XIV

1.6K 120 10
                                    

Eran alrededor de las siete de la tarde cuando, después de pensarlo muchas veces, finalmente decidí llamar al número que el chico de la fisioterapia me había dado. Mi mente estaba llena de preguntas y preocupaciones, no solo por mi propia lesión, sino también por el estado de salud de Mía. Con un leve temblor en las manos, marqué el número y esperé a que alguien contestara.

Al principio, escuché el sonido del teléfono sonando y, después de un momento que me pareció interminable, una voz infantil respondió.

—¡Hola!-Dijo entusiasmada.

La voz era clara y alegre, y me tomó por sorpresa. No era la voz de Mar que esperaba escuchar.

—Hola —dije, intentando mantener la calma—Soy Alexia

—Hola Alexia, soy yo, Mía—dijo la niña con entusiasmo—. Mami está en la ducha, pero yo estoy jugando con el móvil.

La respuesta de Mía me sorprendió y me hizo sonreír. No podía evitar sentir una mezcla de alivio y curiosidad al escuchar su voz alegre en medio de la situación que me había preocupado tanto.

—Hola, Mía —dije—. ¿Qué estás haciendo con el móvil? ¿No deberías estar jugando con tus juguetes?

—Solo estoy jugando un poco —respondió Mía, divertida—. Mami me ha dejado el móvil para que me divirtiera mientras ella se da una ducha.

Su respuesta me hizo reír un poco. La imagen de Mía jugando con el móvil mientras su madre se duchaba era una distracción agradable en medio de mi preocupación.

—Espero que estés bien —dije—. Me he enterado de que te hiciste daño en el entrenamiento, ¿Que tal estás?

Mía hizo una pausa antes de responder, y su tono se volvió más tranquilo.

—Sí, ya no me duele tanto. Mami me ha dicho que debo descansar y que todo estará bien. Pero no puedo jugar mucho ahora, así que estoy jugando con el móvil para pasar el tiempo-Contestó con una risilla final que me hizo sonreír.

Sentí una oleada de alivio al escuchar que Mía estaba mejor. Aunque sabía que la recuperación llevaría tiempo, escucharla en un estado positivo me reconfortó.

—Me alegra mucho escuchar eso —le dije—. Dile a tu madre que la he llamado,  mientras tanto, espero que sigas divirtiéndote con el móvil.

—Lo haré—dijo Mía con entusiasmo—. Gracias por llamar, Alexia. Mami te llamará cuando salga de la ducha.

Antes de colgar, escuché el sonido de una puerta abriéndose  y la voz de Mar llamando desde el fondo.

—¿Mía? ¿Estás haces? —la voz de Mar sonó preocupada y ligeramente sorprendida.

—Mami estoy hablando con Alexia —respondió Mía.

Mar llegó rápidamente al teléfono, y pude escuchar su respiración aliviada al escuchar mi voz.

—Hola, Alexia —dijo Mar con un tono amable—. ¿Pasa algo? ¿Estás bien?

—Hola, Mar —respondí—. Estoy bien, solo quería saber cómo está todo. Hoy me he entrado de que estás de baja porque Mía se hizo daño y quería saber si estabais bien, Mía me ha dicho que está mejor, y me alegra escuchar eso.

Mar suspiró, y su voz reflejaba un tono de alivio y agradecimiento.

—Sí, Mía está mejor. Gracias por llamar y preocuparte-Dijo con un tono suave.

-Espero que pronto podamos retomar las sesiones de fisioterapia como antes-Dije divertida y ella rió.

—Alexia, estaba pensando —dijo Mar—. Si no te resulta una molestia, ¿te gustaría venir a mí casa para tu sesión de fisioterapia? Sería más cómodo para ambas, y así podría estar más tranquila con Mía.

𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐈 𝐅𝐎𝐔𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora