El viaje hasta la casa de Pablo se realizó en silencio, un silencio cargado de tensión y resolución. Alexia conducía con calma, mientras yo, sentada a su lado, trataba de organizar mis pensamientos y controlar la rabia que seguía burbujeando en mi interior. Sabía que tenía que mantener la compostura para enfrentar la situación de manera efectiva. La preocupación por Mía y la necesidad de resolver el conflicto me daban fuerzas para seguir adelante.
Cuando llegamos a la casa de Pablo, Alexia estacionó el coche frente a la entrada, y me dirigí hacia la puerta con determinación. Sentía que cada paso que daba me acercaba un poco más a una solución. Alexia me siguió de cerca, brindándome el apoyo que necesitaba en ese momento delicado.
Toqué el timbre, y esperamos a que alguien viniera a abrir. Al cabo de unos momentos, la puerta se abrió y Pablo apareció en el umbral. Al principio, no mostró ninguna sorpresa, pero cuando me reconoció, su rostro se iluminó con una sonrisa que, lejos de ser bienvenida, parecía burlona.
—Mar, ¿Por qué no me sorprende?—exclamó Pablo con un tono exagerado—. no te voy a dejar pasar.
Mis nervios se dispararon ante su actitud despectiva. Me sentí herida por la falta de respeto, pero traté de mantener la calma mientras Alexia, a mi lado, también parecía estar evaluando la situación con seriedad.
—Pablo, necesito hablar contigo —dije con firmeza—. Esto es importante y no voy a irme sin resolverlo.
Pablo se cruzó de brazos, su actitud arrogante permanecía inmutable.
—No estoy interesado en discutir nada contigo ahora mismo —dijo, y antes de que pudiera añadir algo más, levantó el teléfono y llamó a Valeria—. Valeria, por favor, quítale el teléfono a Mía. Ya basta de sus berrinches.
El tono de Pablo era autoritario, y el hecho de que llamara a Valeria para silenciar a Mía solo aumentaba mi frustración. No podía creer que, en lugar de escuchar y tratar de resolver el problema, Pablo estaba tomando medidas para ignorar completamente las preocupaciones de mi hija.
Alexia me miró con una expresión que mezclaba sorpresa y descontento, y me asintió en señal de apoyo. Podía sentir que la situación estaba escalando, pero también sabía que debíamos mantenernos firmes.
—Pablo, esto no es justo —dije, mi voz temblando de emoción—. Mía ha seguido todas las recomendaciones médicas y está lista para volver a entrenar. No puedes simplemente ignorarla.
Pablo soltó una risa seca, como si mis palabras no tuviesen peso.
—Mar, si Mía estuviera lista, no habría motivo para quejarse —dijo, con un tono despectivo—. Pero parece que se está convirtiendo en una carga con sus demandas.
La rabia en mi interior se transformó en una oleada de determinación. No podía permitir que mi hija fuera tratada de esta manera, ni que sus esfuerzos fueran desestimados de forma tan grosera. Me volví hacia Alexia, buscando una guía en su presencia calmada.
La atmósfera en la casa de Pablo era densa, cargada de tensión y desilusión. Mientras él mantenía una actitud desafiante, mi mente estaba concentrada en la angustia de Mía, que podía oírse débilmente desde el fondo de la casa. El sonido de sus sollozos se filtraba a través de las paredes, rompiendo mi corazón y exacerbando mi frustración. Me sentí impulsada por una mezcla de desesperación y furia.
—Pablo, ¿cómo puedes permitir esto? —exclamé, mi voz temblando con la intensidad de mi preocupación—. ¿Cómo puedes ver que tu hija está mal y simplemente darle el teléfono para que se calle? ¿No te importa cómo se siente?
Pablo, con una expresión de desdén, se cruzó de brazos y me miró con una mezcla de irritación y condescendencia.
—Mar, lo que pasa es que Mía está demasiado mimada —dijo con desdén—. Ella está acostumbrada a tener todo a su manera. No puedo permitir que sus caprichos interfieran en el proceso. Necesita aprender a aceptar la disciplina y la paciencia.

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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬
عشوائيAlexia y Mar se conocen de una manera repentina, una máquina expendedora estropeada hace que ambas se conozcan, las vidas de ambas aunque puedan parecer similares al estar en el ámbito futbolístico son completamente diferentes.