Once Upon A Time

One way or another

-Ahg...- La alcaldesa despertó sobresaltada.
Seguía teniendo pesadillas acerca de lo que había pasado después de la furia. Pero todos dormían, todos estaban allí, sanos y salvos.

Fue a por un baso de agua, pero antes de poder beber le llamó la atención que su hermana se despertó de la misma forma que ella.

-¿Zelena?- Llamó a su puerta. La pelirroja había estado llorando, pero ahora la miraba como diciendo: ¿como he llegado hasta aquí? ¿que ha pasado? ¿era un sueño?
-¿Estás bien?- Se acercó.

-No...- Susurró. -No estoy bien, nada está bien...-

-Toma...- Le hizo beberse el agua.

-Yo debería estar...debería estar muerta...-

-Era una pesadilla.-

-No, Regina, no lo era.- Aseguró la bruja. -Era real, ha pasado de verdad...-

-Son las hormonas...- Argumentó la morena.

-Pero parecía tan real...- La abrazó. -¿Por qué no puede ser real..?-

-Lo sé...- Le acarició los rizos. -Te duele, pero no tanto por ti, sino por él, porque para él se acabó y tu sigues aquí...Sé lo que se siente pero...por imposible que parezca lo superarás.-

-¿Y si no puedo?-

-Entonces tu bebé nunca tendrá una madre al completo.- Vale, había sido dura, pero necesitaba oír eso y ponerse las pilas. -Pero eso no va a pasar...-

Zelena quedó boquiabierta, intentó reaccionar.

-Venga...- Le pasó la mano por el hombro. -Ya está, intenta dormir...-

-No, Regina por favor quédate.- Pidió agarrandola del brazo. -Como cuando...éramos pequeñas...-

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-Pero, ¿está bien?- Se interesó Robin.

-Cuando pierdes a alguien no tienes pesadillas sobre perder, tienes sueños en los que aún estabas con esa persona, es cuando despiertas y te das cuenta de que no volverá que empieza la pesadilla...- Explicó la morena. -Tiene que despertarse eso es todo...-

De escuchó un portazo en el piso de arriba.

-¿Que ha sido eso?-

-¿Todo bien?- Alzó la voz Regina.

Al no obtener respuesta subieron las escaleras.
La puerta de Zelena estaba cerrada.

-¿Zelena?- Intentó abrir la puerta. -¿Estás bien?-
Pero la puerta no se abría, estaba cerrada.
-¡Zelena!- Insistió.

-¡Ahg!- Se escuchó.

Quisieron tirar la puerta abajo, pero entonces se abrió sola.

-¿Que ha pasado?- Entraron asustados.

-¡La demente de tu amiga!- Intentó ponerse de pie pero no pudo. -¡Ahg! ¿Por que la ha tomado conmigo?-

-¡Zelena!-Corrió su hermana. -¿Que ha pasado?-

Había magia en el aire, magia por todas partes. Magia negra.

-Vale, vamos al hospital...- La ayudó a levantarse.

-No...-

-Zelena, estás de parto.- Aseguró. -Nos vamos ahora mismo.-

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-¡No, no quiero!- Se encogió de dolor cuando la entraron en una silla de ruedas. -¡No estoy preparada!-

-Tu relaja la respiración...- Sugirió Robin.