Once Upon A Time

Wedding

-Camelot, 4 semanas antes.-

Emma no quería que nadie resultara herido, pero tenía que mantener a salvo a los suyos, además, eso eran solo leyendas, nada más...no era real...

No podía dejarlas hablar con Arturo, o él tomaría represalias. Pero tampoco podía contarles por qué no debían hablar con él.
Tenía que rescatar a sus padres, al pueblo entero de Camelot.

Ahora no era el momento de pensar en esas cosas, era la boda de Zelena, no pasaba nada si dejaba pasar un día, no cambiaría nada y podía vigilar que no hablaran con el rey.

Robin y Regina habían repasado desde la primera hasta la última conversación que habían tenido, pero nada. ¿Para qué querrían su corazón entonces? Estaba claro que algo se les escapaba.

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Regina fue a ver a su hermana, habían acordado no decir nada sobre lo del corazón para no alarmar a nadie, y así quién lo hubiera hecho no haría ninguna locura.

Al verla vestida de blanco y con esa sonrisa frente al espejo, no supo qué decir.

La pelirroja se dió la vuelta hacia su hermana al oírla pasar. Era cierto que estaba radiante, no por el vestido o el peinado, sino por llevar puesta su sonrisa de cereza.

-¿Qué tal estoy?- Preguntó la novia.

-Eh...- Dudó la morena. Suspiró.

-Mucha gente dice...- Se volvió hacia el espejo haciendo girar su vestido y examinando su vuelo. -Que tienen dudas antes de su boda...-

-¿Y tu?-

-No.- Suspiró ante el espejo. -No entiendo ese concepto. Si de veras quieres a alguien...¿qué dudas cabe tener..?-

-¿Cuanto durará?, ¿Qué puede salir mal?, ¿Cómo será?- Se acercó.

-Pesimista vs optimista...- Se fijo Zelena viendose la una al lado de la otra en el espejo. -Manzanas rojas vs manzanas verdes, ácido vs dulzura...-

-Mensaje captado...-

-Sé que esto es difícil...- Recordó. -Pero todos están bien.-

-Por ahora...-

-Todos sonríen y se lo pasan bien, todos tienen fe en que las cosas se arreglarán...- Siguió. -¿Por qué tu no?-

-Zelena, no puedo ignorar el hecho de que todo puede venirse abajo.- Explicó bajando la mirada. -Puedo intentarlo, pero no hacerlo...-

-Lo sé...- Admitió. -Eres así, y eso está bien, preocuparse por los demás...pero a veces te perjudica...Vas a perderte la vida pensando en lo que puede salir mal.-

-Hay demasiado en juego.- Se lamentó.

-Así que finge una sonrisa ahora mismo.-

Ese comentario hizo reír a la morena.

-¿Lo ves?- Sonrió. -No llores por la tormenta y disfruta de la lluvia. No voy a dejar que nada salga mal, así que no te preocupes. ¿Qué era lo que madre solía decir?-

-¿Qué pasa ahora? Tienes que ser más fuerte, hay demasiados problemas.-
-¿Qué pasa ahora? Tienes que ser más fuerte, hay demasiados problemas.-
Recitaron a la vez.

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Era una iglesia pequeña y rural, pero era perfecta.

Will miraba hacia ambos lados nervioso, en cualquier momento ella entraría por la puerta.