The dagger!

283 22 6
                                    

-Camelot, 4 semanas antes.-

Aparecieron junto al mirador del castillo, a donde llevaban las escaleras directamente desde los límites del bosque.

-¿Qué estamos haciendo aquí?- Regina se levantó alterada. -¡Robin! ¿Que le ha pasado? ¿Por qué lo has dejado?- Se acercó a Emma.

-¡Está hechizado!- Respondió. -¡Igual que tu!-

-¡No estoy hechizada!-

-¡Si, lo estás!- Emily se metió de por medio.

-Emily...- Pidió la rubia. -No...-

-¡No hay ni un solo dato sobre esta magia en tu libro de hechizos!- Siguió. -¡No encontré ni un solo modo de romperlo! Te...necesitamos...- Dijo con énfasis.

Nadie se atrevió a responder.

La niña suspiró llevándose la mano a la frente y se alejó unos metros intentando calmarse.
No quería volverse gris.

Leo y Roland la siguieron.

-¿Que demonios es todo eso, Swan?- Insistió la morena.

-Estáis todos hechizados...-

-Eso no puede ser posible.- Aseguró. -¿Por qué ibas a dejarlos a todos atrás menos a mi, eh? ¿No ves que tu teoría no tiene ni pies ni cabeza? Se te está yendo de las manos...-

-¡No hay nada que se me vaya de las manos! ¡No soy un maldito Ser Oscuro consumido por la oscuridad! ¡Soy Emma! ¿Emma, recuerdas? La chica rubia de chaqueta roja que te ayudó y estuvo a tu lado cuando toda la ciudad te dió la espalda, porqué confíe en ti, pero tu no confías en mi.- Se señalaba a si misma. -¡Por dios si hasta te di mi daga!-

-Es falsa...- Recordó con la daga entre sus manos.

-No, no lo es.-

-Si tan segura estás de que no lo es...- La probó. -Dime toda la verdad...- Ordenó.

-Eres la única con la suficiente fortaleza como para romper el hechizo por ti misma, siempre lo tuve presente.- Explicó. -Porque eres mi amiga y te conozco, me llevó su tiempo pero realmente te conozco. Porque aún cuando mi propia família me temía y me tomaba por Ser Oscuro, tu no lo hiciste...y a la vez estoy enfadada porque las voces de mi cabeza me están volviendo loca diciéndome que debería matarte, porque es culpa tuya que esté así...-

-¿Culpa mía?- Se extrañó. -Te sacrificaste por mi hija...lo intentaste, Emma, eras la salvadora...-

-¿La salvadora?- Rió falsamente. -Tan salvadora que no me detuve a pensarlo por un momento cuando esa cosa entró en la tienda de Gold y quiso cogerte a ti, porque iba a por ti, Regina, no a por nosotras.-

-¿A por mi..?-

-¡A por ti!-

-¿Y por qué no la dejaste?- Dudó triste. -Tu eres la salvadora, me habrías salvado...-

-¿Yo? ¡Ni siquiera he podido manteneros alejados de Arturo! ¡Estáis todos hechizados por mi culpa! ¿Salvarte yo?- Retuvo las lágrimas de sus vidriosos ojos verdes. -Solo tu podrías salvar a alguien en esa situación, tu conoces la oscuridad, lo que eso puede hacer a una persona, por muy buena que sea. ¡Ellos no saben lo que es sentirte excluido, solo, que nadie te entienda y todos te den la espalda, no de la forma en que yo lo hago, no de la forma en que tu lo haces...¿salvarte yo..? No seas ridícula...-

-¡Eh!- Corrió Arturo a la cabeza de todos sus hombres. -¡La daga!-

Regina se dió la vuelta poco a poco.

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora