Once Upon A Time

Time is frozen

Pasaron unos cuantos días hasta que llegó Elsa a la ciudad.
Durante ese tiempo, Maléfica y Lilith se quedaron en casa de Regina.

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Lilith y Emily se acercaron a la barrera de hielo que había en la linde y encontraron a Emma investigando.

Cuando la mujer entró en la estructura y se puso a hablar con la reina de Arendelle, la niña corrió tras ella.

-¡Lilith!- La siguió Emily justo antes de quedar atrapadas.

-¿Pero qué hacéis vosotras aquí?- Se enfadó Emma.

-¿Es una princesa?- Preguntó Lilith temblando.

-Una reina.- Corrigió Elsa. -Ayúdame a encontrar a mí hermana Anna o congelaré toda la ciudad.-

-¿Vas a hacernos daño?- Preguntó la pequeña asustada.

-Oye, deja que ellas se vayan, son solo niñas. Yo te ayudaré.- Pidió Emma.

Elsa miró a las niñas y bajó la mirada.

-No puedes...- Se dio cuenta Emma. -No controlas tu magia... Por eso necesitas a tu hermana... No era una amenaza, sino una advertencia...-

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Al cabo de un rato, Emma estaba tumbada en el suelo semi inconsciente, Elsa trataba de despertarla y Emily cogía en sus brazos a Lilith.

Las dos niñas tenían los labios morados, pero seguían en pie.

-No dejes que se tumbe.- Pidió Emily. -El hielo absorberá el calor de su cuerpo y se helará.-

-¿Por qué a vosotras no os afecta como a ella?- Se extrañó Elsa.

-No lo sé...- Miró sus colgantes.

Emily dejó a la niña en el suelo.
-Lilith, ¿recuerdas lo que hicimos en Boston? Con la magia de nuestros collares.-

La niña asintió.

-Creo que podemos salir de aquí con esa magia.- Explicó. -Elsa...-

La reina le dió su mano a Emma y a Emily y ella a Lilith, y esta a Emma desde el suelo.

Los colgantes se iluminaron y la luz las llevó hasta la casa de Blancanieves.

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-¿Qué ha pasado?- Se asustó Blanca.

-Hacía mucho frío, se ha desmayado.- Dijo Elsa.

-Nosotras deberíamos irnos a casa...- Dijo Emily.

Lilith se acercó a Emma y pasó sus manitas sobre el brazo de la mujer.
La luz hizo que se despertara temblando.

-¿Cómo ha hecho eso? ¿Cómo has hecho eso?- Se sorprendió Mary Margaret.

-Vamos.- Las dos niñas se fueron.

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-Estoy muy cansada...- Dijo la pequeña.

Emily la cogió y la niña se fue quedando dormida sobre su hombro.

-¿Cómo lo has hecho?- Preguntó.

-No lo sé...- Aseguró Lilith. -Sólo quería que se curara y se curó... ¿He hecho mal?-

-No. Es solo que no sabía que podías hacerlo...- Abrió la puerta.

Se escuchaba una discusión en el salón.

-¡Me estás ocultando algo!- Se enfadó Regina. -¿Qué sabes?-

-Nada.- Respondió Maléfica.

Al parecer no se habían percatado de la presencia de las niñas.

-¿Es ese collar? Era de su madre y encaja con el de tu hija. ¿Pretendes que crea que no sabes nada?-

-Fuimos amigas años atrás.- Explicó.

-¡Pero ahora está muerta! ¿verdad?-

Maléfica vio a su hija dormida sobre los brazos de Emily.

-¿Qué?- Se giró Regina. -Ohh...-

Emily subió las escaleras, dejó a la niña en su cama y se fue a su habitación.

-Esto es culpa tuya.- Dijo Regina.

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Al cabo de unas horas, Emily despertó sobresaltada.
Se dirigió a la habitación donde dormía Lilith y se asomó.
La niña no estaba en su cama. Encendieron las luces y la buscaron por toda la casa, pero no la encontraron.

-¡Bella!- La llamaron por teléfono. -Tienes que ayudarnos, Lilith ha desaparecido. Necesitamos una poción localizadora.- Dijo Emily.

Bella les proporcionó la poción y la utilizaron sobre una chaqueta que las guió hasta una casa apartada.

-¿Es aquí?- Se extrañó Bella.

-Ahg...- Se quejó la joven.

-¿Estás bien?- Se preocupó Regina.

-Es solo...si...- Dijo la chica.

Regina abrió la puerta con un golpe de magia.

-Esperad, ¿esto es seguro?- Preguntó Bella.
Pero ya habían entrado.
Deberían haber hecho caso a Bella.

-Es decir, si este fuera uno de mis libros, esta sería la casa en la que ocurren cosas malas.- Insistió.

-¡Lilith!- Emily vio a la niña dormida sobre un pequeño altar de piedra.

Al acercarse a la niña, quedaron atrapadas en una cúpula magica.

La única que no quedó atrapada fue Bella.

-¿Qué es esto?- Se asustó Emily.

-Magia.- Explicó Regina. - Estamos atrapadas.-

Maléfica trató de despertar a la niña.

-¿Cómo puedo ayudaros?- Preguntó Bella. -¿Qué tengo que hacer? Yo...yo no poseo magia.-

Alguien la atizó con un candelabro y cayó al suelo inconsciente.