

Samantha: ¿Qué hora es? (su voz ronca mientras frotaba sus ojos, evitando mirar a María Elisa)

María Elisa: No lo sé... ya es tarde (intentando sonar casual, aunque su corazón estaba acelerado)

Sabía que algo había cambiado, pero no estaba segura de cómo enfrentarlo. Lo que anoche parecía natural, ahora se sentía irreal y lleno de preguntas.

Samantha, incómoda con el silencio que las envolvía, se levantó de repente. Sus ojos recorrieron la habitación buscando su ropa, esparcida por el suelo. Necesitaba salir de allí, alejarse de la incomodidad que crecía con cada segundo. No sabía cómo lidiar con lo que sentía, ni cómo enfrentarse a María.

Samantha: Yo... voy a... tengo que irme (dijo apresuradamente, mientras se vestía con movimientos torpes, sin atreverse a cruzar miradas)

Maria Elisa: Sam, espera... (intentó detenerla). Puedo llevarte a tu casa, si quieres. No tienes que irte así.

Samantha: No, de verdad, no te preocupes... mejor me voy ya porque se me hace tarde para mis clases. (su voz casi quebrándose por la urgencia de escapar)

Salió del apartamento rápidamente, cerrando la puerta detrás de ella con la sensación de haber dejado algo inconcluso.

María Elisa se quedó quieta, mirando la puerta cerrada, sintiendo un vacío extraño en el pecho. Suspiró, se frotó las sienes y miró el reloj. Tenía un largo día de trabajo por delante, pero no podía dejar de pensar en lo que había pasado. Una confusión intensa la envolvía, y aunque no lamentaba lo sucedido, no podía evitar preguntarse qué significaba realmente.

Horas después, ya en el set de grabación, María Elisa se encontró con Cristina. Tras intercambiar algunas bromas, decidió compartir lo que la estaba atormentando. Nerviosa, se mordió el labio antes de hablar.

Maria Elisa: Cris, necesito contarte algo... algo raro que pasó anoche (dijo, insegura)

Cristina arqueó una ceja, intrigada.

Cristina: ¿Raro? ¿Qué tan raro estamos hablando? (con un tono ligero pero curioso)

María Elisa miró a su alrededor para asegurarse de que nadie más estuviera escuchando. Se acercó a Cristina, bajando la voz.

Maria Elisa: Anoche, después de la fiesta, Samantha me llevó a casa y...

Cristina: (abrió los ojos) ¿Qué pasó? ¡Cuéntame yaa! (con tono desesperado)

Maria Elisa: Ay Cris... me acosté con ella. Todo pasó tan rápido... no sé cómo llegamos a eso. (confesó, sintiendo el calor en su rostro mientras hablaba)

Cristina la miró con sorpresa, pero no dijo nada, esperando a que María Elisa continuara.

Maria Elisa: No me arrepiento... o sea, lo disfruté, pero no creo que realmente me gusten las chicas. Fue como... curiosidad. Siempre me había preguntado cómo sería estar de esa forma con una chica, y bueno, se dio la oportunidad y pasó. Pero ahora no sé qué pensar, estoy confundida.

Lo que María Elisa no sabía era que Samantha había llegado al set con la intención de disculparse por irse tan repentinamente esa mañana. Mientras se acercaba, escuchó parte de la conversación. Se quedó paralizada al oír las palabras de María Elisa, sintiendo cómo su corazón se rompía en mil pedazos.

"Curiosidad."

"No creo que me gusten las chicas."

"Lo disfruté, pero..."

Cada palabra resonaba en su mente como un eco doloroso, aplastando cualquier esperanza que había tenido de que lo de anoche hubiera significado algo más. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, y antes de que pudiera controlarse, giró sobre sus talones y salió corriendo del set, el sonido de sus sollozos ahogándose en su garganta.

María Elisa escuchó los pasos apresurados y volteó justo a tiempo para ver a Samantha alejarse. Su corazón se detuvo un instante, atrapado entre el shock y la culpa.

Maria Elisa: ¡Samantha, espera! (gritó, comenzando a correr tras ella, pero un asistente del set la detuvo)

Asistente: María Elisa, te están esperando en maquillaje. Vamos tarde. (apurándola)

María Elisa miró la puerta por donde Samantha había desaparecido, su mente enredada en una mezcla de arrepentimiento y desesperación. Quería correr tras ella, explicarle, aclararle lo que había escuchado, pero estaba atrapada entre su responsabilidad y el peso de lo que acababa de ocurrir. Mientras el equipo la arrastraba hacia maquillaje, una pregunta no dejaba de rondar su cabeza: ¿había arruinado algo que podría haber sido especial?

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Nota de la autora:

Andaba de curiosa doña Maria Elisa. 😂😂 

No olviden votar y dejar su comentario!! Gracias por leerme!

Xoxo, D

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