Capítulo 22: La revelación y el confrontamiento

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Narrador Externo

Cristina estaba al borde del colapso emocional. Su preocupación por Maria Elisa la llevó a tomar una decisión drástica. Sin pensarlo dos veces, tomó su teléfono y marcó el número de Roberto, con la esperanza de que pudiera ayudar a evitar que Maria Elisa cometiera un error irreversible.

Cristina: (un poco agitada) Roberto, tenemos un problema.

Roberto: Hola, Cristina, ¿qué sucede?

Cristina: Maria Elisa está en la clínica para interrumpir su embarazo. Ella no me dejó acompañarla, pero creo que necesita que alguien más esté allí para apoyarla y hacerla reconsiderar. Ven rápido, por favor.

Roberto: ¿Qué? ¿Está embarazada?

Roberto, sorprendido y enfurecido, no dudó ni un segundo. La noticia lo golpeó con la fuerza de un huracán. En un momento había recibido la noticia de que iba a ser padre y también de que estaba a punto de perder esa posibilidad. Su preocupación y enojo se mezclaban mientras se dirigía a la clínica a toda prisa, con Cristina a su lado.

Cuando llegaron a la clínica, el personal les permitió pasar, dada la urgencia y la preocupación evidentes en sus rostros. Roberto y Cristina se dirigieron rápidamente hacia la sala donde Maria Elisa estaba esperando, sintiendo el peso de la situación con cada paso que daban.

Al entrar en la habitación, Maria Elisa levantó la vista, y sus ojos se encontraron con los de Roberto. La sorpresa y la decepción se reflejaron en su rostro cuando los vio.

Maria Elisa: ¿Qué están haciendo aquí? (con la voz quebrada por el llanto)

Cristina, con lágrimas en los ojos, se acercó y le susurró:

Cristina: Lo siento, Maria Elisa. Por favor, perdóname pero no pude quedarme de brazos cruzados. Roberto necesitaba saberlo.

Maria Elisa miró a Cristina con una mezcla de dolor y enojo, pero antes de que pudiera decir algo más, Roberto se acercó con determinación.

Roberto: ¿Cómo pudiste ocultarme esto? (su voz temblaba de furia). ¿Cómo pudiste pensar que podías hacer esto sin que yo supiera? ¿Acaso no crees que tengo derecho a ser parte de esta decisión?

Cristina salió de la habitación para darles privacidad. Maria Elisa intentó levantarse de la camilla, pero Roberto la agarró por los hombros con una fuerza que no estaba dispuesta a soltar. La sacudió suavemente, con sus ojos llenos de desesperación y frustración.

Maria Elisa: Roberto, suéltame, me estás lastimando.

Roberto: ¿Cómo puedes estar tan decidida a terminar con esto sin ni siquiera hablar conmigo? (con su voz cargada de dolor). ¿No ves que esto nos involucra a los dos?

Maria Elisa, entre sollozos, le confesó finalmente que no lo había hecho.

Roberto: Te convertiste en una a...

Maria Elisa: (lo interrumpió) ¡BASTA! (gritó)

Roberto: ¿Te duele la verdad?

Maria Elisa: (entre sollozos) Cállate, no sabes lo que dices. (hizo una pausa y trató de calmarse) No lo hice, no pude hacerlo después de escuchar su corazón.

El impacto de sus palabras dejó a Roberto en shock. La furia en sus ojos se desvaneció, reemplazada por un dolor abrumador. Dio un puñetazo contra la pared cercana, dejando salir la frustración y el miedo en un acto violento.

Con la cabeza entre las manos, Roberto tomó varias respiraciones profundas, intentando calmarse. Su expresión cambió de furia a una mezcla de tristeza y comprensión. Se acercó lentamente a Maria Elisa, viendo lo rota y vulnerable que se veía.

Se sentó a su lado, su cuerpo temblando un poco mientras pasaba un brazo alrededor de ella en un abrazo tenso pero reconfortante.

Roberto: ¿Es cierto? ¿No abortaste?

Maria Elisa: Estoy embarazada Roberto, tu hijo sigue con vida. No soy una asesina.

Roberto: Lo lamento (murmuró), no quise decirte eso, pero es que... entiéndeme Maria, creí que habías abortado a mi hijo y ni siquiera fuiste capaz de informarme.

Maria Elisa: (entre sollozos) Tienes razón, también lo siento, lo siento mucho. (lo abrazó)

Roberto: (acariciándola mientras la abrazaba) No sabía que estabas pasando por esto sola. Estoy aquí ahora, y vamos a enfrentarlo juntos. Pero tienes que saber que esto no es solo tu decisión. Somos un equipo, y necesitamos tomar esta decisión juntos.

Maria Elisa, aún sollozando, sintió una mezcla de alivio y tristeza al sentir el abrazo de Roberto. Era una sensación que no esperaba, pero necesitaba.

Maria Elisa: No sé qué hacer (entre lágrimas). Me siento tan perdida. No estoy lista para ser madre, pero también siento que no puedo hacer esto.

Roberto apretó el abrazo, tratando de transmitirle toda la fortaleza que él sentía por dentro.

Roberto: Vamos a buscar ayuda. Hablaremos con profesionales, con personas que puedan guiarnos en esta decisión. Lo que sea necesario para que tu estés tranquila. No estás sola en esto. Estoy aquí para ti, y lo que sea que decidas, lo haremos juntos.

El abrazo de Roberto y sus palabras de apoyo proporcionaron un respiro de consuelo en medio del caos emocional. Mientras ambos se sentaban en silencio, enfrentando el desafío que tenían por delante, había una sensación de esperanza y unidad que comenzaba a crecer entre ellos. El futuro era incierto, pero al menos, no tenían que enfrentarlo solos. 

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Nota de la autora: 

Creen que Maria Elisa regrese con Roberto??? o solo serán padres del bebé y seguirán siendo amigos????

No olviden votar y dejar su comentario!! Gracias por leerme!

Xoxo, D

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