XX

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Alexia

Estaba en mi salón terminando de merendar, cuando mi teléfono sonó. Al ver el nombre de Mar en la pantalla, me sorprendí un poco. No solíamos hablar mucho fuera de los encuentros en la clínica, así que no sabía qué esperar. Sin embargo, respondí rápidamente, curiosa por saber qué podría querer.

-Hola, Mar-dije, intentando mantener un tono relajado, aunque la sorpresa aún estaba presente en mi voz.

-Alexia, hola ¿Cómo estás?-me saludó Mar, con una energía que inmediatamente me hizo sonreír. Pude sentir su entusiasmo a través del teléfono, y eso me contagió al instante.

-Estoy bien, Mar, ¿y tú?- respondí, ya sintiendo una especie de anticipación por lo que pudiera estar por venir.

-Quería llamarte para darte una buena noticia. Mía y yo podremos ir al partido del martes en el Palau-Dijo emocionada y mis ojos se abrieron de par en par mientras procesaba lo que acababa de escuchar.

-¿En serio? Eso es increíble, Mar- exclamé, sin poder contener la emoción en mi voz.

-Mía todavía no lo sabe, quiero que sea una sorpresa para ella-explicó Mar, con una risa suave que me hizo sentir cálida por dentro.-Pero estoy segura de que se va a emocionar muchísimo cuando se lo digamos. Será una tarde fantástica.

Cuando terminamos la llamada, me quedé con el teléfono en la mano, todavía sonriendo. No podía creer lo afortunada que era de poder compartir ese momento con Mía y Mar. El básquet siempre había sido algo especial para Mía, y era una forma de olvidarnos por un rato de la rutina y simplemente disfrutar.

Pero más allá de la emoción por el partido, también me sentía feliz por la posibilidad de acercarme más a Mar. Hasta ahora, la mayoría de nuestras interacciones habían sido en el contexto de la fisioterapia, centradas en los ejercicios y el proceso de recuperación. Esta oportunidad nos permitiría compartir algo fuera de ese entorno, algo divertido y significativo. Quizás, pensé, esto podría ser el comienzo de una conexión más fuerte entre nosotras, una que no solo girara en torno a la rehabilitación, sino también a la amistad.

El martes ya no podía llegar lo suficientemente pronto. Sabía que la emoción del partido sería increíble, pero lo que más me emocionaba era la idea de compartir ese momento con Mía y Mar, de ver la alegría en sus rostros y de sentir que, por unas horas, todo estaba bien.

...

El día del partido finalmente había llegado, y la emoción en el aire era casi palpable. Yo estaba en el coche con Jana. Mientras yo conducía, ella miraba por la ventana sin siquiera darse cuenta de que yo llevaba todo el camino sintiendo las mariposas en el estómago por la anticipación.

De repente, me desvié del camino habitual hacia el Palau, y Jana frunció el ceño al notar la ruta que estábamos tomando.

-Eh, Alexia, ¿por qué estamos yendo por aquí? El Palau está en la otra dirección-Preguntó extrañada.

Me volví hacia ella con una sonrisa que apenas podía contener.

-Mar y su hija se unirán a nosotras-Anuncié nerviosa por su reacción.

Jana arqueó una ceja y luego soltó una risa contagiosa.

-¿En serio? No sabía que iba a estar presente en tu cita con la chica de los Kit-Kats-Dijo con otra risa.

-¿No vais a quitarle nunca ese apodo, no?-Pregunté rodando los ojos y ella negó con una risa.

No pude evitar reírme también. La broma sobre el apodo que le habían dado a Mar en referencia a la primera vez que nos vimos era un chiste recurrente entre nosotras.

-Bueno, pero no es exactamente una cita, pero será genial. Estoy emocionada de pasar un rato con ellas fuera de la sala de fisioterapia-Dije emocionada.

Jana continuó riendo mientras giraba el volante para incorporarse a la carretera correcta.

-Me alegra ver que te estás llevando bien con Mar. Seguro que será una tarde divertida con tu amada -Dijo vacilandome y yo dejé una colleja en su nuca.

Finalmente, llegamos a casa de Mar. Cuando las vi acercarse, mi corazón dio un vuelco. Mía estaba rebosante de alegría, y Mar tenía una sonrisa amplia en el rostro, que reflejaba la misma emoción que sentía yo.

Mar

El sol se estaba poniendo, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados, mientras yo me acercaba a la casa de Pablo. Aunque la tarde había sido tranquila, había algo en el aire que me mantenía ansiosa. Esta vez, la sorpresa que tenía para Mía me emocionaba más de lo habitual.

Cuando llegué a la puerta, Pablo me recibió con una sonrisa y me invitó a pasar. Hablamos brevemente sobre cómo había ido el día y cómo había estado Mía, hasta que finalmente la vi aparecer desde el pasillo. Al verme, su rostro se iluminó con sorpresa y curiosidad.

-¡Mami!-exclamó, corriendo hacia mí. -¿Qué haces aquí?

Me agaché para estar a su altura y sonreí ampliamente.

-Hola, cariño, he venido a buscarte. Vamos a irnos unas horas, tengo una sorpresa para ti-Le dije con una sonrisa.

Mía frunció el ceño, tratando de entender lo que acababa de decir. Aunque estaba claramente sorprendida, confiaba al cien por cien en mí. Sabía que, cuando decía que había algo especial planeado, solía ser algo que realmente valía la pena.

Sin decir mucho más, se dirigió rápidamente a su habitación para coger su pequeña mochila. La vi apretar sus cosas dentro, moviéndose con una energía contagiosa a pesar de la confusión inicial. La imagen de su entusiasmo y la confianza que tenía en mí me llenaron de calidez.

Finalmente, Mía salió de su habitación, mochila al hombro, y se dirigió hacia mí. La abracé brevemente antes de que nos encamináramos hacia la puerta. Pablo se acercó y le dio un último abrazo a Mía, deseándole una buena tarde.

-Diviértete mucho princesa- le dijo con una sonrisa.

-Lo haré, papi. Gracias-respondió Mía antes de girarse hacia mí.

Nos despedimos de Pablo y salimos de la casa, caminando hacia el coche. Mía no podía contener su curiosidad, y cada pocos pasos me lanzaba miradas inquisitivas.

-¿Qué sorpresa es, mamá?- me preguntó mientras subíamos al coche.

-Paciencia, pequeña- le respondí con una sonrisa juguetona.-Lo descubrirás pronto.
____

¿Como reaccionará Mía a la sorpresa?

Ninguna de las chicas va a soltar el apodo de "la chica de los kit kats"



𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora