XXVI

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Alexia

Al día siguiente, me desperté con una mezcla de nerviosismo y emoción. Sabía que era uno de mis últimos días de fisioterapia en la Ciutat Esportiva, y el recuerdo del beso con Mar me mantenía en un estado constante de expectativa. Mientras me vestía, no podía evitar pensar en ella, en el roce de sus labios y en la promesa implícita de lo que podría significar.

Cuando llegué, mi corazón latía con fuerza al ver a Mar en la sala de fisioterapia. Allí estaba, de pie junto a una de las camillas, revisando unos papeles. En cuanto me vio, nuestras miradas se encontraron, y nuestras sonrisas se iluminaron, compartiendo una complicidad que no necesitaba palabras. Sin embargo, al observarla más de cerca, noté algo sutil pero inquietante. Mar parecía más tensa de lo habitual. Su postura era rígida y su sonrisa, aunque presente, no era tan cálida como solía ser.

A medida que avanzaba la sesión, la tensión en Mar se hacía más evidente. Sus instrucciones eran claras, pero su voz tenía un matiz de preocupación que no había notado antes. Aunque intentaba concentrarme en los ejercicios, no podía apartar la idea de que algo no estaba bien. La forma en que evitaba mi mirada y el ligero temblor en sus manos me hacían sospechar que algo más estaba ocurriendo.

Finalmente, la sesión terminó y me levanté de la camilla, sintiendo que la preocupación por Mar había crecido con el tiempo. Me quedé sentada, observando cómo organizaba sus cosas. La incomodidad en el aire era palpable. Me preguntaba si debía decir algo, si debía presionar para entender lo que estaba pasando, pero mi intuición me decía que Mar necesitaba el espacio para hablar por sí misma.

—Mar, ¿Pasa algo? —pregunté con suavidad, tratando de no sonar intrusiva, pero con una preocupación evidente en mi tono.

Mar levantó la vista hacia mí, sus ojos reflejando una mezcla de lucha interna. Vi en su mirada un mar de emociones contenidas. Finalmente, respiró hondo y se puso justo enfrente de mí, parcialmente entre mis piernas que en cuanto se acercó se abrieron para darle espacio. Había una seriedad en su expresión que me hizo sentir que lo que estaba a punto de decir no era fácil para ella.

—Alexia, hay algo que necesito decirte —comenzó, sus palabras saliendo con dificultad. —Después de lo que pasó entre nosotras, no puedo evitar pensar en lo que realmente quiero. No se trata solo del beso que compartimos. Lo que siento por ti va más allá de eso, y me estoy dando cuenta de que necesito algo más concreto, algo real.

Me quedé en silencio, escuchando atentamente mientras ella continuaba. Mar parecía estar buscando las palabras adecuadas, su mirada fija en el suelo como si buscara en su mente la forma de expresar sus sentimientos.

—Tengo una hija y mi vida ya está llena de responsabilidades y desafíos —continuó, su voz temblando ligeramente. —No puedo permitirme involucrarme en una ilusión pasajera. Necesito estabilidad, algo real que me permita construir algo a largo plazo, no solo una aventura de unos meses.

Sus palabras me sorprendieron, pero a la vez, sentí una profunda empatía por lo que estaba compartiendo. Sabía que Mar estaba lidiando con una presión considerable y que sus preocupaciones eran mucho más complejas de lo que había imaginado.

—Entiendo que esto puede ser una presión grande —dijo Mar, levantando finalmente la vista para mirarme. —No quiero que sientas que tienes que cumplir con expectativas que tal vez no compartes. Solo necesitaba decirlo, porque no puedo seguir adelante sin ser honesta contigo sobre lo que estoy buscando.

La sinceridad en su voz era evidente, y su vulnerabilidad me conmovió. Me tomó un momento procesar todo lo que había dicho. Me di cuenta de que Mar estaba enfrentando una realidad complicada, y lo que había compartido conmigo no solo era un reflejo de sus sentimientos, sino también de su vida cotidiana y sus responsabilidades.

—Mar, agradezco mucho que hayas sido tan honesta conmigo —le dije, tratando de transmitirle mi comprensión y apoyo. —Entiendo la necesidad de estabilidad y la importancia de ser realista en cuanto a lo que quieres.

Mar asintió lentamente, su expresión suavizándose un poco. La tensión en su cuerpo parecía haberse aliviado en parte, aunque la preocupación seguía presente.

—Gracias, Alexia. Aprecio mucho que puedas entenderlo —dijo con un susurro de alivio en su voz.

—Mar —comencé con voz suave—,Lo que busco contigo es algo más profundo, algo que no se reduzca a un beso pasajero o a una ilusión temporal. Estoy dispuesta a estar aquí para ti y a construir algo real y significativo.

Sus ojos se suavizaron ligeramente, pero aún había una sombra de preocupación en su mirada. Sin romper el contacto visual, deslicé mis manos hacia su nuca. Sentí la calidez de su piel bajo mis dedos, y con delicadeza, rodeé su cuello con mis manos. Noté que Mar se tensaba ligeramente, pero pronto sus músculos empezaron a relajarse, como si confiara en mi gesto.

Con un movimiento lento y cuidadoso, la atraje hacia mí, sintiendo el calor de su cuerpo acercarse al mío. Mi corazón latía con fuerza, y cada respiración se sentía como una promesa compartida. Incliné mi rostro hacia el suyo, mis labios buscando los suyos en un beso que quería transmitir más que solo afecto.

El primer contacto de nuestros labios fue suave, casi como una caricia. Era un beso lleno de ternura, pero con una intensidad subyacente que reflejaba mi deseo de construir algo duradero. Sentí el ligero temblor en sus labios, y respondí con una mezcla de delicadeza y firmeza, tratando de comunicar mi compromiso a través de este simple, pero significativo, gesto.

A medida que el beso se profundizaba, nuestras bocas se movían en sincronía, explorando y confirmando la conexión que sentíamos. Mar respondió con una mezcla de ansia y ternura, sus manos moviéndose lentamente desde mis hombros hacia mis muslos. Su toque era firme pero cuidadoso, como si buscara encontrar un anclaje en este momento de vulnerabilidad compartida. Sentí el calor de sus manos a través de la tela de mi ropa, y esa cercanía solo intensificaba la profundidad del momento.

La sensación de nuestras pieles tocándose y nuestras respiraciones entrelazadas creó una atmósfera cargada de emoción. Cada movimiento, cada contacto, era una promesa de algo más profundo, algo que iba más allá del instante presente. El beso se convirtió en una expresión de todo lo que quería ofrecerle: no solo palabras, sino también acciones que demostraran mi compromiso y mi disposición a construir un futuro juntas.

Cuando finalmente nos separamos, nuestras respiraciones se mezclaban en el aire, creando una sensación de intimidad y conexión que parecía llenar el espacio a nuestro alrededor. Miré a Mar, intentando leer sus pensamientos a través de la expresión en sus ojos. Vi un alivio y una esperanza renovada, y sentí una profunda satisfacción al saber que había logrado transmitirle mi mensaje.

—Estoy aquí para ti, Mar —susurré, mi voz cargada de emoción y sinceridad—. Estoy dispuesta a darlo todo por lo que tenemos. Quiero construir algo real contigo, algo que no se desmorone con el tiempo.

Mar me miró, su rostro iluminado por una mezcla de gratitud y afecto. Sus manos seguían reposando sobre mis muslos, y podía sentir el temblor de sus dedos mientras mantenía el contacto. La tensión en su cuerpo había desaparecido, reemplazada por una sensación de cercanía y entendimiento mutuo.

El momento había creado un nuevo tipo de conexión entre nosotras, una que parecía prometer un futuro compartido lleno de posibilidades. Me sentí aliviada y esperanzada, sabiendo que, a pesar de los desafíos que podrían surgir, estábamos dispuestas a enfrentarlos juntas. El beso y el gesto de ternura habían sellado una promesa, una promesa de que lo que estábamos construyendo tenía el potencial de ser algo duradero y significativo.
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Mis enamoradas más monas😭

¿Como se tomará Mía todo esto?

𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora