Finalmente, después de lo que había parecido una interminable serie de eventos, estábamos de vuelta en el coche. Mía descansaba en el regazo de Mar, sus ojos ya medio cerrados por el cansancio, mientras el coche avanzaba lentamente por la carretera que nos llevaba de regreso a casa. El silencio en el vehículo era pesado, cargado de emociones no expresadas y de un alivio tan profundo que casi dolía.
Cuando finalmente llegamos a la casa, todo se sentía surrealista. La misma puerta que habíamos cruzado tantas veces antes ahora parecía diferente, como si el peso de las últimas horas hubiera cambiado algo fundamental en nuestro hogar. Mar bajó del coche primero, con Mía dormida en sus brazos, mientras yo la seguía, observando sus pasos cansados.
Entramos en la casa, y la familiaridad del espacio era casi abrumadora. El olor a hogar, la calidez de las paredes que habían sido testigo de tantos momentos felices, todo eso contrastaba fuertemente con la angustia reciente. Mar llevó a Mía a su habitación, la arropó con cuidado, y por un momento, se quedó allí de pie, observándola con una mirada que mezclaba alivio y agotamiento extremo.
Cuando volvió al salón, su rostro reflejaba una mezcla de emociones que podía sentir resonando en mí también. Se acercó a mí, su postura ligeramente encorvada por el cansancio.
—Alexia —dijo en voz baja, con un tono que denotaba su agotamiento—, sé que has pasado la noche en vela, y sé que mañana tienes tu primer entrenamiento después de la lesión. Deberías ir a casa y descansar. Has hecho tanto por nosotras hoy...
Sus palabras, aunque lógicas y cuidadosas, chocaron con algo profundo dentro de mí. Me quedé mirándola, observando el agotamiento en sus ojos, pero también la soledad que emanaba de su figura. La idea de dejarla sola en ese momento, de abandonar su casa en medio de tanta vulnerabilidad, era simplemente impensable.
Sacudí la cabeza, dando un paso hacia ella y tomando sus manos entre las mías.
—Mar, por primera vez en mi vida, no me importa el entrenamiento —dije con una determinación tranquila—. Lo que me importa ahora mismo eres tú. Tú y Mía. No quiero irme. Quiero quedarme aquí con vosotras.
Mar me miró, sorprendida por mi respuesta, pero también pude ver el alivio suavizando sus rasgos. En sus ojos, el cansancio seguía presente, pero algo más, algo parecido a la gratitud y al amor, comenzó a brillar detrás de la fatiga. La tensión en su cuerpo pareció relajarse un poco, y su respiración se hizo más lenta, como si, por primera vez en toda la noche, se permitiera soltar parte del peso que había estado cargando.
—Gracias —murmuró, su voz apenas un susurro, pero cargada de emoción—. No sé qué haría sin ti.
Sin decir más, la acerqué a mí en un abrazo, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba contra el mío. Nos quedamos así por un momento, uniendo nuestras fuerzas, compartiendo el consuelo que solo la cercanía y el amor podían ofrecer.
Después, sin necesidad de palabras, la guié hacia el sofá, donde nos sentamos juntas, mi brazo alrededor de sus hombros. Aunque el peso de la noche aún nos rodeaba, había algo más profundo que nos unía: una sensación de que, a pesar de todo, estábamos juntas, y eso era lo único que realmente importaba.
Mía estaba a salvo, y ahora, en la tranquilidad de nuestra casa, todo lo demás podía esperar. La mañana, aunque larga y agotadora, sería enfrentada juntas, porque en ese momento, nada importaba más que estar allí para ellas.
La casa estaba tranquila mientras Mar preparaba la comida en la cocina, el sonido suave de los utensilios y el crepitar de la sartén llenando el espacio. Después de todo lo que había pasado, el silencio era bienvenido, un respiro necesario tras la tormenta. Yo estaba sentada en la mesa del comedor, aún procesando todo lo ocurrido, cuando escuché unos pasos ligeros acercándose desde el pasillo.
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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬
De TodoAlexia y Mar se conocen de una manera repentina, una máquina expendedora estropeada hace que ambas se conozcan, las vidas de ambas aunque puedan parecer similares al estar en el ámbito futbolístico son completamente diferentes.