María Elisa se movía por la habitación con determinación, sacando ropa del armario y doblándola rápidamente para meterla en la maleta. Sus manos temblaban ligeramente, pero sus movimientos eran decididos. Después de meses de intentar acercarse a Roberto, de luchar por ganarse de nuevo su confianza, ya no le quedaba más energía. Estaba agotada, y en su interior se sentía rota.
Roberto apareció en la puerta y la miró con el ceño fruncido, la tensión era evidente en su mandíbula.
Roberto: ¿Qué estás haciendo?
Ella no dejó de meter cosas en la maleta, como si el simple acto de continuar llenando ese espacio le diera la fuerza que necesitaba.
Maria Elisa: Me voy, Roberto (respondió sin mirarlo). Ya no tengo nada que hacer aquí. Patrick está en la cárcel, así que ya no corro peligro.
La ira se encendió en los ojos de Roberto, un destello de frustración e incredulidad.
Roberto: ¿Cómo que te vas? (casi con una desesperación reprimida). ¿Por qué haces esto, María? (le aguantó las manos con delicadeza) Ya, detente. Mírame a los ojos, por favor.
María Elisa finalmente se detuvo y lo miró directamente. Sus ojos estaban llenos de una tristeza profunda, una que había estado guardando desde hacía demasiado tiempo.
Maria Elisa: Porque estoy cansada, Roberto (su voz quebrándose un poco). Estoy cansada de hacer tanto esfuerzo, de intentar acercarme a ti, de demostrarte que te amo y que quiero que volvamos a estar juntos... Y tú sigues tratándome como una amiga. Como si yo no significara más que eso.
La dureza en los ojos de Roberto se suavizó ligeramente, pero su orgullo herido lo mantenía inmóvil. Las palabras de María Elisa caían como golpes, abriendo brechas que él no quería admitir que existían.
Maria Elisa: De ahora en adelante, solo nos veremos una vez al mes para las visitas al ginecólogo. Nada más. No quiero verte cerca de mí, no quiero que sigas siendo parte de mi vida si no puedes decidirte. Si no quieres estar conmigo, entonces déjame ser feliz con alguien más.
Roberto: ¿Qué estupidez estás diciendo, Maria Elisa?
Maria Elisa: Lo que escuchaste, buscaré rehacer mi vida con alguien más.
Roberto dio un paso hacia adelante, su voz subiendo un poco de tono.
Roberto: ¿Y qué? ¿Ahora te vas con otro? Porque eso es lo que pareces querer siempre, María Elisa. No sabes estar sola, siempre necesitas de un hombre para sentirte completa.
Sus palabras parecían puñales. Los ojos de María Elisa brillaron con un dolor que se volvió rápidamente en furia. Con la respiración agitada, alzó su mano y le dio una bofetada.
Maria Elisa: ¿De verdad crees que se trata de eso? (elevando la voz). Claro que necesito a alguien, porque también tengo mis necesidades. Necesito alguien que me cuide, que despierte conmigo cada mañana, que me abrace por las noches y me haga sentir amada y deseada. Necesito a alguien que no tenga miedo a intentarlo una vez más, alguien que no sea un cobarde como tú.
Roberto apretó los dientes, luchando por contener una rabia que no sabía de dónde venía realmente, si de las palabras de ella o de lo que sentía por dentro.
Roberto: Bien, haz lo que quieras, entonces. (su tono era frío, casi desafiante). Si quieres irte, vete.
Con esas palabras, se dio la vuelta y salió de la habitación, cerrando la puerta con un golpe sordo. María Elisa se quedó allí, en silencio, con el eco de la puerta resonando en su pecho.
Ella sintió un dolor profundo, como si algo dentro de su alma se rompiera. Había esperado que sus palabras lo sacudieran, que lo hicieran reaccionar, que le mostrara que todavía estaba dispuesto a luchar por lo que tenían. Pero en lugar de eso, él la estaba dejando ir sin poner resistencia, soltando las riendas de una relación que ella no quería ver desmoronarse. Y ahora, ya no había marcha atrás; el momento de salvarlo todo había pasado, y el vacío que se abría entre ellos se hacía más doloroso.
Era difícil dejarlo, pero aún más difícil había sido quedarse esperando un cambio que nunca llegó.
--------------------------------------------------
Nota de la autora:
No me odien, no es tan malo como parece. jajaja
No olvides votar y dejar tu comentario!! Gracias por leerme!!
Xoxo, D

ESTÁS LEYENDO
Sin Querer
Fiksi PenggemarSamantha es una joven universitaria que sueña con ser actriz. Es fiel admiradora de la actriz ecuatoriana María Elisa Camargo. María Elisa está profundamente enamorada de su novio Roberto, a quien conoció en una de las producciones que trabajó. Amb...