Narrador Externo
Días después de la conversación con su madre, Maria Elisa había tomado una decisión. La emoción y el miedo se habían mezclado en su mente mientras se preparaba para enfrentar el paso final en su doloroso proceso. Le había enviado un mensaje a Cristina para informarle de su elección.
"Cris, ya lo decidí. Iré a la clínica para interrumpir el embarazo. Agradezco todo el apoyo que me brindaste. Por favor, no intentes detenerme, es una decisión tomada y es algo que debo hacer sola."
Cristina se quedó muy preocupada por el mensaje de Maria Elisa, intentó llamarla varias veces pero ella nunca le respondió.
Maria Elisa llegó a la clínica con el corazón en un puño. Sus manos temblaban mientras sostenía el volante del auto, y la sensación de arrepentimiento empezaba a asfixiarla. Se sintió completamente sola, un sentimiento que intensificó su ansiedad.
Cuando entró en la clínica, el ambiente estaba lleno de un silencio inquietante, solo interrumpido por el sonido ocasional de pasos o murmullos distantes. Se dirigió al área de recepción, completó los formularios y se sentó a esperar su turno, el tiempo parecía alargarse infinitamente. El nerviosismo la consumía, y no podía evitar preguntarse si estaba tomando la decisión correcta. Se preguntaba si estaba lista para enfrentar el procedimiento sola, sin el consuelo de los amigos o familiares.
Finalmente, su nombre fue llamado. Se levantó con una mezcla de temor y resignación y siguió hasta la sala de procedimientos. Se le pidió que se recostara en la camilla, y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el frío del metal bajo ella.
Doctor: Voy a hacer un ultrasonido primero, es el protocolo (le explicó con una voz que trataba de ser calmante). Esto es solo para asegurarnos de que todo esté en orden antes de proceder.
Maria Elisa cerró los ojos, temblando de ansiedad. El ultrasonido no estaba en sus planes para ese día; había decidido que no quería ver ni escuchar nada que pudiera cambiar su mente. Pero el protocolo no dejaba lugar a objeciones.
El doctor aplicó el gel frío en su abdomen y movió el transductor con movimientos suaves pero firmes. En la pantalla frente a ella, aparecieron manchas blancas y negras que no comprendía bien. Su corazón latía con fuerza, y su respiración se volvió irregular.
Doctor: Voy a reproducir el latido del corazón del bebé. Solo escúchalo un momento.
El sonido que comenzó a emitirse era un latido rápido y regular, un ritmo que resonaba en la sala. Maria Elisa no pudo evitarlo; el sonido era claro y fuerte, y cada pulso parecía resonar profundamente en su pecho. La emoción la golpeó con una fuerza inesperada. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, y su cuerpo se sacudió con sollozos incontrolables. Sentía como si su hijo le estuviese pidiendo a gritos que lo dejara vivir.
Maria Elisa: No, no puedo hacer esto (murmuró entre sollozos). Por favor, deténgase. No puedo... no puedo deshacerme de él.
El doctor, al ver la angustia en los ojos de Maria Elisa, dejó de reproducir el sonido y se acercó con una expresión comprensiva.
Doctor: Entiendo que esto es muy difícil. Si necesitas tiempo para reconsiderar, podemos suspender el procedimiento. No hay prisa, y lo más importante es que estés segura de tu decisión.
Maria Elisa asintió, todavía temblando, mientras el doctor se levantaba para darle un momento de privacidad. La realidad de lo que estaba a punto de hacer le abrumó completamente. Había sido tan firme en su decisión, pero el sonido del corazón del bebé había despertado algo en ella, una conexión que no podía ignorar.
Se quedó sola en la sala, con el sonido del latido aún resonando en su mente. Se preguntaba si podía cambiar su decisión, si había una forma de enfrentar la situación de una manera diferente. La imagen del corazón latiendo en la pantalla se convirtió en una representación tangible de lo que estaba en juego.
Finalmente, se levantó con decisión. Si bien el proceso no había terminado, su mente y su corazón estaban ahora en conflicto. Sabía que tenía que hablar con alguien, que necesitaba tomar una decisión informada y considerada. Y aunque estaba sola en la clínica, sentía que necesitaba más tiempo para enfrentar lo que había decidido hacer.
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Nota de la autora:
Este me quedó cortito pero no sabía qué más escribir. Trataré de que el próximo sea un poco más largo.
No olviden votar y dejar su comentario! Gracias por leerme!
Xoxo, D
SPOILER ALERT: Roberto sale en el próximo capítulo
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Sin Querer
FanfictionSamantha es una joven universitaria que sueña con ser actriz. Es fiel admiradora de la actriz ecuatoriana María Elisa Camargo. María Elisa está profundamente enamorada de su novio Roberto, a quien conoció en una de las producciones que trabajó. Amb...