Capítulo #26: Agotamiento extremo

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Narrador Externo

El sol aún no había salido cuando Maria Elisa llegó al set de grabación. El rodaje de la serie estaba en todo su apogeo, y las jornadas parecían interminables. Para cualquier otra persona, esto sería agotador, pero para Maria Elisa, que ahora estaba embarazada, el cansancio se había vuelto casi insoportable. Los síntomas comenzaban a afectarle, y aunque intentaba mantener su energía y profesionalismo, su cuerpo le pedía a gritos un descanso.

En cuanto llegó al set, saludó a sus compañeros con una sonrisa forzada. Cristina, siempre atenta, notó de inmediato las ojeras bajo los ojos de Maria Elisa.

Cristina: ¿Estás bien, Maria? (mientras se dirigían al camerino para prepararse)

María Elisa: Sí, solo un poco cansada, nada que no pueda manejar (intentando sonar despreocupada).

A lo largo de la mañana, la fatiga fue acumulándose. Durante los pequeños descansos entre tomas, Maria Elisa aprovechaba cualquier rincón para sentarse y descansar. Primero fue en una silla en la esquina del set, luego en un sofá en la sala de maquillaje, y finalmente, incluso en el suelo apoyada contra una pared. En cada uno de esos momentos, cerraba los ojos y se quedaba dormida casi instantáneamente.

Juan Fernando y Simón, sus compañeros de rodaje, comenzaron a notar su agotamiento. En uno de los descansos, mientras Maria Elisa dormía en una silla, Juan Fernando se acercó a Simón, que estaba observando la escena con preocupación.

Juan Fernando: ¿Has notado lo cansada que está? (en voz baja)

Simón: Sí, es difícil no notarlo (frunció el ceño). No es normal que se quede dormida así. Algo debe estar pasando.

Juan Fernando: Seguramente es que se ha ido de fiesta sin nosotros, y anda con una resaca que ni ella misma se aguanta.

Simón: Muy típico de Maria Elisa, o quizás es la reconciliación con Roberto lo que la tiene así.

Juan Fernando: Es cierto, no lo había pensado, andan recuperando el tiempo perdido con noches de sexo desenfrenado. (rieron)

Simón: ¿Y si le preguntamos?

Pero antes de que pudieran hacer algo, Cristina, que había estado observando desde un lado, se acercó a los dos.

Cristina: Ustedes sí son chismosos, luego andan hablando de nosotras, pero ustedes son peores.

Juan Fernando: Ya, pero hablando en serio, sí nos preocupa María Elisa.

Cristina: No se preocupen, yo me encargo, chicos. (les sonrió de manera tranquilizadora antes de dirigirse hacia María Elisa)

Cristina se acercó a Maria Elisa y la tocó suavemente en el hombro para despertarla.

Cristina: Maria, ¿estás bien? (en un susurro)

Maria Elisa abrió los ojos, parpadeando mientras intentaba recuperar la compostura.

Maria Elisa: Sí, lo siento, solo necesitaba un pequeño descanso.

Cristina la ayudó a levantarse y la llevó a un lugar más privado, lejos de las miradas de sus compañeros.

Cristina: (con preocupación) No puedes seguir así. Estás agotada, y no puedes seguir rodando por tantas horas. Tienes que decírselo al director, él te entenderá.

María Elisa suspiró, sabiendo que Cristina tenía razón, pero antes de que pudiera responder, sintió un pequeño dolor en el vientre. Se llevó la mano al abdomen, preocupada. El dolor fue breve y pronto se desvaneció, pero fue suficiente para asustarla.

Cristina: ¿Qué pasa?

María Elisa: Nada, solo fue un leve dolor, pero ya se me está pasando.

Cristina: Esto no es algo que debas tomar a la ligera. Tienes que cuidar de ti y del bebé. Habla con el director. Si no lo haces, lo haré yo.

María Elisa: No quiero que piensen que no soy capaz de hacer mi trabajo.

Cristina: Nadie va a pensar eso (le tomó las manos con cariño). Eres una profesional increíble, pero también eres humana. Estás embarazada, y necesitas cuidarte. El director lo entenderá, y si le dices, él podrá ajustar tu horario para que no te exijas tanto.

María Elisa dudó por un momento, pero el cansancio que sentía era abrumador. Sabía que Cristina tenía razón; no podía seguir así, especialmente ahora que tenía una vida creciendo dentro de ella.

María Elisa: Tienes razón. Hablaré con él después de la próxima toma.

Cristina: Eso es lo correcto (le dio un abrazo). Te quiero mucho, bueno, a los dos. (le acarició el vientre)

Maria Elisa asintió, agradecida por tener a Cristina a su lado. Mientras se preparaba para la siguiente escena, no podía evitar sentir una mezcla de alivio y ansiedad. Sabía que hablar con el director era lo mejor, pero también temía que esto cambiara la forma en que la veían en el set.

Sin embargo, mientras rodaban la escena, sintió un fuerte tirón en el vientre, y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no mostrar su dolor. Cuando finalmente cortaron, Maria Elisa se dirigió de inmediato hacia el director, decidida a hablar con él.

Maria Elisa: Carlos, ¿puedo hablar contigo un momento?

El director, un hombre de rostro amable, la miró con curiosidad.

Carlos: Claro, Maria Elisa. ¿Qué sucede?

Maria Elisa tomó un profundo respiro antes de soltar las palabras.

Maria Elisa: Estoy embarazada.

Carlos: Vaya, directo y sin anestesia.

Maria Elisa: Lo siento, pero me está afectando más de lo que pensaba. Sé que tengo un compromiso con la producción, sé que hay un contrato que debo seguir, pero necesito que me bajen un poco el ritmo. No quiero poner en riesgo mi salud y mucho menos a mi bebé.

Carlos la miró sorprendido al principio, pero su expresión cambió rápidamente a una de comprensión.

Carlos: Maria, no tienes que disculparte por eso. Te felicito por la noticia, y por supuesto, lo ajustaremos. Tu salud y la del bebé son lo más importante ahora. Hablaremos con el equipo para que tus jornadas sean más cortas y puedas descansar más.

Maria Elisa: ¡Te lo agradezco!

Maria Elisa sintió un alivio inmenso al escuchar esas palabras. No solo por el apoyo de Carlos, sino también porque sabía que ahora podría enfocarse en su bienestar sin sentirse culpable.

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Nota de la autora: 

En efecto, los hombres son más chismosos que las mujeres. 😂😂

No olviden votar y dejar su comentario!!! Gracias por leerme!!

Xoxo, D

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