El Mago

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-Emily...- La abrazó Zelena nada más despertar. -¿Qué ha pasado?- Preguntó cansada.

-Os durmieron con polvo de hadas.- Explicó. -Él me ayudó, pero los ladrones se llevaron el dinero.-

-¿Estás bien?-

-Si...-

-Me llamo Leo.- Dijo el chico.

-Hola, Leo.-

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Continuaron con el viaje y se llevaron al niño.

-¿Entonces crees que Glinda trama algo?- Preguntó la niña en voz baja.

-Estoy seguro...- Respondió él. -Conocí al Mago antes de que se lo llevaran, tenía miedo de ellas. Mintió acerca de quién era, si, pero lo único que hacia era ayudar a la gente...-

-¿De qué estáis hablando?- Se interesó Zelena.

-Creemos que Glinda trama algo...algo malo...- Dijo Emily.

-¿Por qué iba a hacer algo asi?-

-¿Tu te fias de ella?-

-...-

-Lo suponía...-

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Al llegar al edificio donde se encontraba el Mago, los guardias los acompañaron hasta la celda.

El hombre estaba recluido tras los barrotes.

Los hombres abrieron la puerta y le pusieron los grilletes y las esposas.

Al meterlo en la carroza, no les importó que fuera junto a ellas.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Preguntó al niño.

-Queríamos ayudarte.- Explicó.

-No lo hagáis, o Glinda acabará con vosotros.- Advirtió.

-¿Por qué iba Glinda a hacer algo así?- Preguntó Zelena. -En el libro estaba escrito que la salvadora devolvería los finales felices...y que tu eras un farsante.-

-¿No lo entendéis? No existe tal libro, ella lo escribe a su antojo para manipular la mente de las personas y hacerlas pensar que su destino está escrito.- Explicó. -Yo la vi, por eso me encarceló. Yo defiendo que solo nosotros podemos escribir nuestro destino, diga lo que diga ese estúpido libro...-

-¿Por qué íbamos a creerte?- Insistió la mujer.

-Por lo que os hizo, por lo que os ha hecho a todos...- Recordó. -No te ayudó cuando la Bruja Mala se apoderó de ti, se apartó a un lado, te hizo sentir la mala de la historia y que nunca podrías cambiarlo. A ti seguro que también te ha hecho algo...-

-Si...- Respondió la niña. -Me quitó el dolor una vez...-

-Y eso está mal, el dolor nos hace fuertes y nos hace aprender, ella sabe quiénes representan una amenaza para ella...-

-¿Y cuál es el plan?- Preguntó Emily.

-No hay ningún plan, enfrentarse a Glinda no es una opción.- Insistió él. -Vosotros tenéis que iros.-

-¡No! ¡No nos iremos!- Aseguró el joven.

-Te matará.- Advirtió la niña. -Además no podemos abandonar a todos los habitantes de Oz.-

-Emily, no te pondré en peligro.- Recordó Zelena. -Si eso es cierto nos iremos de aquí.-

-No podemos.- Insistió la joven. -Ellos nos necesitan. Además, no podemos volver a ningún sitio, Storybrook ya no existe, y al Bosque Encantado no podemos ir.-

-Esto es inaceptable, al menos en el Bosque Encantado podemos despertarte del hechizo y defendernos de los peligros.-

-Allí moriría... y aquí también podemos defendernos...-

Zelena los miró algo indecisa.

-Si te vas, lo harás sola.- Informó la niña. -Yo me quedo.-

La mujer volvió a mirarlos algo nerviosa.

-Tu madre me va a matar...-

-Nos matará a todos.- Sonrió.

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Nuevamente pararon a descansar.

Emily miró al chico y asintió.

Él abrió la puerta del carruaje y salió afuera.

La niña se concentró en los grilletes del hombre hasta que se rompió la cerradura.

Zelena salió tras el niño y durmió a los guardias con su magia.

-Vamos...- Avisó el niño.

Corrieron atravesando el bosque hasta llegar a una pequeña cabaña abandonada.

-¿Y ahora qué?- Preguntó la mujer, exausta.

-Ahora hay que contar al pueblo lo que está pasando.- Se le ocurrió al hombre.

Zelena se miró las manos.

-¿Ocurre algo?- Se preocupó la niña.

-Mí magia...se ha ido...-

-Glinda...- Pensó el niño. -Debe saber lo que le hemos hecho a sus guardias...-

-¿Puede hacer eso?- Se extrañó la joven.

-Aquí puede hacer lo que quiera...-

-¿Y qué hacemos?- Volvió a preguntar.

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora