Don't touch the apples

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Zelena se sintió algo rara al probar la manzana, pero salió de allí y por el camino se topó con aquel chico que los había acompañado.

-Solo quería decir...- Dijo él. -Que sois muy valientes...yo no habría podido hacer todo esto y...¿se encuentra bien?-

Ella se apartó la mano de la boca y asintió. -Discúlpame...- Siguió su camino.

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Zelena se apartó de la multitud de gente que bailaba en la gran sala.

-¿Estás bien?- Se acercó Will. -Ricardo me ha dicho que...-

-¿Quién?-

-El chico...- Aclaró.

-Oh...si...esque...- No quiso desvelar. -No sé bailar...-

-No importa, solo daremos pasos adelante y atrás para disimular.- Sugirió.

-Es...está bien...-

Se pusieron en posicion e hicieron lo que él sugirió, dar pasos alante y atrás.

-Me gusta ese vestido, es...-

-¿Podemos cambiar de tema..?- Pidió dolida.

-Claro...- Bajó la mirada. -No hará falta usar trucos, solo tenemos que llevar algo que posea resquicios de tu magia hasta el trono para anular los efectos de tu magia y que los monos voladores desaparezcan. Los cuervos de Glinda fueron creados con la misma, de modo que desaparecerán con ellos.-

-¿El colgante bastará?-

-Si, son pocos los rebeldes, así que podremos con ellos.- Siguió. -Después habrá que colocar la corona que descansa sobre el trono sobre la cabeza del nuevo rey de Oz...-

-¿Y quieres que los entretenga mientras tu..?-

-Tienes que ser tu.- La cortó. -Tienes que ponerte la corona.-

-¿Yo?- Se sorprendió. -Creí que tu...-

-Escucha, nadie gobernará mejor que tu, la gente te quiere y eres justa. Tienes que ser tu.- Insistió.

-Pero...pero...has trabajado muy duro para llegar hasta aquí y...- Recordó hiperventilando. -No estaría bien, no puedo...-

-Zelena, eh, mirame.- Pidió. -Puedes hacerlo.-

-No, no puedo.- Repitió. -Maté a tus padres.- Se soltó.

-¿Qué? ¿Como sabes eso?-

-Ósea que es cierto...-

-¿Quién te lo ha dicho?- Le agarró los brazos.

-No importa quién haya sido...- Intentó calmarse. -¿Por qué no me lo dijiste?-

-No quería que te sintieras peor de lo que ya te sentías por todo lo que hiciste.-

-No era yo...-

-Precisamente por eso.- Aseguró. -¿Quieres saber lo que pasó? Me dijeron que la Bruja los había matado, así sin más, después de dos años sin verlos.- Explicó. -Que hirieron a mi padre y mi madre volvió a por él, que se aprovechó de eso y los mató. Ni siquiera pude despedirme de ellos porque me convertiste en un mono volador...-

Zelena se soltó conmocionada y dió unos pasos atrás. -Tenían razón...me has utilizado...como a un objeto...-

-¿Qué? No, yo no he...-

-Me acuerdo de ellos...- Confesó. -No podré olvidarlo jamás...Ella era morena y él castaño...ella tenía los ojos claros y él oscuros...-

El Mago la escuchó sin decir nada. ¿Como podía acordarse?

-Todos corrieron, pero mi magia...- Se miró las manos. -Alcancé a un hombre que cayó al suelo...todos habían huido y me acerqué a él...- Sollozó manteniéndose fuerte. -Entonces...una mujer se volvió y gritó su nombre...ella...ella corrió hacia mi, hacia una muerte segura...-

El hombre tambien estaba afectado, pero se le notaba mucho menos al no tener que hacer el esfuerzo de hablar.

-Intenté...lo intenté con todas mis fuerzas... "corre" conseguí advertirla...- Le cayó una lágrima profunda. -Ella me miró con el alma al suelo y se dejó caer junto a tu padre abrazandolo... "corre" él también...también lo intentó con las pocas fuerzas que le quedaban...-

-No te abandonaré.-
-Ya es tatde para mi...-
-Hasta que la muerte nos separe, ¿recuerdas?-

Zelena rompió a llorar y se recompuso secando sus mejillas. -Créeme que jamás podré olvidarlo...Fue el momento en el que le fallé a la magia, le fallé a tus padres, le fallé al amor, te fallé a ti, le fallé a Oz...y me fallé a mi misma...-

-No eras tu...- Recordó.

-Yo fui la que no pudo impedirlo.- Insistió. -¿Acaso eso debería reconfortarme? Porque eso no va a devolvertelos.-

-Ahora no podemos pensar en eso, tenemos que...-

-No...lo has sabido todo este tiempo y no has dicho nada...- Aseguró. -Has jugado conmigo y me has engañado...No voy a ayudarte...-

-¡No me ayudes si no quieres, pero ellos te necesitan!- Insistió. -Necesitan que seas su reina y que luches por ellos.-

-Para que luego me mates y te hagas con la corona?-

-No, yo no...-

-¿Tu no, qué?- Apretó los labios. -Eres un Mago; te dedicas a engañar a la gente y...-

-No, Zelena, ya lo sabes...- Se acercó. -No quería hacerte daño, eso es todo.-

-Pues lo has hecho...-

Will la apartó de un empujón que la hizo caer al suelo cuando un mono volador se acercó volando y lo agarró por los hombros.

La mujer se apoyó sobre sus manos y de pronto todos a su alrededor estaban luchando. Solo habían cuatro hombres del bando de los rebeldes, pero estaba todo lleno de monos y cuervos.
La criatura soltó al Mago y lo dejó caer en medio de la sala confiando en que alguna espada lo matara, pero no ocurrió.

Zelena se puso en pie y quiso acercarse, pero un hombre se lo impidió.
-Tiene que poner el collar allí para romper el hechizo.- Pidió. -Póngase la corona...-

De pronto, una espada atravesó a ese hombre mientras ella reaccionaba apartándose con las manos en la boca.

Zelena no tenía el collar, lo guardaba William.
De todos modos se apartó hasta la zona del trono, dónde no había nadie más.

-¡Zelena!- Corrió la muñequita hasta agarrarse a su pierna.

-¿Estás bien?- Preguntó alterada. -¿Y el Mago?-

-Por favor, tienes que ayudarnos...- Lloró. -Es horrible...-

La bruja intentó divisar al hombre por encima de todo el caos para que le diera el collar, pero no lo veía.

-Zelena...- Pidió. -Por favor...-

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora