Mientras nos acercábamos a la casa de Mar, sentí que la atmósfera dentro del coche había cambiado. El día había sido largo, lleno de emociones intensas, y aunque las horas habían pasado, la conexión que habíamos compartido seguía flotando en el aire. Aparqué el coche con cuidado frente a su casa, deteniéndome en un espacio bien iluminado por la luz tenue de las farolas. Todo estaba en calma, pero en mi interior, el remolino de pensamientos y emociones era imparable.
Mar se quedó quieta por un momento, mirando la puerta de su casa como si necesitara un segundo para reunir la energía para entrar. Podía ver el cansancio en sus ojos, pero también algo más profundo, una tristeza que la había estado persiguiendo durante toda la noche. Me dolía verla así, y mientras bajaba la cabeza, noté que sus dedos jugueteaban con el borde de su chaqueta, un gesto nervioso que pocas veces había visto en ella.
Justo cuando Mar iba a abrir la puerta del coche para salir, algo en mi interior me obligó a actuar. Sin pensarlo, extendí la mano y la tomé suavemente del brazo, deteniéndola antes de que pudiera salir. La calidez de su piel bajo mis dedos me sorprendió, y al contacto, un torrente de emociones no expresadas se agolpó en mi pecho. No había planificado detenerla, no había pensado en lo que iba a decir, pero las palabras salieron de mi boca casi sin esfuerzo, como si hubieran estado esperando este momento.
-Mar…-murmuré, mi voz temblando ligeramente. Ella se detuvo, sorprendida, y giró su cabeza hacia mí. Sus ojos grises, esos ojos que siempre habían logrado cautivarme desde el primer momento en que los vi, se encontraron con los míos, y sentí que mi corazón comenzaba a latir más rápido.-Si necesitas a alguien… estoy aquí para ti. De verdad.
El peso de mis palabras flotó en el aire entre nosotras, llenando el espacio con una intensidad que no había anticipado. Podía ver la sorpresa en su rostro, cómo sus labios se entreabrieron ligeramente mientras intentaba procesar lo que acababa de decir. Su mirada se suavizó, y en ese momento, sentí como si algo profundo se hubiera desbloqueado entre nosotras.
Nos quedamos así, mirándonos, durante lo que parecieron minutos, aunque en realidad solo fueron unos segundos. Mis dedos aún envolvían suavemente su brazo, y sentía la calidez de su piel atravesando la tela de su abrigo. El mundo exterior, con su ruido y su movimiento constante, pareció desaparecer por completo, dejándonos a solas en esa burbuja de silencio y conexión.
Entonces, sin previo aviso, vi cómo la expresión de Mar cambiaba. Sus ojos adquirieron un brillo diferente, uno que no había visto antes y que contrastaba a la perfección con ese color grisáceo que calaba en mi alma, su respiración se volvió un poco más rápida, casi imperceptiblemente. Era como si hubiera llegado a una decisión en su interior, algo que la había estado rondando pero que ahora estaba lista para aceptar.
Antes de que pudiera decir algo más, Mar se inclinó lentamente hacia mí, sus movimientos eran pausados, casi como si estuviera esperando mi reacción, buscando algún tipo de señal de que esto era lo correcto. Mi corazón se detuvo por un segundo mientras sus labios se acercaban a los míos, y sentí una mezcla de nerviosismo y expectación que me envolvió por completo.
Y entonces, finalmente, sus labios rozaron los míos. El contacto fue suave, casi tímido, pero estaba cargado de una corriente eléctrica que me recorrió desde la cabeza hasta los pies. Cerré los ojos, perdiéndome en la sensación de su boca contra la mía, en la dulzura y el calor que se desprendía de ese gesto tan íntimo. La suavidad de sus labios, el ritmo pausado de su respiración, todo se fundió en un instante de pura conexión que me dejó sin aliento.
Respondí al beso, inclinándome hacia ella mientras mi mano se deslizaba lentamente desde su brazo hasta su mejilla, acariciando su piel con una ternura que surgió de lo más profundo de mi ser. El beso se intensificó ligeramente, no en pasión, sino en la profundidad del sentimiento que transmitía. Era como si ambas estuviéramos compartiendo algo más que palabras, algo que había estado creciendo entre nosotras durante todo este tiempo.
Cuando finalmente nos separamos, fue como si el tiempo hubiera vuelto a empezar. Nos quedamos allí, aún muy cerca la una de la otra, nuestras frentes casi tocándose, respirando entrecortadamente mientras intentábamos asimilar lo que acababa de ocurrir. La conexión entre nosotras era innegable, y en ese momento, supe que lo que sentía por Mar había cambiado, se había transformado en algo mucho más profundo y significativo.
Mar me miró, sus ojos grises ahora más oscuros, llenos de una mezcla de emociones que no podía descifrar del todo. Pero lo que sí sabía era que había una gratitud genuina, una especie de alivio en su expresión, como si finalmente hubiera encontrado algo que necesitaba desesperadamente.
-Gracias, Alexia…-murmuró, su voz era apenas un susurro, pero el sentimiento detrás de sus palabras era inconfundible. No sabía si me estaba agradeciendo por las palabras que le había dicho antes o por el beso que acabábamos de compartir, pero en ese momento no importaba. Sabía que, de alguna manera, había logrado hacerle sentir menos sola, y eso era lo único que necesitaba saber.
Mientras ella se preparaba para salir del coche, mi mano todavía descansaba en su mejilla, reacia a soltarla, a dejar que este momento se desvaneciera en la realidad cotidiana. Pero al final, la dejé ir, viendo cómo lentamente abría la puerta y bajaba del coche. La observé mientras caminaba hacia su casa, y algo dentro de mí me dijo que esto era solo el principio de algo mucho más grande entre nosotras.
Cuando Mar se volvió para mirarme una última vez antes de entrar, me di cuenta de que yo también había cambiado. Había algo en ella, en la forma en que enfrentaba sus luchas, en la manera en que amaba a su hija y en cómo había permitido que yo entrara en su vida, que me hacía sentir cosas que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que esto no sería fácil, que habría obstáculos y momentos difíciles, pero también sabía que estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera, siempre y cuando ella estuviera a mi lado.
Mientras la puerta se cerraba detrás de Mar, sonreí para mis adentros, sintiendo una calidez que se extendía por todo mi cuerpo. Sabía que esta noche había marcado un antes y un después en nuestras vidas, y aunque el camino por delante era incierto, estaba emocionada por lo que el futuro podría depararnos.
____He retrasado un poco lo que iba a pasar🤭
Pues primer besito😝😝
El Liverpool le ha metido 3 al united, Olivia y Ona están en crisis
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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬
RandomAlexia y Mar se conocen de una manera repentina, una máquina expendedora estropeada hace que ambas se conozcan, las vidas de ambas aunque puedan parecer similares al estar en el ámbito futbolístico son completamente diferentes.