Alexia
Nos quedamos un rato más en el vestuario, charlando y riendo entre nosotras, disfrutando de esos momentos de camaradería que siempre se sienten tan bien después de un entrenamiento duro. Las bromas iban y venían, y el cansancio del cuerpo parecía desvanecerse un poco con cada carcajada. La conversación fluía de un tema a otro, pasando desde anécdotas de la última vez que jugamos juntas hasta planes para el fin de semana.
Cuando finalmente decidimos salir, noté que uno de los fisios se dirigía hacia mí. Tenía una expresión en su rostro que parecía mezclar seriedad con un toque de picardía, algo que captó mi atención de inmediato.
—Alexia, una compañera me ha pedido que te dé esto —dijo, extendiendo su mano hacia mí con un gesto algo teatral.
Miré su mano, y lo que vi me hizo soltar una risa espontánea: un paquete de Kit Kat. Lo tomé, agradeciendo con una sonrisa mientras pensaba en lo surrealista que resultaba la situación.
—Gracias —le dije con sinceridad, sabiendo que, aunque el gesto era sencillo, había algo más detrás.
Mapi, que había estado observando la escena con curiosidad, no pudo evitar preguntar cuando vio la expresión en mi cara y el chocolate en mis manos.
—¿Y eso? —dijo, arqueando una ceja con una mezcla de curiosidad y sorpresa.
Sonreí, intentando contener la risa que amenazaba con salir, y levanté el paquete para que lo viera mejor.
—Esto, Mapi, es la prueba de que esa tal Mar no es imaginaria —dije, usando un tono intencionadamente repelente para molestarla un poco, mientras recordaba la conversación en la máquina expendedora.
—¿Qué os pondréis para la cena? —preguntó de repente Jana, apareciendo como de la nada y cambiando de tema de forma abrupta. Su ansia por la cena era casi palpable.
—Quedan dos días para la cena, a veces eres bastante ansiosa —le respondí, intentando disimular mi risa. Pero no pude evitar que tanto Mapi como Jana se unieran a la carcajada.
Mapi, siempre rápida con sus comentarios, no tardó en seguir con su tono pícaro.
—Alexia se tendrá que poner guapa porque, al ser una cena de club, estará la chica de los Kit Kats —dijo, pasando un brazo por mis hombros, y dándome un leve apretón. Su comentario estaba claramente dirigido a hacerme ruborizar.
—¿Qué chica? —preguntó Jana, frunciendo el ceño, visiblemente confundida.
Antes de que pudiera contestar, Mapi se adelantó, disfrutando del momento.
—Nuestra capitana hoy ha conocido a una chica en la máquina expendedora y le ha echado el ojo —dijo, soltando una carcajada. Yo rodé los ojos, negando con la cabeza mientras reía también, no pudiendo evitar seguirle el juego.
—No le he echado el ojo a Mar —respondí entre risas, aunque noté que el hecho de recordar su nombre provocó que me sonrojara un poco más.
—¿Mar? ¿La fisio? —Ambas nos quedamos mirando a Jana, sorprendidas de que conociera el nombre.
—¿La conoces? —preguntó Mapi, ahora con más interés, mientras cruzaba los brazos.
Jana asintió, tomando un respiro antes de continuar.
—No personalmente, pero me han hablado de ella. Es una de las fisios del B masculino —Nos explicó, mientras Mapi y yo la escuchábamos con atención, como si estuviéramos recibiendo información confidencial.
—¿Sabes algo de su estado civil? —preguntó Mapi, ahora con un tono que delataba su mera curiosidad, pero que aun así me obligó a darle una suave colleja.
Jana sonrió, encantada de tener la atención.
—Creo que tiene novio—dijo con un encogimiento de hombros. Esa información no me sorprendió en absoluto. Una chica tan amable, y sobre todo guapa, tenía que estar pillada.
—¿Quién te cuenta tantas cosas? —insistió Mapi, no queriendo dejar ningún cabo suelto.
—Yo me entero de todo —Su explicación pareció satisfacer a Mapi, que finalmente dejó de hacer preguntas, al menos por un rato.
Pasamos un buen rato más juntas, charlando y bromeando, hasta que llegó la hora de volver a casa. Me despedí de las chicas con la promesa de vernos al día siguiente, y conduje hacia mi apartamento mientras pensaba en Mar. Una idea cruzó mi mente: ¿debería acercarme más a ella? Pero enseguida la deseché. No quería parecer una loca o demasiado interesada, así que decidí dejarlo estar, al menos por ahora.
Mi tarde transcurrió de manera bastante tranquila. Paseé a mi perra por el parque, disfrutando del aire fresco, y luego me dirigí al supermercado a comprar algo para la cena. Cociné algo sencillo, vi un par de episodios de la serie que tenía pendiente y, finalmente, me fui a dormir. La verdad es que, a pesar de las bromas de mis amigas, no podía sacarme a Mar de la cabeza.
La mañana siguiente fue igual de rutinaria. Desayuné, salí a pasear y luego cogí el coche para dirigirme al entrenamiento. Al llegar, no tardé en darme cuenta de que las bromas sobre "la chica de los Kit Kats" no iban a cesar. Mapi y Jana se habían asegurado de que el rumor corriera por todo el equipo, y ahora todas mis compañeras parecían estar al tanto.
Después del entrenamiento, decidimos ir a tomar algo juntas para relajarnos un poco. Esta vez, me dirigí a la máquina expendedora con Mapi, Ingrid y Jana, ya que íbamos a pasar por el bar de al lado antes de irnos. Justo cuando estaba a punto de meter el dinero, recordé que la máquina seguía sin funcionar. "Gracias a Dios", pensé, al evitar perder el dinero de nuevo.
De repente, escuché una voz acercándose, hablando con alguien más. Reconocí la voz al instante, y mi corazón dio un pequeño brinco. Sabía que, en cuanto ella apareciera, las burlas de mis amigas no tardarían en empezar.
Mar se acercaba junto a uno de los jugadores del equipo B. El chico iba en muletas, y al llegar a la máquina, se despidió de ella con un abrazo amistoso antes de marcharse, pasando por nuestro lado. Mar me miró, sonrió y se dirigió a la máquina de al lado para sacar un café.
—¿Irás a la cena? —me preguntó directamente, ignorando a mis amigas y enfocándose en mí. Noté cómo Mapi soltaba una pequeña risa, lo que me hizo sentir un poco más nerviosa.
—Claro, si no voy, quizás me echan del club. Laporta se toma muy en serio estas cosas —respondí, sorprendiéndome a mí misma con el tono humorístico que usé. Mar rió suavemente, y sus ojos brillaron con diversión.
—Todos los del cuerpo técnico estamos amenazados. Si no vamos, probablemente no cobraremos este mes —dijo, siguiendo mi broma, lo que provocó que las tres riéramos. Había algo natural y cómodo en hablar con ella, algo que no había esperado.
—Bueno, os dejo, que tengo sesión con otro chico del B en 10 minutos. Nos vemos en la cena. —Se despidió con una sonrisa, y se marchó antes de que pudiera decirle algo más. No pasó ni un minuto y mis amigas ya estaban burlándose de mí.
—¿De dónde ha salido esa Alexia humorista? —dijo Mapi, vacilándome mientras salíamos del edificio.
—Cállate —respondí, con una risa nerviosa que me salió sin querer. Aún podía sentir la calidez en mis mejillas.
____Segunda interacción en dos días 🤭
En el siguiente sabremos un poco más de Mar, ¿Será verdad que tiene novio?
El capítulo es para AdrianaMR_14 por haber sido la primera en comentar en el otro😘
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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬
RandomAlexia y Mar se conocen de una manera repentina, una máquina expendedora estropeada hace que ambas se conozcan, las vidas de ambas aunque puedan parecer similares al estar en el ámbito futbolístico son completamente diferentes.