A Queen On A Dark Horse

352 22 1
                                    

La Reina montaba a caballo por el bosque, seguida por algunos de sus guardias.
El caballo era negro, como el recogido cabello de la mujer.
Su vestido rojizo tenía una ligera opertura para así poder montar más fácilmente.

La verdad es que Regina no se veía como la típica princesita que viste de rosa y monta a caballo con ambas piernas de lado...para eso ya estaba Blancanieves... Como odiaba a esa joven...debía pagar por todo lo que había hecho...tanto daño causado...

Paseaba para pensar, claro que con esos guardias todo el día pegados a ella...

Tenía que vengarse de Blanca...como fuera...
No solo tenía que arrebatarle lo que mas amara...tenía que hacerla sufrir con ello...
Todos esos años encerrada en el castillo de su padre, sufriendo...

Rumplestiltskin se había dignado a darle una última lección de magia que la haría ser la más poderosa del reino entero. Puede que le dieran demasiado poder demasiado junto después de toda una vida de cautiverio.

-Hasta aquí, muchachos.- Paró. -Dejadme sola.-

-Pero majestad...- Dudó uno.

-¿Osas desobedecerme?- Preguntó. -Soy tu reina, si tienes algún problema con mis órdenes...-

El soldado se inclinó y todos se fueron.

La mujer miró a su alrededor con enfado y molestia.

-¿Me esperabais, querida?- Apareció Rumpel.

-Ahora soy la Reina.- Corrigió con aire de superioridad mostrando su vestido.

-¿No tenéis frío con ese escote?- Se burló. -¿Qué ha pasado con vuestros vestiditos?-

-Se me han quedado pequeño.- Se molestó. -Al grano, Rumpel.-

-Se nota. Tienes que buscarte un nombre.-

-El caso es que ya tengo uno...-

El hombre río. -Me gusta ese nuevo carácter. Deberíamos haber quitado de enmedio al rey hace mucho...-

-Mucho.- Le dedicó una mirada de odio. -Pero estabas muy ocupado viendo como me destruian...-

-A mi no me eches las culpas, querida.- Sonrió. -Eras tu la que tenías que tomar la decisión de acabar con su vida.-

-¿Decisión?- Rió.

-Pero volvamos a lo de tu nombre...- Siguió. -Todos los grandes villanos tienen uno.- Caminó a su alrededor. -Algo que te defina...-

-¿Tu quieres convertirme en una villana?-

-Ya lo eres, querida...- Aseguró. -Desde el momento en que tomaste la decisión de matar...Vos no habéis probado la oscuridad, ella os ha probado...- Siguió. -Me gusta este estilo...-

La mujer se quedó inmóvil esperando que parara.

-Le podemos sacar provecho...- Pensó. -Existe una araña...la Viuda Negra la llaman...-

-No.- Lo paró. -No tendré nombre de araña, ni seré tu villana.-

-Tenéis un gran potencial para ello.- Rió. -Podrias ser la próxima Malefica, o algo más como la madrastra de Cenicienta...o una nueva y mejorada mezcla explosiva.-

La reina se soltó el brazo que el hombre le agarraba. -No me convertirás en un monstruo.- Se alejó.

-Ya lo sois, pero aún no os habéis dado cuenta.- Aseguró cuando la mujer se iba. -Vuestro reino quiere a Blancanieves como reina, ¿no iréis a permitir algo así?-

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

-Tienes muchas cosas aquí...- Aseguró tocando algunas de las cosas que la niña tenía sobre un armario en la torre.

-Pero necesito más, Regina...- Dijo la niña sentada sobre la cama.
Tendría ya unos ocho o nueve años y llevaba puesto un vestido de seda fina azulado. -Hace años que no veo la luz del Sol...-

La mujer levantó poco a poco la mirada sin que se notara, ya que estaba de cara a la pared.

-Quiero más.- Repitió.

El cristal del espejo se partió en mil trocitos que cayeron al suelo.
-Si querías más.- Sugirió enfadada sin mirar atrás. -Haberte quedado en el orfanato.- Se dio cuenta de que de sus manos salía fuego y lo paró.

La niña estaba asustada, pero más que eso estaba triste.
Sollozo sin hacer ruido y miró al suelo apunto de llorar.

La mujer creyó oír algo, de modo que giró lentamente su cabeza hasta el lado y después de dio la vuelta.
Se había pasado.

-No quería...-

-Lo sé...- Respondió Anabeth. -Has cambiado...todo se ha vuelto tan oscuro... Incluso los ángeles tienen sus lados malvados, pero lo has llevado a los extremos...-

-Eso es un poco exajerado, ¿no te parece?-

-No...- Le dolió admitir. -Y no sé por qué sigo sorprendiendome...ha sido todo culpa mía.-

-Eso no es cierto.- Se acercó. -Tampoco justo.-

-Si no lo fuera, si no lo pensaras ni siquiera un poquito, no lo habrías dicho.- Corrigió. -Regina, eras mí heroína favorita, pero estás perdiendo la cabeza.-

-¡No estoy perdiendo la..!- Se calmó. -No estoy perdiendo la cabeza...-

-Sé que esta no eres tu, Regina...- Recordó. -Tenía fe en ti, ¿sabes?- Explicó con una dolida sonrisa. -En que lograrías vencer a la oscuridad...- Dejó de sonreír. -Y seguiré teniendola...pero no puedo ser la única...-

-Pues mucho me temo que lo serás.- Se dio la vuelta para marcharse. -No puedo prometer algo que no puedo cumplir.-

-Tu me prometiste que nadie me haría daño...- Recordó.

-La única persona de la que no puedo protegerte es de mi misma.- Informó. -Si me paso, por favor dímelo y me iré.- Se fué.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

-No sé qué es lo que me has hecho, pero solo va a peor.- Aseguró la reina. -Estoy haciendo daño a aquellos a los que más quiero, y todo el mundo me teme...-

-¿Y..?-

-Tenías razón...-

-¿En..?-

-Jamás me querrán como su reina...-

-Muy triste...y a la vez, muy cierto...-Rumplestilstkin sonrió mientras ella se miraba al espejo.

-La Reina ha muerto...- Sonrió. -Larga vida a la Reina Malvada...-

-¡Me encanta!- Aplaudió. -Te queda genial, querida. La Reina del descaro...-

-No, la Reina Malvada...-

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora