Capítulo #65: Noticia inesperada

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María Elisa volvió a llamar a Roberto, pero una vez más la llamada fue enviada al correo de voz. La desesperación se apoderó de ella, y sintió como si todo a su alrededor comenzara a desmoronarse. Con las manos temblorosas, marcó el número de Cristina. Al tercer timbrazo, su amiga respondió con voz animada.

Cristina: ¡Hola, amiga!

Maria Elisa: Cris... (su voz quebrada por el dolor).

Cristina notó de inmediato que algo no estaba bien. La preocupación se apoderó de ella, y la alegría de su tono desapareció.

Cristina: ¿Qué pasa, María? ¿Estás bien?

Maria Elisa: Por favor, ayúdame...

Cristina: ¿Dónde estás? (el pánico reflejándose en su voz).

Maria Elisa: En el hotel...

Cristina no esperó más. Salió apresuradamente hacia el hotel, su corazón acelerado y su mente llena de pensamientos oscuros. Cuando llegó, subió corriendo y abrió la puerta de la habitación. Allí estaba María Elisa, sentada en el suelo y su rostro pálido e hinchado.

Cristina: ¡Dios mío! (arrodillándose a su lado). Pero... ¿qué te pasó?

Maria Elisa: Terminé con Patrick y se puso como loco... (susurró mientras una nueva punzada de dolor atravesaba su abdomen).

Cristina: Maldito infeliz...

Cristina la ayudó a levantarse y a cambiarse de ropa. Luego, la llevó directamente al hospital.

En el hospital, los médicos la atendieron con urgencia. Cristina aguardaba fuera de la sala de emergencias, su corazón palpitando con fuerza. Después de lo que pareció una eternidad, un médico salió a hablar con ella.

Doctor: ¿Eres su familiar?

Cristina: Soy su amiga, casi como su hermana (con la voz temblorosa).

El médico asintió.

Doctor: Su amiga recibió algunos golpes que provocaron contusiones en el abdomen, pero afortunadamente está estable. Sin embargo, le hicimos varios análisis y descubrimos que está embarazada.

¿Embarazada? De inmediato, sus pensamientos volaron hacia la preocupación por el estado del bebé y por cómo María Elisa manejaría esa noticia en medio de todo el caos.

Cristina(con voz entrecortada): ¿Y... y el bebé? ¿Está bien?

Doctor: Estamos haciendo más exámenes para asegurarnos. Dado el trauma reciente, es crucial monitorear el desarrollo del embarazo. La situación puede ser delicada, pero haremos todo lo posible para asegurarnos de que tanto ella como el bebé estén fuera de peligro.

Cristina se quedó paralizada. No sabía que su amiga estaba esperando un bebé, y la noticia la tomó por sorpresa. Cuando finalmente pudo entrar a la habitación, encontró a María Elisa despierta, aunque pálida y con los ojos enrojecidos por el llanto.

Cristina: Amiga... ¡estás embarazada! (con una sonrisa dudosa, pues no sabía cómo iba a reaccionar su amiga)

María Elisa asintió con la cabeza, una mezcla de emociones en su rostro.

Maria Elisa: Me lo acaban de decir... te juro que no tenía idea, Cris. (dejó salir una sonrisa)

Cristina: Entonces... ¿estás feliz?

Maria Elisa: Claro, estoy muy feliz. Pero tengo miedo, (su voz se quebró) no sabemos si los golpes le hicieron daño al bebé.

Cristina se acercó y la tomó de la mano.

Cristina: Todo va a salir bien. Los médicos están haciendo lo posible para asegurarse de que tú y el bebé estén a salvo.

María Elisa tomó un respiro profundo y miró hacia el techo, como buscando respuestas.

Maria Elisa: Cris... hay algo más (con un tono de duda en su voz). No estoy segura de quién es el padre.

Cristina la miró con sorpresa, pero no dijo nada, dejando que su amiga continuara.

Maria Elisa: La última vez que estuve con Patrick fue hace como dos meses y luego estuve con Roberto. (confesó, sintiéndose vulnerable y confundida). No sé qué hacer.

Cristina: Debe haber alguna forma de saberlo.

Cuando el médico volvió a entrar para revisarla, María Elisa aprovechó la oportunidad para preguntarle.

Maria Elisa: Doctor, ¿hay alguna manera de saber quién es el padre del bebé?

El médico la miró con comprensión.

Doctor: Por ahora, lo más importante es estabilizar tu salud y la del bebé. Pero sí, es posible realizar una prueba de paternidad durante el embarazo. Se puede hacer de manera segura más adelante, cuando estés más avanzada. Por ahora puedo hacerte un ultrasonido y ver cuántas semanas tienes, ¿eso te sirve?

María Elisa asintió, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad. Por un momento, la incertidumbre se apoderó de ella, pero pronto la reemplazó una pequeña chispa de esperanza. A pesar de las dudas y el miedo, la noticia de su embarazo le dio algo por lo cual luchar.

Cristina la miró con ternura.

Doctor (con voz tranquila): Vamos a hacer una ecografía para asegurarnos de que todo esté en orden. Necesitamos verificar el estado del bebé y confirmar que no haya complicaciones.

María Elisa asintió, su corazón latiendo con fuerza mientras el médico preparaba el gel y comenzaba a pasar el transductor sobre su abdomen. La habitación estaba en completo silencio, interrumpido solo por el sonido del aparato. Cada segundo parecía estirarse, y el temor se instalaba en el pecho de María Elisa. Sin embargo, apenas el ultrasonido mostró la imagen del pequeño ser dentro de ella, el doctor sonrió levemente.

Doctor: Aquí está tu bebé.

Cristina se inclinó hacia adelante, con los ojos llenos de lágrimas al ver la imagen en la pantalla. El doctor continuó observando con atención, moviendo el transductor para revisar cada detalle.

Doctor: Buenas noticias. El embrión está perfectamente sano. Está creciendo como debería y la placenta sigue en su lugar, sin signos de desprendimiento. No hay de qué preocuparse.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de María Elisa, mientras el miedo comenzaba a desvanecerse. Las lágrimas de alivio se deslizaron por sus mejillas, y Cristina apretó su mano, compartiendo ese momento de esperanza renovada.

El doctor apartó el transductor y se volvió hacia María Elisa con una expresión más suave.

Doctor: Por lo que veo, tienes alrededor de cuatro semanas de embarazo.

María Elisa sintió cómo su mente hacía rápidamente los cálculos. Cuatro semanas... Eso confirmaba que el bebé era de Roberto. Una mezcla de emociones la invadió: alivio, miedo, y una chispa de alegría. Saber que el bebé estaba bien era un bálsamo para su corazón, pero también sabía que esto cambiaría todo. Ahora, más que nunca, tendría que enfrentar su realidad y decidir cómo manejarlo.

María Elisa (murmurando, casi para sí misma): ¡Gracias a Dios...es de Roberto! (una sonrisa se dibujó en su rostro)

Cristina: ¡Qué emoción! Voy a ser tía... (dándole un cálido abrazo)

Ahora sí, Maria Elisa se permitió disfrutar de la noticia de su embarazo. La emoción que sentía al saber que dentro de ella estaba creciendo el fruto de su amor con Roberto, era indescriptible. La noticia, aunque inesperada y en circunstancias difíciles, también traía consigo la esperanza de un nuevo comienzo.

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Nota de la autora:

Le prometí a alguien que iba a compensar la pérdida del primer bebé... pues aquí vamos de nuevo! Maria Elisa embarazada! 

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Xoxo, D

Sin QuererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora