Capítulo #74: Un día lleno de sorpresas

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Tiempo después

Las grabaciones de la serie habían llegado a su fin, y con un suspiro de alivio, María Elisa había regresado a Los Ángeles junto a Roberto. Esa tarde, la emoción latía en el aire mientras se preparaban para una celebración especial: la revelación del sexo de su bebé.

La fiesta estaba en pleno apogeo. La pequeña terraza del apartamento en Los Ángeles estaba decorada con globos en tonos pastel, y una gran mesa adornada con flores y pequeños bocadillos. La emoción por el anuncio del sexo del bebé era palpable. María Elisa se encontraba radiante, su vientre ya bastante pronunciado, rodeada de amigos y familiares que habían viajado para estar allí con ella.

Los invitados charlaban y reían mientras se servían bebidas. La expectativa crecía a medida que todos esperaban la revelación, pero nadie, salvo Roberto, sabía que la fiesta escondía algo más que la sorpresa del sexo del bebé. Roberto había orquestado un plan con semanas de anticipación, había llamado a amigos y familiares cercanos, y se había asegurado de que cada detalle estuviera perfectamente cuidado. No quería que nada fallara en ese momento tan especial.

María Elisa se movía de un lado a otro, sonriendo y abrazando a cada invitado que llegaba. Pero entonces, su mirada se detuvo en alguien que no esperaba ver allí: Samantha.

Maria Elisa: ¡Samantha! (exclamó con los ojos muy abiertos, acercándose rápidamente para abrazarla). ¡No puedo creer que estés aquí!

Samantha: No me iba a perder esto por nada del mundo (respondió con una sonrisa). Aunque fue un viaje relámpago, estoy feliz de verte, de verlos a los dos. Mírate, estás divina con esa pancita.

Maria Elisa: Tu no te quedas atrás, te ves hermosa. Me alegra tanto tenerte aquí. (volviendo a abrazarla)

El abrazo fue largo y cargado de emoción. La llegada de Samantha, después de tanto tiempo sin verse, era un regalo inesperado. María Elisa sintió un nudo en la garganta. La vida las había llevado por caminos distintos, pero su amistad permanecía intacta, y ahora, más que nunca, se sentía agradecida por tenerla a su lado.

Mientras tanto, Roberto se aseguraba de que todo estuviera listo. Había coordinado con un fotógrafo para capturar el momento y había pedido a Simón y a Dante que estuvieran atentos para ayudar con los preparativos finales.

Finalmente, llegó el momento del anuncio. Todos los invitados se reunieron en un semicírculo mientras María Elisa y Roberto se colocaban en el centro. Una gran caja de globos de colores, cerrada con una cinta, esperaba ser abierta para revelar si sería niño o niña. María Elisa tomó la mano de Roberto y juntos tiraron de la cinta. La caja se abrió y un montón de globos rosas salieron flotando hacia el cielo.

"¡Es una niña!", exclamaron varios a la vez, mientras los aplausos y las felicitaciones llenaban el aire.

María Elisa dejó escapar una risa de felicidad y, sin poder contener la emoción, se aferró a Roberto, quien la abrazó con fuerza. Pero entonces, él se apartó un poco, mirándola con intensidad, y se arrodilló frente a ella.

Roberto: María... Desde el momento en que te conocí, supe que eras una mujer especial. Hemos pasado por muchas cosas juntos, momentos difíciles y también momentos felices, y en todo este tiempo, nunca dejé de amarte. Cada día que pasa me siento más agradecido por el amor que compartimos y por la familia que estamos formando.

Los ojos de María Elisa brillaban con lágrimas mientras él sacaba una pequeña caja de su bolsillo. Al abrirla, el resplandor del anillo relució bajo las luces.

Roberto: Quiero pasar el resto de mi vida contigo, quiero que seas mi esposa, la madre de nuestra hija y la mujer que siempre me inspire a ser mejor. María Elisa Camargo, ¿quieres casarte conmigo?

La emoción en el rostro de María Elisa fue imposible de contener. Sintió que el tiempo se detenía, que todo lo vivido hasta ese momento los había conducido justo a este instante.

Maria Elisa: Sí, Roberto (con voz temblorosa, mientras las lágrimas caían sin cesar). ¡Claro que sí!

Roberto le colocó el anillo y se levantó para abrazarla. Los aplausos estallaron a su alrededor, mezclados con gritos de alegría y algunas lágrimas entre los presentes. La promesa de una vida juntos había sido sellada en un momento que ninguno de los dos olvidaría jamás. 

La fiesta continuó, pero para María Elisa y Roberto, ese día marcaría el inicio de un nuevo capítulo, uno lleno de amor, y una pequeña niña que pronto llegaría a iluminar sus vidas.


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Nota de la autora:

Me da igual que la Maria Elisa de la vida real no crea en el matrimonio, en esta historia se vale todo! 😂

PD. Comenzamos el conteo regresivo... QUEDAN 6 CAPÍTULOS!! 

No olvides votar y dejar tu comentario!! Gracias por leerme!

Xoxo, D

Sin QuererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora